La riqueza de las familias cae un 2% en tres meses por la inflación

La inflación ha hecho mella en los bolsillos de las familias, cuya riqueza se redujo un 2,12% en solo tres meses, entre julio y septiembre. Este periodo vivió una escalada de los precios que en julio alcanzó su máximo histórico –con una inflación del 10,8%–. En el tercer trimestre, la riqueza financiera de los hogares –la diferencia entre los ahorros de las familias y las deudas que tienen– se situó en 1,86 billones de euros, con lo que retrocede más del 1% respecto al mismo periodo del año anterior. En relación con el PIB, los activos financieros netos representaron el 142%, ratio que fue 17,1% puntos porcentuales inferior a la de un año antes, sobre todo por el crecimiento de la economía.

Según las Cuentas Financieras de la economía española publicadas ayer miércoles por el Banco de España, el dinero en efectivo, las acciones, depósitos y valores en renta con los que contaban las familias cayeron un 2% en el trimestre, hasta los 2,62 billones de euros a finales de septiembre. Según el Banco de España, este descenso refleja una revalorización negativa de 63.000 millones que compensó la adquisición neta de activos financieros, que fue de 50.400 millones de euros en el último año, concentrada en depósitos y, en menor medida, en participaciones en capital.

De acuerdo con las cifras que ha dado a conocer la entidad, el grueso de los activos financieros de los hogares se mantuvo en efectivo y depósitos (el 41% del total), seguido de participaciones en el capital (29%), participaciones en fondos de inversión (14%) y seguros y fondos de pensiones (13%). Los primeros –efectivo y depósitos– fueron los que más elevaron su peso en el conjunto de los activos financieros de los hogares (en 2,2 puntos) en comparación con el año previo, mientras que el peso de los seguros y fondos de pensiones fue el que más cayó (lo hizo en 1,8 puntos), condicionado por su revalorización negativa.

Deuda

La deuda consolidada de las familias y empresas no financieras ascendió a 1,674 billones de euros a finales del tercer trimestre, un dato muy similar al de un año antes, aunque un 3,9% más que a cierre de 2019, antes del inicio de la pandemia. En términos de PIB, la ratio se moderó hasta el 128,6% frente al 142,5% de un año antes. Pero las empresas y las familias contribuyeron de distinta forma a esta evolución. Así, la deuda de las sociedades no financieras se redujo desde los 971.600 millones de septiembre de 2021 a los 966.700 millones del tercer trimestre de 2022, lo que supone el 74,3% del PIB, frente al 82,7% de un año antes, aun por encima del 72,5% previo de la crisis de coronavirus.

Además, si se incluye la deuda entre empresas, la ratio se eleva al 97,6% por debajo del 106,7% de septiembre del año pasado, pero todavía superior al 93,2% de finales de 2019. En el caso de los hogares, sin embargo, la deuda de los hogares disminuyó hasta el 54,4%, porcentaje inferior al 59,8% de un año antes, pero aquí sí por debajo de los niveles anteriores a la crisis sanitaria, que eran del 56,8%.

La pérdida de riqueza de los hogares y el ligero repunte de su deuda no solo coincidió con el periodo de mayor repunte de los precios en el Estado, sino también con un frenazo de la actividad que llevó al PIB a avanzar apenas un 0,1% entre julio y septiembre pasados en términos trimestrales. Una desaceleración notable, teniendo en cuenta que la economía venía de crecer un 1,7% en el segundo trimestre.

Las cuentas financieras también ofrecen información de las relaciones financieras de los sectores residentes entre sí y de estos con el exterior. Destacan las administraciones públicas dentro de los sectores receptores de financiación y las instituciones financieras dentro de los que la proveen. En este sentido, la financiación desde las instituciones financieras tanto al resto del mundo como a las administraciones públicas es algo menor que la de hace un año.