Polideportivo

La causa de Kwasi Sibo

Es un portento físico, pero también gusta del buen fútbol. Es ghanés y ha recalado en el Amorebieta como cedido del Betis. “Quiero crecer aquí como futbolista”, declara
Kwasi Sibo, jugador del ‘Amore’, posa ayer en Urritxe.
Kwasi Sibo, jugador del ‘Amore’, posa ayer en Urritxe.

Kwasi Sibo (Wa, Ghana, 24 de junio de 1998) luce una sonrisa de oreja a oreja. No está habituado a hablar con los medios de comunicación, sobre todo porque su dominio del castellano requiere aún de más rodaje. Sibo, sin embargo, se suelta. Incluso, tira de buen humor, que siempre es saluble. “Y yo pensaba que iba a tener aquí algo de fresco y parece que estoy en Sevilla”, ironiza. Lógico, el termómetro marca 25 grados centígrados en Zornotza, donde pega un sol de justicia, a las 12.30 horas de un día de tránsito entre el verano y el otoño. En la capital sevillana la temperatura se elevaba un grado más en ese mismo momento. El primer caso es anómalo, el segundo, no. Lo dice porque el curso pasado ejerció en Primera RFEF en el filial del Betis, club que le ha cedido al Amorebieta hasta final de temporada. El centrocampista ghanés recibe a DEIA pocos minutos después de que la primera plantilla azulona completara ayer una nueva sesión de entrenamiento en Urritxe con el foco puesto en la exigente cita que afronta el domingo en el Nou Estadi Costa Daurada frente al Nástic de Guillermo Fernández y Alex Quintanilla, dos futbolistas con pasado en el Athletic y Lezama. Un partido que ofrece la curiosidad de que Guillermo puede que se las vea con Xabi Etxeita, que ha vuelto al Amorebieta 16 años después y que fue compañero del delantero en su segunda etapa como león. Sea como fuere, Sibo defiende su causa y lo dice sin medias tintas: “Quiero crecer como futbolista en este club, que me ha recibido muy bien”.

Mi juego es muy físico y creo que le vengo bien al Amorebieta, dice el jugador azulón, que se enfrentó al Athletic en Copa con el Ibiza

Sibo es un tipo campechano. Por lo menos es la imagen que asoma. Afirma que le gusta hablar más en el campo que fuera. “He venido a un equipo en el que quiero sumar. Mi juego es muy físico y creo que le vengo bien al Amorebieta”, expresa asido a su percha de 183 centímetros de altura y 73 kilos de peso. Vamos, todo fibra. “Me cuido”, sonríe. Es un pivote tal como se estila en el fútbol actual. “Me gusta coger mucho campo, tocar el balón, ayudar en el trabajo al equipo…”, se define en pocas palabras y añade que Haritz Mujika, el técnico del Amorebieta, le pide precisamente esos aportes. “Me dice que trabaje, que presione y que intente llegar arriba cuando pueda”. Le cuesta explayarse. Es una de las últimas incorporaciones que efectuó la entidad presidida por Jon Larrea y debutó dos jornadas atrás cuando completó la última media hora del partido en Tajonar ante Osasuna Promesas. Su equipo perdió por 4-2. El pasado domingo se estrenó como titular en Urritxe ante el Barça Atlétic (0-0), en un encuentro en el que “me tocó correr mucho, porque el rival jugaba mucho la pelota en el primer tiempo. Pero me sentí bien, con fuerza y me gustó el apoyo del público, que me aplaudió y lo agradezco”. El empate no “me pareció mal”. Sin embargo, es ambicioso: “Creo que tenemos un equipo para subir. Conozco la categoría del año pasado, pero este es más dura”.

Sibo, ghanés, celebra la presencia de Iñaki Williams con los ‘black stars’: Cuando me dijeron la noticia, mellevé una gran alegría

La historia de Sibo, que tiene firmado con el Betis hasta el 30 de junio de 2023, es muy pareja a la de cualquier chico del África Subsahariana que quiere ser algo en el fútbol. Tiene que emigrar. Él lo hizo con 17 años tras jugar en el Cheetah de su país. Le reclutó entonces el Watford, pero la tiranía de la burocracia le privó de disponer de la documentación necesaria para jugar en el club inglés que le cedió al Urartu armenio, primero, y al Skënderbeu albanés, después, para recalar en 2019 en el Ibiza. No ha hecho mucho dinero, pero sí el suficiente como “para mandar a casa algo todos los meses”, aunque dice que su familia “tampoco pasa hambre como sí otra mucha gente de mi país”. Desde que es jugador del Amorebieta, vive en una pensión en Durango. “Solo, porque no tengo novia”, se apresta a matizar y añade que está “muy satisfecho con lo que llevo viviendo en el Amorebieta”.

Sibo es ghanés y, como tal, sigue de cerca la actualidad de la selección de su país, que se encuentra concentrada en Francia, donde jugará el sábado ante Brasil y el martes lo hará en Murcia ante Nicaragua como preparatorios de cara al cercano Mundial de Catar. Con el aliciente de que los black starts cuentan con la novedad de la convocatoria del jugador del Athletic Iñaki Williams. “Cuando me dijeron la noticia, me llevé una gran alegría, porque es un gran futbolista y la selección necesita buenos delanteros”, expresa el centrocampista del Amorebieta, que aplaude la decisión del mayor de la saga de elegir a Ghana y no esperar a España: “Su familia es de allí y les hace ilusión”. Momento en que Sibo recuerda que, como jugador del Ibiza, se enfrentó al Athletic en la primera eliminatoria de Copa de la campaña 2020-21. Los leones ganaron por 1-2 con goles de Raúl García y Unai Nuñez, y Sibo rememora que jugó unos minutos contra Iñaki y que se las vio en un duelo muy físico en la medular con Mikel Vesga. “Me gusta el Athletic”. “¿Y cuál es el jugador rojiblanco que más le gusta?”. “Muniain”, responde.

2022-09-23T19:07:07+02:00
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