“Hemos trabajado tres años en la oficialidad de las selecciones vascas y ha intervenido Moncloa”

Los de 2023 son los últimos Presupuestos de la legislatura estatal y, además, llegan en puertas de un ciclo electoral. Parecía un momento poco propicio, pero el PNV ha logrado dos de los acuerdos con mayor impacto de la legislatura: la Ley del Cupo y la oficialidad de las selecciones vascas de pelota y de surf. ¿Sánchez ha intentado ser más generoso para amarrarlos como socios en una siguiente legislatura?

–No nos ha ido mal en ninguno de los cuatro ejercicios presupuestarios. A Sánchez le interesaba tener unos cuartos Presupuestos y llegar a la presidencia del Consejo europeo con unos Presupuestos consolidados, de cara a unas siguientes elecciones. Él necesitaba al menos a dos grupos, y sabe que nosotros podemos ser duros negociadores, pero también hemos estado apoyando al Gobierno. Más duro fue el Presupuesto del año anterior, porque teníamos el hándicap del Ingreso Mínimo Vital. Aquello sí que estuvo a punto de irse al garete. Esto ha sido difícil hasta el último momento, pero con otro tono. Lo que solicitábamos, dar seguridad jurídica aprobando el Cupo, era razonable. No estaban convencidos al principio.

En el debate de política general de julio, usted le preguntó a Sánchez con quién piensa llegar a La Moncloa la próxima legislatura si enfada a sus socios. Viendo que se ha recuperado parte de esa confianza, ¿esta alianza tiene recorrido?

–Bueno, vamos a ver qué rayos pasa después de las elecciones. Lo que sí estamos viendo es que la política es cada vez más convulsa en el Estado. En un año pueden pasar muchas cosas. Cuando veamos qué números hay, hablaremos. Evidentemente, con el PSOE estamos acostumbrados a hablar y acordar, pero no solo en el Estado, sino también en Euskadi. Por tanto, evidentemente, si se presenta el señor Sánchez, y si gana las elecciones, estaríamos dispuestos a hablar.

¿Qué puerta ha tenido que tocar el PNV para que se atienda una reivindicación histórica negada por los sucesivos gobiernos como la oficialidad de las selecciones vascas, en este caso de pelota y surf?

–Este asunto no es tanto del Presupuesto, sino un compromiso con el PNV en la investidura. Entendemos que del cero al cien es imposible ir, pero se podían dar pasos que no deberían ser cuestionados con razonamientos políticos de ruptura. Él tenía un compromiso firmado y le hemos ido dando fórmulas y viendo cuál podía ser. No pensemos que ha surgido de la noche a la mañana. Llevamos tres años trabajando en esto a nivel del Estado y a nivel internacional, más allá de reivindicarlo toda la vida. Es un asunto muy trabajado. Venía la Ley del Deporte y tenía que quedar claro. Sabíamos que iba a costar, pero había que hacerlo en esta legislatura.

¿Ha salido adelante porque Miquel Iceta es el Ministro de Deporte y es más sensible a estas reivindicaciones, o ha tenido que intervenir también Pedro Sánchez dándole un impulso político?

–Evidentemente, esto es Moncloa. Evidentemente, hay que hablar con Moncloa. En un tema de este calado, el ministro podía ser más receptivo que otros pero, desde luego, claro que tiene que intervenir también Moncloa. Es una decisión colectiva del Gobierno.

¿Ha convencido al Gobierno español el precedente de la sokatira?

–Son cosas diferentes. En algunos deportes no existe federación española. Aquí se trataba de una cosa diferente, de ir abriendo camino. Para el apoyo en la federación internacional, se va a necesitar que el Gobierno no ponga obstáculos y que el CSD (Consejo Superior de Deportes) dé el ok. Lo tenemos hablado con el Gobierno. Por eso aparece en la ley que el acuerdo implica el apoyo conjunto, del CSD y la federación vasca, a solicitar su participación en la internacional, es decir, que no se boicotee por detrás. Y hemos llegado al acuerdo concreto de pelota y surf. Lo tenemos que hacer efectivo en los próximos meses.

Ha hablado del CSD pero, ¿y la otra pata, la federación internacional?

–Le aseguro que la Federación Internacional de Pelota lo único que estaba deseando es que el Gobierno español no pusiera pegas, porque para ellos es importante que pueda entrar un activo como Euskadi, con unas instituciones fuertes e incluso económicamente fuertes. Si alguien piensa que es casualidad que para 2030 se plantee el Mundial en Bilbao y Gernika y hasta ahora nunca se haya planteado… Será por algo, ¿no? A la Federación Internacional le interesa la implicación de unas instituciones tan interesadas como las vascas. Argentina claro que les va a apoyar, pero les dirá que también tiene el rugby, el fútbol… Por eso para la internacional era un asunto importante, pero necesitaba esa posición del Estado. Lo que se ha conseguido ahora es que todas las partes se pongan de acuerdo. Aún así, verá cómo hay canto de grillos.

Las declaraciones del secretario de la Federación Internacional, Julián Angulo, se han interpretado como una intención de ponerse de perfil ante la posibilidad de cambiar los estatutos. La presidencia dice que la Federación permanece “ajena” a los movimientos de los partidos.

–Ajena, hasta que algo te implica. Si no hay impedimento por parte del Estado, no creo que sea absolutamente nada dificultoso, sino todo lo contrario, conseguir una mayoría en la Federación Internacional de Pelota sabiendo que todo es legal. Él era conocedor de estos temas desde hace mucho tiempo. Llevamos tres años.

Bildu apoyó la enmienda del PNV…

–(Interrumpe) Yo creía que no iba a hacerlo, porque Mertxe Aizpurua anunció una abstención e hizo una intervención muy sorprendente minusvalorando todo. Cuando escuchó a nuestro representante, Joseba Agirretxea, vio que aquello tenía más calado, que iba muy en serio, y entonces acabó votando. Y luego hizo un tuit como si ella lo hubiera logrado.

Aizpurua decía que no se va a aplicar a más disciplinas. ¿Se puede?

–Esto no ha sido nada fácil. Este asunto es delicado y lo tenemos que cerrar en lo práctico. Y es tan delicado que hemos acordado ir con la pelota y el surf, y gero gerokoak. Hemos conseguido una cosa que hasta ahora parecía imposible. Vamos a estar tranquilos. A mí también me gustaría ver el fútbol, pero que se estabilice la cosa y ya hablarán los futuros parlamentos.

La ministra Montero espera convocar la semana que viene la Comisión del Concierto para cerrar la nueva Ley del Cupo, y para concertar ese mismo día los nuevos impuestos. ¿Tienen los términos del acuerdo?

–Podemos concertar alguno como el de residuos, concertado ya con Navarra. A eso se refería. Luego dijo que los otros (banca, energéticas y grandes fortunas) se concertarían, pero no puedes concertar algo que el Congreso no ha aprobado. Los inputs que tengo de la ministra son positivos.

Han acordado mantener la metodología del Cupo que se pactó con el Gobierno de Rajoy. ¿Había riesgo de involución en el cálculo, que con la guerra en Ucrania y el gasto social le tocara pagar más a Euskadi?

–No. Hemos dicho que los parámetros actuales son justos y hay que dar seguridad jurídica, y que es muy difícil que el PP pueda replicar a algo que fue pactado con el ministro Montoro.

Han presentado enmiendas parciales a los Presupuestos, como que los convenios autonómicos tengan prevalencia sobre los estatales. ¿Cree que se va a reabrir ese melón?

–No solo en los Presupuestos. Lo hemos presentado en la Ley de Empleo, y el Gobierno sabe que para nosotros es un asunto muy importante. Esto va a ser como la gota malaya. Cuando nos empeñamos en las cosas, costará más o menos, pero saldrá. Es un asunto que beneficia a los trabajadores, es una reivindicación sentida por una mayoría de la población del país y, sabiendo que es un retoque puntual a la reforma laboral, vamos a insistir. El Gobierno español tiene cierto temor a que se le acuse de incumplir el acuerdo al que llegó con la patronal. Es difícil que salga en este momento, yo eso lo tengo claro, pero se trata más bien de ir recordando que esto está ahí y no se nos va a olvidar.

En sus enmiendas incluyen ayuda humanitaria para el Sáhara, después de que Sánchez diera la espalda a las reivindicaciones saharauis. ¿Pretenden corregir esa situación?

–Precisamente es por eso. Después de lo que ha pasado, el Estado les debe algo a los refugiados saharauis. Que pueda mantenerse la infraestructura de los campamentos debería ser contemplado. Lo que no sé es si saldrá adelante. Los saharauis han hablado con muchos grupos. Yo dije desde el primer día que es lo mínimo que se puede hacer después de lo ocurrido.

Otra de las enmiendas pide prorrogar las ayudas al transporte público. ¿Guarda relación con que Eneko Andueza ha pedido al PNV prorrogar los descuentos en la CAV? ¿Esto les daría una percha para hacerlo?

–Le dijimos a la ministra que de repente se han dado cuenta de que va a haber una recaudación mayor y va a haber una bolsa de 20.000 millones. Ella vino a decir que ese dinero va a ser para prolongar ayudas. Te podías encontrar con que prolonguen las ayudas, y que tú tengas una serie de transportes que no dependen del Estado y a ti no te den el porcentaje. Por eso nos curamos en salud: en los próximos seis meses, que sigan con la compensación en las comunidades. Encima luego nos podrían restregar que el Estado lo hace y nosotros no. Nosotros no podemos acceder al nivel de deuda en el que están ellos.

Viendo la sintonía entre el PSOE y el PNV en esta negociación, que marcha bien, ya parece poco probable que vayan a caer los Presupuestos y que haya un desacuerdo…

–Creo que llegaremos a un acuerdo. Me hubiera gustado tener el dibujo entero antes de presentar las enmiendas, pero no ha sido posible por los ritmos. Esto se tiene que clarificar en dos semanas. Creo que hay voluntad y, de hecho, de algunas de las enmiendas que hemos presentado hemos hablado. Hemos cerrado y hemos acordado cosas. ¿Quiere decir que se ha cerrado todo el paquete? No, y estas dos semanas son muy importantes.

¿En cuáles hay acuerdo?

–Hay que ser discretos.

Los fondos europeos no se pueden enmendar en las Cuentas pero, ¿se pueden encarrilar en paralelo? Hay hitos importantes en la adjudicación en este último semestre, y el PNV dio peso a los fondos en el discurso del debate presupuestario…

–De hecho, el miércoles le pregunto a Sánchez sobre todos estos temas.

¿Puede ser que esto se encarrile en paralelo, como las selecciones?

–No me fío de los actores que tienen que decidir, sí de algunos.

¿Es de Calviño de quien no se fía?

–Sí. Aparentemente, tiene voluntad, pero no se acaban haciendo las cosas. Las instituciones vascas han hecho el trabajo de Euskadi Next. Estamos hablando, pero son cosas que se escapan del control parlamentario.