En la ropa o en la piel, ¿dónde debes aplicar el perfume?

El perfume es el aroma que nos envuelve y una de nuestras señas de identidad. No es difícil detectar la presencia de una persona solo por su fragancia. Frescos, intensos, atrevidos, sutiles, discretos..., los perfumes dicen mucho de nuestra personalidad y de nuestros gustos.

Entre los aromas ideales para darle un toque especial al invierno están los que desprenden olor a lavanda, canela, enebro, manzanilla, café, chocolate o vainilla. El abanico de perfumes es casi tan amplio como el de los gustos personales de cada uno a la hora de decantarse por una u otra fragancia.

Es importante saber aplicarlo de la forma correcta y el primer paso es hacerlo en la cantidad justa. Quienes te rodean deben percibir tu fragancia como un aroma agradable y nunca como algo excesivo.

Precisamente, aquí puede surgir un problema y es que cuando llevamos bastante tiempo utilizando un mismo perfume dejamos de olerlo. En un momento dado, y sin saberlo, podemos echarnos más cantidad de la adecuada y es que, a causa de la constante estimulación con un mismo aroma, nuestro cerebro filtra ese olor y ya no lo percibimos.

La duración del aroma de un perfume va a depender de su concentración de forma que el eau de parfum suele durar entre 7 u 8 horas, mientras que un extracto, que es el perfume más puro, puede llegar incluso a las 24 o 48 horas.

Aplicar el perfume sobre la piel poco hidratada, frotar el lugar donde lo hemos rociado, agitarlo antes de usarlo, guardarlo en lugares húmedos o escoger frascos demasiado grandes si solo lo utilizamos de vez en cuando son algunos de los errores que debemos evitar si queremos sacarle el mayor partido a nuestra fragancia.

Tampoco podemos engañarnos y pensar que todos huelen exacatamente igual en todas las pieles. Hay que tener en cuenta que el pH varía de unas a otras y que probablemente una misma fragancia no desprenderá el mismo aroma ni perdurará el mismo tiempo en dos personas distintas.

Una mujer se aplica perfume en el cuello.

Dónde aplicar el perfume

El lugar donde aplicamos el perfume también va a ser clave y sobre este aspecto a veces nos pueden surgir dudas: ¿qué es mejor, hacerlo sobre la piel o sobre la ropa? Los expertos parece que tienen claro cuál de las dos opciones es la mejor.

Coinciden en que lo más correcto es rociar el perfume sobre la piel en aquellos lugares que tienen pulso como las muñecas, el cuello, detrás de las orejas o en la parte interna de los codos o de las rodillas. En estas zonas la temperatura es un poco más alta y el perfume durará más tiempo porque se evaporará más lentamente.

Aconsejan aplicarlo al salir de la ducha, sobre la piel seca y perfectamente hidratada y a poder ser diez minutos antes de vestirse, precisamente para evitar cualquier posible contacto del perfume con la ropa.

Frascos de perfume de mujer.

Nunca sobre los tejidos

Los expertos señalan que aplicar el perfume directamente en la ropa no es una buena idea, ya que esta actúa como una barrera contra la humedad de la piel. Si lo aplicamos sobre ella, la fragancia no se va a evaporar bien porque las moléculas del aceite que hay en el perfume necesitan el calor corporal para activarse.

Otra razón por la que no se debe aplicar el perfume sobre la ropa es que la intensidad del aroma es mucho mayor en los tejidos que en la piel, lo que puede hacer que nuestra fragancia se perciba a distancia y con tanta intensidad que llegue incluso a resultar desagradable.

Dependiendo de la composición de los perfumes, sobre todo los que llevan mucho alcohol, y de las características de los tejidos, si los aplicamos directamente sobre la ropa podemos echarla a perder causándole unas manchas muy difíciles de quitar.

Para evitar cualquier complicación, lo más prudente es no aplicar nunca perfumes sobre la ropa. Como alternativa, si quieres que tus prendas desprendan un agradable aroma puedes agregar unas gotas de tu perfume favorito al agua destilada de la plancha o rociarlas con un ambientador especial para textiles justo antes de plancharlas.