Elkargi prevé un parón en la petición de crédito a la inversión de las empresas

Un año de “transición” marcado por la “incertidumbre” y la “cautela”: valoraciones ensombrecidas por la incertidumbre de la ralentización. Elkargi espera un frenazo en la financiación de las empresas vascas el próximo año tras encadenar cuatro años de gran actividad. Habrá crédito y avales para las compañías que tengan proyectos de inversión en cartera, pero el capital fluirá con menos intensidad básicamente porque el escenario dará para menos alegrías.

El presidente de Elkargi, Josu Sánchez, y su director general, Zenón Vázquez, presentaron ayer miércoles en Bilbao el balance de actividad de 2022. Un curso que cerró con un repunte del 23% en su actividad avalista, lo que supone encadenar cuatro ejercicios con crecimiento por encima del 20%.

La Sociedad de Garantía Recíproca vasca concedió avales por valor de 455 millones de euros en 2022 y participó en la financiación de casi 3.700 operaciones. Es el mayor volumen de actividad histórico de Elkargi al margen de situaciones excepcionales como la crisis financiera de 2009 o el confinamiento de 2020.

Sin embargo, la compañía es consciente de que llega un cambio de ciclo y que necesita adecuar sus herramientas a una “nueva etapa” en la que las empresas tendrán que afrontar “dificultades en la financiación”. Ante esa situación, Elkargi considera que está “preparada para adaptarse” y poner a disposición de las compañías una financiación más “ágil, variada y competitiva”. Diseñar en definitiva líneas de avales “a medida” y dar más valor” a su oferta de servicios.

Partiendo de un punto de partida muy favorable –Euskadi es una referencia en el Estado en operaciones de garantía recíproca– y, a pesar de las dudas que genera el escenario económico, no se espera un frenazo brusco, sino una ralentización de las operaciones en línea con la evolución de la economía.

El objetivo, según indicó Zenón Vázquez, es seguir creciendo “con cabeza y sentido”. Atender las necesidades de financiación de las empresas, que previsiblemente serán menores que el año pasado, cuando se produjo un auténtico boom de inversión (un 53% del total) superando al gasto no productivo y con un repunte del 12% respecto a 2021. “Una cifra que confirma la fortaleza del tejido empresarial del país pese a la difícil coyuntura de costes energéticos, subidas de tipos o la guerra de Ucrania”, explicaron.

Morosidad en mínimos

Todo ello además con un nivel de morosidad (3%) en las operaciones lideradas por Elkargi inferior al ritmo marcado por la subida de los tipos de interés. Además, también se registró un descenso en el número de empresas que renegocian sus créditos. Un síntoma de que, junto a la inversión productiva, las empresas apuestan por reducir sus niveles de endeudamiento.

El director general de la Sociedad de Garantía Recíproca vasca destacó a su vez que, a pesar del retraso en la distribución por parte del Gobierno español de los Fondos Next, 2022 ha sido “el año de la inversión” y que las empresas “han trabajado por construir futuro” en medio de la dificultades.

La financiación es “oxígeno” para el tejido productivo y todos los “proyectos rentables” que han llegado a las oficinas de Elkargi han salido adelante, destacó Josu Sánchez.

Por sectores, la industria, como es habitual, tuvo el año pasado un gran peso en el esquema de financiación de la SGR vasca, pero fue significativa el volumen de peticiones de avales de las actividades ligadas a la hostelería y la agricultura.

“Desde la nueva Elkargi se quiere promover un cambio cultural en la gestión económica financiera del tejido empresarial. Un cambio orientado a una mejora preparación de sus 22.700 empresas socias para que pueden hacer frente, sea cual sea su tamaño, y con mayores garantías, a un futuro incierto”, insistió Sánchez.