El rey español ha propuesto a Alberto Núñez Feijóo como candidato a la investidura, pero la sesión no tendrá recorrido más allá de llenar unas cuantas horas y páginas en los medios de comunicación. El líder del PP tiene los 137 escaños que le garantizan sus propias filas; los dos de UPN y Coalición Canaria, y el respaldo de la ultraderecha de Vox, lo que eleva la suma a 172 asientos, a cuatro de la mayoría absoluta. Aunque en ámbitos de la derecha española vuelven a hacer cábalas con el respaldo del PNV, los jeltzales mantienen en pie su rechazo a Feijóo, incluso aunque su gobierno no tenga ministros de Vox y el PP lance como señuelo el mensaje de que va a gobernar en solitario. El PNV cree que la estabilidad de la legislatura y la aprobación de leyes en el día a día seguiría dependiendo del partido ultra, que condicionaría totalmente la agenda aunque sea desde fuera. Este mensaje lo había repetido este martes el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, unas horas antes de que el rey español confirmara el encargo a Feijóo y se conociera por tanto este escenario. El PP insiste en intentarlo aferrándose al argumento de que ganó las elecciones, si bien se espera que la sesión resulte fallida.
Por la mañana, Esteban había sido categórico al recordar que no van a “marear la perdiz con el PP”, y que no van a apoyar la vía de Feijóo porque el PP necesitaría la ayuda de Vox no solo para la investidura, sino también para “mantener el Gobierno”. Entrando Vox en la ecuación, “no hay nada de qué hablar”, avisa el PNV. “No hemos hablado para la Mesa del Congreso, menos aún vamos a hablar para la investidura”, despachó en Radio Euskadi. El PNV lleva semanas, incluso desde antes de las elecciones generales, repitiendo que no pactará con el PP porque la gobernabilidad dependería de Vox y porque Feijóo plantea retrocesos en cuestiones como la memoria histórica y la eutanasia.
Pero este debate es para el PNV como pisar un chicle que no termina de despegarse de su suela. Una y otra vez, medios de la derecha española y ámbitos de la izquierda abertzale tratan de alentar la hipótesis, porque el PP no cedió puestos en la Mesa a Vox y se interpreta como un intento de acercamiento a los jeltzales. Pero se da la circunstancia de que, este mismo martes, Feijóo ha querido aclarar con Vox el "malentendido" de la Mesa y volver a ganarse su favor, mientras Abascal ha proclamado a los cuatro vientos una nueva "etapa de colaboración". Sin embargo, se sigue especulando con una primera investidura fallida de Feijóo seguida de otra también fallida de Sánchez y un tercer intento ya triunfal del PP de la mano del PNV, escenario que los jeltzales ni han contemplado.
En esos ámbitos se trata de tentar al PNV con el argumento de que, si apoyara a Feijóo, se garantizaría el monopolio de la voz vasca porque EH Bildu no tendría influencia. El PNV insiste en que no va a sacrificar sus principios solo por asegurarse esa cota de poder y ser el centro de la atención. Feijóo tiene la intención de iniciar una ronda de contactos a partir del lunes, una vez constituidos los grupos del Congreso, pero tiene de antemano la negativa jeltzale.
Llamada del PSOE al PNV
En este contexto, la única posibilidad es explorar otro acuerdo con el socialista Pedro Sánchez. Tras varios días avisando de que el PSOE debía moverse porque aún no había levantado el teléfono para hablar sobre la investidura, Esteban desveló en La Sexta que ya ha recibido la primera llamada de los socialistas. La recibió por la mañana, por parte de “alguien con responsabilidades importantes”. A partir de ahí, el PNV deja claro que Sánchez no tiene garantizado su apoyo. Es verdad que el PNV quiere evitar una repetición electoral, pero cree que todos deben poner la “carne en el asador”, también Sánchez.
Como ya es costumbre en las filas jeltzales, tratarán de preservar la discreción sobre las conversaciones y tampoco quieren profundizar en sus peticiones con el argumento de que el liderazgo lo tiene que llevar quien solicita los apoyos para ser investido. No obstante, como criterio general, Esteban avanzó que se debe buscar un “mínimo común denominador” porque esta legislatura será más complicada que la anterior en vista de la fragmentación parlamentaria, lo que, aunque no entró en detalles, parece remitir a que el programa legislativo sea compartido y no suceda como en la última legislatura, donde PSOE y Podemos trataron de sacar adelante sus programas casi al pie de la letra con leyes controvertidas para el PNV como la de Vivienda.
Esteban dejó caer que “hay determinadas cosas que no se podrán llevar a cabo” con el apoyo de su grupo, y solo citó de manera expresa una ley que lleva señalando como potencial obstáculo desde la campaña, la Ley de Cohesión Territorial que aparece en el programa electoral de Sánchez y cuestiones como el impulso de las conferencias sectoriales que pueden amenazar la bilateralidad con Euskadi. Esteban trasladó al rey español Felipe VI en su reunión del lunes, de una hora de duración, que hasta la fecha solo se había hablado de la Mesa y que “ningún candidato tiene el voto asegurado del PNV”.