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No hay posibilidad de bajar la guardia para los ganaderos. Tampoco para Enba, el sindicato de los baserritarras de Euskadi que, ante esta coyuntura de continuas crisis por patologías veterinarias, tiene que redoblar su labor divulgativa. El nerviosismo es patente entre los ganaderos vascos, que no ganan para sustos. El sobreesfuerzo de tiempo y dinero que supone adoptar las medidas sanitarias exigidas no es nada comparado con el temor a un posible vacío sanitario en caso de contagio en sus explotaciones. “Eso es un horror”, remarca el coordinador de la organización, Xabier Iraola (Legorreta, 1966), que ve en toda esta serie de enfermedades la mano del cambio climático.
La ganadería está sufriendo en los últimos años una serie continua de enfermedades. ¿Puede tener algo que ver el cambio climático en esta recurrencia?
Se supone. Casi todas las enfermedades son virus que se transmiten a través de mosquitos y hay más cuanto más calor y humedad. Por ejemplo, la enfermedad hemorrágica se paró cuando llegó el invierno, ya que los mosquitos desaparecen con el frío. Con el tema de la dermatosis, queremos suponer que se parará ahora con el invierno, con esa esperanza estamos… Al final, más temperatura, más humedad en ciertas zonas... Está claro que tiene que ver.
Y el modelo industrial e intensivo que impera, ¿tiene alguna influencia en esta serie de crisis?
Creo que no. Aunque en un mercado global cada vez hay más movimiento de gente, más traslado de materias primas para un lado y para otro, las garantías sanitarias que se exigen hoy son enormes. Es contradictorio, porque el consumidor pide bienestar animal, que los animales estén libres, que pasten, que corran por la pradera, pero luego van a comprar alimentos de animales de un granja en la que están sin salir. Los gustos van hacia un modelo muy extensivo, pero el mercado está empujando hacia un modelo de producción muy intensivo, porque la gente quiere comprar barato, con unas garantías sanitarias del copón y que no me molesten a las vacas.
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Nadie está libre de estas crisis, sea cual sea su modelo de producción.
Así es. Por ejemplo, lo de la gripe avisar le puede ocurrir a cualquiera, pero haciendo seguimiento de las granjas en las que se están dando casos en el Estado español, no son de huevos camperos. Son granjas cerradas intensivas, donde hay un hacinamiento, una ventilación forzada...
En Euskadi solo se han detectado focos en aves silvestres y cautivas, pero no en aves de corral. ¿Hay alguna diferencia?
Aquí hay todavía granjas de jaulas, pero muy pocas…. Se da más el modelo de pollo de caserío y el de huevo campero, como el del cerdo al aire libre. Son explotaciones pequeñas, pero te afecta. Porque cuando se prohíbe, se prohíbe para todos, no se mira si tienes 1.000 gallinas o 200.000, o si están las 24 horas sin salir de la nave o si salen fuera. Van todos con la misma normativa.
Las medidas de contingencia suponen ya un sobreesfuerzo para el ganadero de trabajo y dinero...
Lo que te supone es una merma. Con la dermatosis bovina se limitaron todos los movimientos. Hay productores de vacuno de carne que mandan los terneros fuera a engordar, primero a Torrelavega o a Nafarroa y después a no sé dónde… Y si antes comprabas el ganado en Extremadura y cebabas aquí, si no puedes traerlo igual tienes que comprar aquí y pagar más de lo que pagabas allí. Todas esas limitaciones de movimientos sí tienen su afección directa en los ingresos… En cuanto a otras medidas extraordinarias, salvo los productores de huevo, que si quieren sacar las gallinas fuera tendrán que poner una serie de redes, no está suponiendo gran cosa. Con la dermatosis, la desinfección y la desinsectación pueden suponer dinero, pero ese no es el problema… El problema es el miedo a la palabra vacío sanitario, eso es un horror. Se te contagia uno y tienes que matar a todos. Con un positivo, fuera toda la producción. Por eso han extendido el tema de la vacuna no solo a Girona, sino hasta a una parte de Aragón… Imagina la masacre que provocas. Y de eso no se recupera nadie.
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Al menos, el reciente levantamiento en Euskadi de la prohibición de las ferias ganaderas será un alivio.
Sí, hay explotaciones que en las ferias hacen transacciones, en los concursos van ganando un prestigio que luego les permite vender los animales más caros. Hablamos de ganado para vida. Además, en las ferias y los mercados los animales atraen mucha gente y luego hay puestos de pastores vendiendo queso, otros vendiendo chorizos… Todo genera movimiento y economía. El que no vaya ganado, sea de exhibición o de concurso, reduce la afluencia de gente a esos mercados.