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El covid se va de fiestas

Eventos como San Fermín o el BBK Live, que aglutinan a miles de personas, no se llaman coronapartys, pero extenderán el virus como la pólvora
Txupinazo de San Fermín.

Es el cóctel ideal y el caldo de cultivo perfecto. A saber, no hay ninguna restricción. Además, han aparecido dos sublinajes de una vieja conocida, la ómicron, que están provocando un tsunami de contagios. Y para más inri, multitud de personas se dan cita en las fiestas, los macroconciertos, los espectáculos y los grandes eventos de este verano. Todo ello conforma el detonante ideal para otra ola gigante de covid que nadie sabe cómo se podrá surfear.

Porque la BA.4 y BA.5 están en el foco de todos los problemas actuales. Han demostrado mayor capacidad de contagio, y ambas esquivan los anticuerpos de las personas vacunadas, incluso con tres dosis, así como de las personas que han tenido una infección previa.

Todos acabaremos infectados

Quienes hayan dado esquinazo el virus durante dos años y medio y seis olas, que han hecho añicos el sistema sanitario, que no canten victoria. “Todos acabaremos infectándonos”, afirma el epidemiólogo Quique Bassat. “Son unas variantes extremadamente infecciosas y las pocas defensas que generamos a través de la infección natural servían para variantes previas, pero parece que ya no sirven para las actuales”.

A un virus escurridizo y puñetero, se unen los grandes eventos que se presume multiplicarán su propagación. Y todo ello en medio de una situación epidemiológica muy precaria, con la transmisión comunitaria descontrolada y los ingresos hospitalarios disparados un 50% en las últimas fechas en Euskadi y Navarra. Los datos han vuelto a encender las alarmas y las autoridades sanitarias piden precaución a los colectivos más vulnerables, fundamentalmente, mayores con otras patologías que pueden agravar la enfermedad.

Actos como Sanfermines o el BBK Live pueden convertirse en eventos multicontagiadores en esta séptima ola ‘silenciosa’

San Fermín, aumento exponencial

Sanfermines o el BBK Live, por ejemplo, pueden convertirse en eventos multicontagiadores ya que, por una mera razón estadística, aumentarán los casos positivos de manera exponencial. El doctor José Luis del Pozo, de la Clínica Universidad de Navarra, advierte de esta séptima ola “silenciosa”. A su juicio, “el aumento de casos en las últimas semanas y la ausencia de control sobre los infectados podrían propiciar un cóctel con un brote alto en Pamplona en unas fiestas masivas”. Además, la fotografía del virus no es ni mucho menos fidedigna. “Aumentan los ingresos, y aumenta la mortalidad. Y esto es la punta del iceberg porque desconocemos la prevalencia real ya que solo se realizan las pruebas a los pacientes vulnerables”, explica.

De hecho, los festejos locales y patronales han dado las primeras señales de alarma. Al igual que ocurrió con las no fiestas, la catarata de contagios que causan estas celebraciones advirtió el verano pasado del riesgo de brotes que pueden llegar a derivar de estos acontecimientos. Ha sucedido ya en los celebrados con motivo de San Juan o de San Pedro, donde la curva avanza imparable porque se ha duplicado el número de positivos.

Portugal también ha probado de esta medicina. “Todas las fiestas populares del país pueden dar como resultado al menos 350.000 contagios directos, y pueden alcanzar valores superiores si entran nuevas variantes”, señala un informe del Instituto Superior Técnico (IST) de Lisboa.

Calculan que las fiestas de los santos de junio han podido dejar 60.000 contagios en Lisboa y 45.000 en Oporto, mientras que eventos como el festival Rock in Rio, con cuatro jornadas, han podido derivar en 40.000. Por ello, los especialistas recomiendan el uso de mascarillas en grandes convocatorias, aunque sean al aire libre, en actos cerrados y en los transportes públicos.

¿Volverán las mascarillas?

Los epidemiólogos hablan ya de que se está ante una nueva mutación del virus que “probablemente esté consiguiendo superar la inmunidad” y que se creía que se había obtenido con la vacunación y habiendo pasado ya la infección.

En este contexto, la mayoría de los expertos reclaman que se recupere el uso de mascarillas en interiores.

Los festejos de San Juan o San Pedro han dado ya la señal de alarma, duplicando los positivos en los pueblos que los han celebrado

El incremento de casos impulsado por las nuevas cepas también ha llevado a la ministra de Sanidad a volver a recomendar el uso de este accesorio para evitar el contagio. Las consultas en los centros de salud llevan días en aumento y la recomendación es unánime: emplearla con sentido común porque a más contagios, más casos graves y, por tanto, más posibilidad de fallecimiento.

mínimo, en centros comerciales El inmunólogo Alfredo Corell considera que la mascarilla en interiores “deberíamos incorporarla como mínimo en centros comerciales”. Y el doctor Joan Carles March apuesta también por recuperar el uso obligatorio de esta prenda hasta que la situación mejore. “No se debería distinguir entre un cine, donde estás callado, un restaurante, un concierto o un bar. Con una alta transmisión, con una variante más contagiosa, con un alta tasa de sanitarios infectados y tocados tras más de dos años de pandemia, es un buen momento para recuperar la obligación de llevar mascarilla en el interior”, dice tajante.

La misma opinión mantiene el epidemiólogo Daniel López Acuña, quien asegura que “tenemos muchas probabilidades de que aumenten los contagios”, y que por ello “sería importante volver a usar mascarilla en espacios cerrados mal ventilados”. La pregunta estos días es inevitable; ¿qué pasará en los grandes eventos en el exterior? La respuesta está en el viento.

10/07/2022