Polideportivo

El Amorebieta saca los colores al Huesca (1-1)

Los jugadores del Amorebieta celebran el gol.

El guion de la temporada se repitió en El Alcoraz, donde un firme y valiente Amorebieta sumó un valioso punto que bien pudieron ser tres en un partido de máxima exigencia en el que el infortunio llamó a la puerta de los vizcainos a las primeras de cambio. Nada reseñable había sucedido sobre el verde hasta que el Huesca, con nuevo entrenador en el banquillo, encontró petróleo en una desgraciada carambola entre Arregi y Luengo que puso cuesta arriba el choque en el minuto 12. El gol, sin embargo, no subió inicialmente al luminoso, pues el colegiado Quintero González esperó noticias del VAR e invalidó el tanto en primera instancia por fuera de juego de Ratiu en el origen de la jugada. Hizo el gesto protocolario el trencilla andaluz, quien, para sorpresa generalizada, volvió a echarse inmediatamente la mano al oído para, un par de segundos después, volver a repetir el gesto del monitor, corregirse a sí mismo e indicar el centro del campo dando validez así al gol en propia puerta de Luengo. Inverosímil, pero cierto.

Con un palmo de narices tras verse inmersos en tan desconcertante situación, los azules se recompusieron, mantuvieron intacta su genética competitiva y continuaron pico y pala a la espera de una oportunidad para igualar la contienda. Y esta llegó en el minuto 38, pero se fue al limbo por otra cuestionable actuación VAR mediante, pues nada quiso saber el árbitro de un derribo de Pulido sobre Orozko dentro del área local. Trabó el central del Huesca al delantero donostiarra con su rodilla a ras de césped, agarrón incluido, pero de nada sirvieron las airadas protestas en bloque de los azules, que recibieron dos cartulinas amarillas como castigo añadido. Las vieron Saizar, quien corrió desde su portería hasta la posición de Quintero González una vez se detuvo el balón, así como Iñigo Vélez, quien pidió, casi rogó, que el colegiado acudiera al menos al monitor a revisar el posible penalti.

No solo no lo hizo el trencilla onubense, sino que amonestó a un perplejo Iñigo Vélez que tuvo que morderse la lengua y contar hasta cien para no comprometer su continuidad en el partido tras ver cómo el cuarto árbitro hacía también caso omiso a su reclamación. Respiró aliviado el Huesca, que alcanzó el tiempo de descanso en ventaja sin que lo acontecido en el terreno de juego le hiciera merecedor del resultado que proyectaba en el marcador. Sin apenas ocasiones de gol en un encuentro cerrado y sumamente disputado en cada duelo, el inicio del segundo acto trajo consigo la primera variación en el bando zornotzarra. En busca de una mayor mordiente ofensiva, el restablecido Unzueta ingresó en el campo en detrimento de Guruzeta, si bien fue Olaetxea quien primero tuvo en sus botas el 1-1 en los compases iniciales del segundo acto. No acertó en la definición el centrocampista de Abadiño, quien disparó desviado en posición escorada dentro del área.

PREMIO AL ASEDIO 

Sin un dueño claro sobre el verde y con las espadas en todo lo alto, Arregi impidió poco después que Salvador cabeceara en boca de gol y pusiera aún más cuesta arriba un encuentro que tuvo que abandonar lastimado Óscar Gil antes de la hora de juego. Entró en su lugar Irazabal y tomó el mando del encuentro el Amorebieta en El Alcoraz, donde el público quedó enmudecido, en vilo, ante el creciente empuje de un equipo siempre batallador que volvió a merodear el gol en un par de acciones a balón parado. La sensación de peligro en las inmediaciones de Andrés Fernández fue en aumento hasta que se hizo justicia en el enésimo saque de esquina favorable a los vizcainos.

31/10/2021