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¿Cuál es el mejor momento del año para solicitar la jubilación?

Con una inflación más alta y por tanto favorable al futuro pensionista, suele ser el mejor tramo para el retiro de la vida laboral
Jubilados disfrutando del buen tiempo en la Plaza del Castillo de Pamplona.
Jubilados disfrutando del buen tiempo en la Plaza del Castillo de Pamplona. / Javier Bergasa

La vuelta de las vacaciones de verano supone una reactivación de las reflexiones en muchos trabajadores. Pero, mientras algunos se plantean la búsqueda de otro trabajo, otros -los que enfilan ya sus últimos años de carrera- se preguntan cual es el mejor momento para solicitar la jubilación. No se trata de una cuestión menor, pues en ella influye la inflación, puesto que tras la introducción, a finales de 2021, del mecanismo de revalorización de pensiones por parte de José Luis Escrivá, el IPC determina la cuantía final.

El baremo del IPC que se toma en consideración por parte de la Seguridad Social es complejo. Los pensionistas de 2025, por ejemplo, verán asignada su prestación anual con la referencia de la media de la inflación que va desde el mes de diciembre de 2023 hasta el mes de noviembre de este año. Así, por ejemplo, la pensión de este año tiene en consideración un 3,8% de IPC, que fue la media aproximada de ese período de doce meses. Por lo general, los meses del año en los que se registra una mayor tasa de inflación son los que van de septiembre a diciembre, con lo que los expertos suelen recomendar que se solicite el acceso a la jubilación en este tramo del año.

Además, para mejorar toda la tramitación, y con el objetivo de facilitar al trabajador la elección del momento de su jubilación, el Gobierno aprobó en 2022 un decreto que aclara las circunstancias del llamado hecho causante de la jubilación. Se trata de la circunstancia que da lugar a la fecha en la que, tras reunirse todos los requisitos exigidos, “se causa derecho a la prestación, teniendo incidencia en el cálculo y en los efectos económicos de esta, lo que determina que, en ocasiones, una misma persona tenga la posibilidad teórica de acceder a la jubilación en fechas diferentes y bajo distintas circunstancias, así como que la pensión que pudiera corresponderle en cada caso tenga un contenido y efectos no siempre coincidentes”, lo que explica la importancia de escoger de forma adecuada esa fecha. Para evitar las consecuencias negativas para los trabajadores que pueden derivarse de elegir una fecha que no favorezca sus intereses, el decreto del Gobierno, que entró en vigor el año pasado, busca establecer una regulación que flexibilice la determinación del hecho causante.

Así, con carácter general la solicitud de la jubilación se realiza dentro de los tres meses anteriores o posteriores a la fecha de cese en el trabajo. Los efectos económicos de la pensión se producen desde el día siguiente a la fecha de cese, pero el interesado tendrá un margen para elegir entre los tres meses anteriores y los tres meses posteriores al día de la presentación de la solicitud.

SITUACIÓN DE 2022

Un ejemplo de la influencia que puede tener la elección del tramo en el que se quiere fijar la fecha de la jubilación lo ofrece el año 2022. La inflación fue tan fuerte en ese año -debido al encarecimiento de la energía por la guerra de Ucrania y la alta demanda de materias primas tras el fin de la pandemia- que el IPC asignado para la revalorización de las pensiones se elevó hasta el 8,5%, un porcentaje que animó a muchos trabajadores a pedir la jubilación anticipada para acogerse a esa referencia a pesar de los coeficientes reductores que incluye esa coyuntura. El IPC puede hacer que la merma de la pensión por jubilación anticipada sea mínima o compense otras circunstancias.

En cualquier caso, a la hora de meditar el período más idóneo para pedir la jubilación y la correspondiente pensión de carácter contributivo, se deben valorar todos los factores, especialmente los que conciernen a la carrera profesional. Entre ellos figuran la base reguladora resultante de las bases de cotización de los últimos 25 años de trabajo, las posibles lagunas temporales de cotización, complementos por determinadas variables, los coeficientes reductores en caso de jubilación anticipada o los incentivos aplicables en caso de la demorada. Es por ello que los expertos recomiendan consultar antes con un asesor fiscal.

La edad de jubilación y las pensiones llevan años convertidas en uno de los temas centrales de la agenda sociolaboral en España y en todos los países occidentales, especialmente en Europa. El envejecimiento poblacional y la falta de relevo generacional en muchos sectores están provocando que los sistemas públicos de pensiones se adentren en reformas que tratan de explorar nuevas fórmulas para captar más ingresos. Mecanismos que están tratando de retrasar la edad de jubilación, algo que parece que, lentamente, se está consiguiendo. En 2023, la edad media efectiva de jubilación en España superó por primera vez en un cierre de año los 65 años al situarse en 65,1 años, frente a los 64,8 años de 2022 ó los 64,7 años de 2021.

Por modalidades de jubilación, los datos reflejaron una edad media efectiva de 63,2 años para las jubilaciones anticipadas, frente a los 63 años de 2022 o los 62,3 años de 2018. Para las jubilaciones con la edad ordinaria, la edad real de jubilación, en términos medios, fue de 66 años, el máximo histórico. En el año 2022, este valor fue de 65,9 años y en 2018, de 65,7 años. Los cambios legales para ampliar el período de cotización necesario para la pensión máxima, los incentivos a la jubilación demorada o las penalizaciones por anticipar el retiro están dando resultados, si bien expertos como los analistas de Fedea ven aún “muy modestos” los frutos de ese retraso de la edad, con apenas un 0,02% en el PIB, un impacto insuficiente para el sostenimiento el sistema.

EN DATOS

Prestaciones

RÉCORD. La Seguridad Social destinó el pasado mes la cifra récord de 12.828,7 millones de euros al pago de la nómina ordinaria mensual de las pensiones contributivas, un 6,5% más que en igual mes de 2023. La nómina mensual ordinaria volvió a marcar un nuevo récord en agosto tras la subida de las pensiones en un 3,8% en 2024.

Demoradas

JUBILACIONES. De las nuevas altas de jubilación producidas en los siete primeros meses del año (201.260), el 71,5% fueron con la edad ordinaria (143.835), mientras que un 9,9% se corresponden con la modalidad de jubilación demorada, frente al 4,8% en 2019. El número de jubilaciones anticipadas se ha reducido pues el 28,5% de las nuevas altas (57.374) fueron de este modelo y en 2019 eran el 40%.

Reunión

CITA. La ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, comparecerá esta semana ante el Pacto de Toledo en el Congreso para explicar el acuerdo de pensiones y por el cual se fija un nuevo marco regulador para compatibilizar trabajo y pensión en el que para cobrar la pensión máxima se necesitarán cinco años en activo tras cumplirse la edad ordinaria de jubilación.

2024-09-10T10:16:11+02:00
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