¿Chupinazo con votación popular o a elección unilateral del alcalde?

Este viernes Iruña sube ya el tercer peldaño de la "escalerica" de San Fermín, lo que quiere decir que en poco más de cuatro meses debe lanzarse el Chupinazo que dará inicio a las fiestas en honor al santo. Y en este 2023 hay más dudas que nunca de cuál será la fórmula empleada para elegir a la persona que recibirá el honor de prender la mecha del cohete anunciador.

Aunque la decisión es competencia del alcalde, en este caso de Enrique Maya, todos los partidos de la oposición creen más adecuado que sea la ciudadanía quién elija al lanzador, como ya sucedió en la anterior legislatura. Durante el pleno celebrado este jueves en el Ayuntamiento, EH Bildu, PSN y Geroa Bai han apoyado una propuesta de declaración que "insta al alcalde Maya a que recupere el sistema de votación mientras no se debata y se logre un consenso con el conjunto de los grupos municipales, garantizándose en todo momento la participación". Navarra Suma votó en contra.

Cabe recordar que el año pasado el alcalde cambió el sistema al elegir unilateralmente a Juan Carlos Unzué. Una figura que suscitó un amplio consenso, pero que venía a dejar a un lado el sistema de votación popular instaurado antes de la pandemia.

Se da la circunstancia además de que en julio habrá nuevo alcalde o alcaldesa de la ciudad, toda vez que se celebran elecciones municipales en el mes de mayo y Enrique Maya no opta a la reelección. Tradicionalmente, antes del sistema de votación popular, cuando un alcalde vivía sus primeros Sanfermines tenía el privilegio de lanzar él mismo el cohete, y le seguían en los siguientes años de la legislatura el resto de portavoces municipales según su número de votos. Sin embargo, parece que este sistema de turno de partidos está descartado por todas las partes, aunque no generaba polémica. 

A estas alturas del año cabe la duda, por tanto, de si Enrique Maya optará por volver al sistema de elección popular, si elegirá antes de terminar su mandato al lanzador del próximo Chupinazo o si deja la decisión en manos de la siguiente corporación a pesar de lo apurado de los plazos.