Casi 45.000 menores vascos sufren algún tipo de trastorno mental o de conducta

La pandemia ha disparado los problemas de salud mental de la población, especialmente de los menores que han visto cómo el aislamiento social les ha pasado una enorme factura. “Estadísticas previas a la pandemia a nivel internacional hablaban de que, al menos, el 15% de niños y adolescentes sufría un trastorno mental”, señala la doctora Arantza Fernández Rivas. A pesar de la dificultad de limar las estadísticas en esta materia, habida cuenta que en Euskadi hay alrededor de 320.000 menores de 18 años, prácticamente 45.000 menores vascos presentarían algún tipo de trastorno mental o de conducta. “Es cierto que durante la pandemia esto ha aumentado mucho. Pero no hay estudios de prevalencia fiables porque año a año ha ido cambiando. Lo que resulta evidente es que este problema sigue en niveles más altos que en prepandemia. Yo creo que estaríamos en un 20 o en un 25% fijo. Pero estamos hablando de un trastorno mental de mayor o menos gravedad. Que necesiten hospitalización, por supuesto, hay muchos menos”, subraya la psiquiatra. Esta especialista dirige la unidad de hospitalización psiquiátrica infanto-juvenil de la OSI Bilbao-Basurto que acaba de cumplir veinte años. Se trata de una de las tres de las que dispone Osakidetza, una por territorio.

En estas dos décadas, la unidad ha duplicado su actividad, pasando de 110 ingresos anuales en 2003 a los 225 ingresos en 2022. En opinión de Fernández Rivas, “hasta 2019 la actividad aumentó progresivamente y de manera paulatina. Sin embargo, a partir de 2020, como consecuencia de la pandemia, se observó un aumento significativo de casos”.

Antes de los 14 años

La doctora pone asimismo de relieve que muchos de los problemas que tienen los pacientes con trastornos psicológicos, psicosis, depresión etc... proceden de su infancia o adolescencia. “Es muy importante tener en cuenta, y eso es absolutamente científico en Occidente, que la mitad de los adultos que sufren un trastorno mental en la edad adulta, ha empezado antes de los 14 años. Y en el 74% de esos casos, su trastorno empezó antes de los 18. Por eso es ahí donde tenemos que intervenir de forma rápida para intentar hacer el diagnóstico de la manera más temprana, e iniciar el tratamiento lo más precozmente posible, con el objetivo de que le evolución sea la mejor”, sentencia Fernández Rivas.

Hombres y mujeres pueden verse afectados del mismo modo por problemas de salud mental, pero hay enfermedades que se diagnostican más en féminas que en varones y viceversa. “Es verdad que hay algunos trastornos que tienen un claro componente de género por la incidencia. Por educación se favorece que los chicos tiendan a la impulsividad y las chicas más al autocontrol. Y es cierto que son más frecuentes los trastornos de conducta en los chicos, mientras que los trastornos de conducta alimentaria afectan mayoritariamente a las mujeres. Pero eso tiene que ver también con aspectos biológicos y culturales”.

Para combatir mejor este fenómeno, Fernández Rivas se felicita que desde 2021 exista la especialidad de Psiquiatría Infantil y Adolescencia, y desde 2023 se hayan incorporado los primeros MIR. “Se han dotado solo 20 plazas en todo el Estado y en el hospital de Basurto tenemos una de ellas”, observa.