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La Feria de Santo Tomás ha vuelto a demostrar este domingo que no hay meteorología capaz de frenar las ganas de fiesta de los vascos. Aunque la lluvia y el frío han sido protagonistas desde primeras horas, miles de personas, familias y cuadrillas de amigos se han echado a la calle para celebrar este mercado tradicional que marca el inicio de la Navidad. Mientras que en Bilbao el agua no ha dado tregua desde la apertura, en Donostia el cielo ha permitido una pequeña tregua hasta el mediodía, permitiendo que el ambiente festivo se caldeara antes de la llegada de las precipitaciones.
Bilbao: éxito rotundo en el Arenal y compromiso solidario
La 76ª edición de la Feria de Bilbao ha abierto sus puertas a las nueve de la mañana con un despliegue impresionante de 243 casetas, entre las que destacan 166 puestos de venta directa y 12 txosnas. A pesar de que la mañana ha estado pasada por agua en la capital vizcaína, la afluencia de público ha sido constante, con una previsión de superar los 100.000 visitantes a lo largo de toda la jornada.
Los precios de los productos locales han reflejado las subidas de este año. La docena de huevos se ha vendido a unos 4,5 euros, mientras que el codiciado queso ha oscilado entre los 25 y 30 euros el kilo. Las alubias de Gernika, otro de los productos estrella, se han despachado a 20 euros el kilo, y la miel a unos 13 euros. No obstante, el rey indiscutible de la gastronomía de pie ha sido el talo con chorizo, con precios que han variado entre los 5,30 y 7 euros, acompañado siempre por sidra a 5 euros la botella o txakoli entre los 8 y 10 euros.
Uno de los puntos más destacados de la feria bilbaína ha sido la propuesta solidaria coordinada por Bisubi, la fundación de cocineros de Bizkaia. En la zona de los Tinglados del Arenal, decenas de voluntarios han cocinado a fuego lento 4.500 raciones de alubias de Gernika siguiendo el método tradicional de la putxera. Para estas raciones se han utilizado cerca de 200 kilos de alubias, 70 de panceta, otros 70 de chorizo y más de 100 de morcilla, mimando el producto sin usar utensilios para no romper la legumbre. Por un precio de 4 euros la ración, los fondos recaudados se destinarán a asociaciones como Lagun Artean o Naizen.
Donostia: Poxpolin reina de la jornada
En Donostia, la fiesta se ha repartido en 163 puestos ubicados en ocho puntos estratégicos del Centro y la Parte Vieja. La gran protagonista del día ha sido, sin duda, la cerda 'Poxpolin', un ejemplar de raza Duroc de entre 370 y 380 kilos que ha acaparado todas las miradas y fotografías en su corral de la Plaza de la Constitución. Criada en un caserío de Elgeta, Poxpolin ha permanecido ajena al bullicio, protegida bajo un toldo.
La Plaza Okendo ha sido el epicentro para el público familiar gracias a la exhibición de animales, donde se han podido ver cabras enanas, un burro, una alpaca, ovejas berrinchonas y llamativas vacas peludas de raza Highland. Este año, sin embargo, la muestra ha contado con la ausencia de aves debido a las restricciones sanitarias por la gripe aviar.
En el ámbito gastronómico, el ambiente en Donostia ha sido vibrante con el aroma a txistorra. El bocadillo se ha vendido a 5 euros, mientras que el talo ha tenido un precio de entre 5,5 y 7,5 euros. Además de la comida, la programación donostiarra ha incluido una fuerte oferta cultural y deportiva, con partidos de pelota a mano femenina, la Copa de Oro femenina de aizkolaris, exhibiciones de bertsos y las tradicionales kalejiras de trikitilaris y txarangas.
Sostenibilidad: el compromiso verde de la fiesta
Ambas capitales han hecho un esfuerzo especial por reducir el impacto ambiental de sus celebraciones. En Donostia, se han distribuido 45.000 vasos reutilizables y se han instalado bidones para la recogida de aceite en los puestos de txistorra. Por su parte, en Bilbao, además de los vasos reutilizables, se han fomentado las bolsas biodegradables en todos los puntos de venta para evitar el uso de plásticos de un solo uso.
La jornada de Santo Tomás, a pesar del paraguas y el abrigo, ha vuelto a ser el escaparate perfecto para poner en valor el trabajo de los baserritarras y dar el pistoletazo de salida a las fiestas navideñas con alegría y sabor tradicional.