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Bernardo Caal, activista indígena guatemalteco: “Lo llaman energía verde pero ha traído migración y pobreza al pueblo indígena”

El activista denuncia que más de 30.000 personas del pueblo maya q’eqchi’ han perdido acceso al agua por la irrupción de empresas extranjeras alrededor del río Cahabón
Bernardo Caal, activista indígena guatemalteco
Bernardo Caal, activista indígena guatemalteco / Pankra Nieto

Maestro de profesión y líder del pueblo q’eqchi’, el guatemalteco Bernardo Caal cumplió más de cuatro años de cárcel por robo, unos cargos que asegura se le impusieron para callarle. Sin embargo, Caal continúa denunciando que las hidroeléctricas instaladas en el río Cahabón, un río sagrado para los indígenas, les han robado el agua; y sostiene, además, que se instalaron ilegalmente, ya que la legislación internacional obliga a consultar antes a los pueblos indígenas.

¿Cuál es la situación de su comunidad?

—El Gobierno de Guatemala otorga licencias para la construcción de varias hidroeléctricas, les da licencias por 50 años para que tomen el agua. Las licencias las dio el Gobierno de Pérez Molina, un presidente que después cayó preso por corrupción. Y su vicepresidenta sigue en prisión. Con él hicieron alianzas muchas empresas, por ejemplo, quien construye la mayor parte de estas hidroeléctricas es la empresa Cobra. Todo lo hacían a escondidas. Oxec estaba construyendo la fase 2 sobre el río Cahabón, que tiene 195 kilómetros y tomaron 50 kilómetros para hacer las hidroeléctricas.

Pero se manifestaron contra ello.

—Sí, empezamos a denunciar con manifestaciones, empezamos a pedir información y lo denunciamos las licencias otorgadas por el Estado de Guatemala. Llega una fase en la que suspenden algunas licencias, y se unen todas las empresas, no solo hidroeléctricas e inician una campaña de desprestigio, descrédito en mi contra usando los medios de comunicación. Hacen creer que yo estoy en contra del desarrollo de las inversiones… pero nosotros denunciamos que se llevaron el río sin haber consultado. Hay una ley de la OIT que dice que hay que consultarlo.

Y acabó en la cárcel.

—Sí, me metieron en la cárcel más de cuatro años por robo agravado y detenciones ilegales. Se hizo para asustar a las comunidades y que no siguieran sus manifestaciones reclamando el río desviado. Me encarcelan en 2018, más de cuatro años estuve. Y siguieron construyendo, y actualmente están funcionando ilegalmente instaladas, porque no consultaron ni informaron. De hecho la última sentencia dice que se reconoce la violación de los derechos del pueblo indígena maya q’eqchi’, que no se consultó y se ordena hacer la consulta.

¿Cómo ha afectado?

—Dañaron el río. En mi cultura todo lo de la naturaleza es sagrado, ríos, montes, lagos... todos los seres vivos. Hay que utilizarlos, pero no acabarlos. Mis ancestros usaron los ríos como medio de transporte, en lugar de destruirlo lo cuidaban porque era su medio de comunicación. Pero estos lo mataron. Es el primer daño a nuestra cultura, nuestra vida. Ellos lo ven como un negocio, mercancía, nosotros lo vemos como lo más sagrado. Y cortar la vida de un río es hacerle daño al medio ambiente. Es como cortar las venas de una persona. Y ese daño lo notamos con el calentamiento global. También han impedido el acceso al agua, lavamos la ropa, tomamos el agua para usar en el domicilio, nadamos, pescamos... Y han hecho un daño terrible al ecosistema, matando a seres vivos: peces, pájaros... Pusieron un policía privado a cuidar el agua que se llevan. Las hidroeléctricas no produce energía para las comunidades. Vemos los cables que pasan sobre las comunidades, pero desde luego esa energía no es para nosotros, estamos en tiniebla. Solo es su negocio.

¿A qué se refiere?

—En Europa le llaman energía limpia, o energía verde, pero a nosotros nos dejaron sin agua. Cualquiera puede pensar: ¿por qué están en contra si producen energía? Pero es que no es para nosotros. Otras empresas montan hidroeléctricas pero solo cogen un cacho de río y la electricidad es para la comunidad, y además se deja el río vivo. Pero estas empresas, las mineras, las industrias, las hidroeléctricas en este caso también nos han dejado sin acceso al agua.

A pesar de su paso por la cárcel no ha dejado de luchar.

—Cuando me encarcelaron muchos se asustaron y dejaron de luchar, pero otras se sumaron a la lucha. A nivel internacional no se conocía, o a nivel nacional, y cuando me encarcelan se empiezan a enterar y se suman a la lucha. Ahora mismo hay mucha migración, porque trajeron pobreza, sequía... Muchos optan por huir a México o Estados Unidos, pero muchos mueren por el camino. Migrar es un derecho, pero ellos lo hacen porque la situación los ha obligado a hacerlo, y la mayoría mueren. Creyeron que me asustaría o me callaría, pero he salido con más coraje, valentía para seguir luchando.

Se encuentra de gira por Europa, ahora en Euskadi. ¿Cuál es su objetivo?

—Quiero visibilizarlo, dar a conocerlo. Creen en la energía limpia, energía verde... especialmente porque quien pone su empresa para construir túneles, canales para llevarse nuestro río, también nos robó un río construyendo una hidroeléctrica desde Guatemala. Es importante regular y vigilar a las empresas de Europa. Que cumplan y respeten los derechos humanos, la vida, y los derechos de los pueblos originarios, que somos los que más cuidamos del medio ambiente. Llegaron por medio de la corrupción a Guatemala. Lo llaman invertir pero las empresas vienen a quitarnos lo que tenemos, despojarnos de ello, crean pobreza. Nos quitan los bienes de la vida, las tierras, nos quitan el agua... el agua es vida, y no mercancía. No se puede privatizar.

¿Y cuáles son los siguientes pasos por su parte?

—Lo que nos queda es seguir luchando, y no somos los primeros por luchar por nuestra vida. Desde la invasión de 1492 mi pueblo ha estado luchando, resistiendo. Y seguiremos haciéndolo. l

2024-03-19T09:10:04+01:00
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