Cultura

Anohni graba su ‘What’s Goin’ On’ particular

La artista antes conocida como Antony edita 'My back was a bridge for you to cross', un disco de sould en la estela de la Marvin Gaye, reivindicativo, ecologista y con efluvios de folk y jazz
Portada del disco de Anohni.
Portada del disco de Anohni.

Tras un silencio de siete años y en tiempos de calentamiento global, agravado por la llegada del estío, y ataques contra la comunidad homosexual y trans, Anohni, el artista de la voz doliente en otro tiempo conocido como Antony antes de su transformación en mujer, regresa con My Back Was A Bridge For You To Cross (Rough Trade/Popstock!), disco en el que ofrece un tributo al soul clásico de voces blancas como las de Boy George y Allison Moyet, y sigue la estela humanista y ecologista de Marvin Gaye.

La pérdida, la desigualdad, el ecologismo y la necesidad de transformación personal y global viajan por sus canciones. Descubrimos al antiguo Antony, británico hecho artista en Nueva York, en un concierto de Lou Reed en Bilbao, cuando formaba parte de su trío vocal de directo tras su participación en el disco The Raven, dedicado a Poe. Hasta su posterior nominación a los Oscar su carrera no resultó fácil ya que empezó en antros de cabaré homosexuales. Seguidor confeso de Boy George y Marc Almond, fue convirtiéndose en artista de culto gracias al apoyo de Reed y su esposa, Laurie Anderson, y las comparaciones de su quebradiza voz con las de Aaron Neville o Nina Simone.

Antony trasmutó en estrella underground con discos de lirismo exacerbado como The Crying Light, Swanglights y, sobre todo, I Am a Bird Now, su segundo e insuperable álbum, que ofrecía gemas como For Today I Am a Boy y You Are My Sister. Su peculiar voz y piano se convirtieron en protagonistas de anuncios de perfumes y el contrapunto a la acción o la reflexión en V de Vendetta o La vida secreta de las palabras, de Coixet. Y el giro radical en su carrera llegó con su nueva identidad –consecuencia de su cambio de género– y un disco, Hopelesness, que firmó como Anohni y en el que coqueteaba claramente con la electrónica, la vanguardia y las proclamas políticas, sociales y ecologistas.

Viraje soul

Tras un largo tiempo de silencio, My Back Was A Bridge For You To Cross consolida su presente pero recoge parte de su pasado al firmarlo con la ayuda de The Johnsons, su antigua banda, a la que ha reunido 13 años después para ofrecer un homenaje al viejo soul de ojos azules, a “esas voces me salvaron la vida”, recuerda en alusión a Boy George y Moyet (Yazzoo), pero sin perder de vista What’s Goin’ On, la obra magna –del soul y toda la música popular– de Marvin Gaye. “He pensado mucho en ese disco, fue una piedra de toque realmente importante”, según Anohni, que reconoce que algunas de sus nuevas canciones “responden desde el día de hoy a preocupaciones globales y ambientales expresadas por primera vez en la música hace más de 50 años”, en alusión a Gaye.

El álbum, de sonido orgánico, sin electrónica alguna y grabado en varios casos en primeras tomas, cuenta con la producción de un especialista del soul, Jimmy Hogarth, quien llevó al estrellato a Amy Winehouse y Duffy, y colaboró con Tina Turner. El duelo protagonizado por ella al piano y él a las guitarras, y la suma de su vieja banda –Leo Abrahams, Chris Vatalaro y Sam Dixon–, dan como resultado un disco dominado por la garganta de Anohni, maleable, doliente y escalofriante. Toda emotividad y sensibilidad.

Alternando soul con folk, melodías enternecedoras, algo de distorsión, efluvios jazz, ternura y consignas con el efecto de un cóctel molotov, a menudo envueltas en las cuerdas exquisitas de Rob Moose, Anohni borda el soul sedoso en It Must Change, en la que muestra su tristeza por el mundo y reivindica la necesidad de un cambio sobre un recitado copiado de Gaye. “Puedo cantar sobre una conciencia que hace que otros se sientan menos solos, personas para quienes la articulación franca de estos tiempos aterradores no es una fuente de incomodidad sino una causa de identificación y alivio”, indica Anohni, que entrega otra andanada soul en Can´t, con la guitarra ondulante y sexy que gana en groove entre ecos de jazz y euforia gospel.

Además de este par de temas, grabados en una primera toma, Anohni nos azota en Go Ahead con un grito de protesta musical y textual contra el poder –“estás decidido a derribarme, no te detendré… mata a tus amigos, eres un adicto”– o en el blues Rest, un lamento que gana en agresividad y tensión, y en la que ella repite “descansa tu alma”. El mensaje ecologista pivota sobre el baladón There Wasn’t Enough y It’s My Fault –“es mi culpa la manera en la que rompí la Tierra”, canta a ritmo de jazz–, y Sliver Of Ice es un emocionante tributo a Lou Reed, donde le declara su amor jugando a ser Nina Simone y recordando que, a las puertas de la muerte, cualquier hecho normal, como chupar un hielo, puede convertirse en algo extraordinario.

Anohni no ofrece respuestas ante el dolor que plantea en Why Am I Alive Now? y en la escalofriante y orquestal Scapegoat, la joya del disco, aparece como “chivo expiatorio” por nacer diferente y canta, convirtiéndose en micrófono de los intolerantes: “eres tan fácil de matar No es personal Es solo la forma en que naciste”. Y vuelve a abrirse en canal en You Be Free, que contiene el verso del título –“mi espalda era un puente para que cruzaras”– y en la que le canta a estos tiempos violentos. Pero, sobre todo, nos pide “ser libres”. Por nosotros mismos y por ella. Para que su lucha, y el disco, cuya portada muestra a la pionera activista trans Marsha P. Johnson, cobre trascendencia. “Quiero ayudar a otros a moverse con dignidad y resiliencia a través de estas conversaciones que ahora enfrentamos”, concluye. Gran regreso.

2023-07-31T07:48:05+02:00
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