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Agricultores y ganaderos temen que la subida de costes provoque escasez de alimentos

El primer sector sostiene que con lo que se les paga por los alimentos no pueden afrontar el incremento de gastos
Vacas lecheras pastan en un granja
Vacas lecheras pastan en un granja

La sequía y el incremento de costes está ahogando al primer sector, que confiesa que no logra siquiera cubrir los gastos con la venta de sus productos. Y es que al encarecimiento de la luz o el gasóleo que usan en agricultura y en las granjas hay que añadir la falta de agua que ha asolado a toda la península este año; que ha hecho que los pastos desaparezcan y haya que comprar pienso, a un coste muy elevado, para los animales.

Por eso, el sector se encuentra en estado “crítico”. Así lo asegura David Ortiz, ganadero de Bizkaia Esnea, que explica que actualmente para que una vaca sea rentable tiene que dar un mínimo de 30 litros diarios de leche; cuando el pasado año con 20 era suficiente. Eso, en muchos casos, ha obligado a los ganaderos a sacrificar a las reses para “poder pagar las facturas y llegar a fin de mes”.

Han subido precios del litro de leche, pero los gastos han subido tanto que estamos igual. Si una vaca no da un mínimo de 30 litros, como la carne se paga bien se mata la vaca”. Y es que según desgrana, cada vaca come alrededor de 40kg y necesita de 60 a 80 litros de agua diarios. Teniendo en cuenta la sequía de este año, los ganaderos han tenido que comprar los alimentos para las vacas, a unos precios desorbitados debido a la escasez. Si antes la alfalfa deshidratada estaba a 300 euros el kilogramo, ahora está a 420, el maíz ha pasado a costar el doble: de 50 euros la tonelada a los 100.

Y no son los únicos gastos a los que tienen que hacer frente. El precio disparado de la luz, o del gasóleo agrícola, que se compraba a 50 céntimos y ahora asciende a 1,43. Todo ello ha provocado que a pesar de que haya pasado de cobrar 40 céntimos por litro de leche a facturar 50 céntimos, eso no es suficiente para cubrir los gastos.

Por eso, subraya que aunque en su caso no ha tenido que hacerlo porque tenía alimentos comprados del año pasado, “se están matando muchísimas vacas; porque el ganadero tiene que sobrevivir, llegar a fin de mes”. Y va más allá advirtiendo de que “como siga así va a haber desabastecimiento de leche”.

Suministro de lácteos

Así, según Ortiz, aunque es consciente de que todos los sectores “están mal” por la inflación defiende que “el ganadero que se quita de producir de leche no va a volver”. Además, advierte de que en su sector no hay relevo generacional. “La media de edad está en 60 años. Solo hay que coger la calculadora y ver qué va a pasar dentro de 4 o 5 años”. Así, defiende que “para primeros de año habrá problemas de suministro”, algo que también ocurre en Europa, según Ortiz.

“Si la situación no mejora se seguirán matando vacas al mismo ritmo, y cada vez se retirarán más ganaderos”. Por eso, advierte de que es imprescindible subir la cuantía que se les paga por cada litro de leche. “Si al ganadero no le pagan se acaba retirando, es lo que pasa”. Por eso, aunque asegura que con la situación actual de la población es duro tener que subir el precio de productos básicos como la leche en el mercado, insiste en que “no queda otro remedio, sino no lo va a haber”. Y pone una cifra: debería subirse a 65 céntimos lo que les pagan por litro, si es que no suben los gastos. “Sino no es rentable”, sostiene.

Proveedores

En la misma línea se pronuncia Félix Bariáin, presidente de la UAGN, Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra, que hace alusión al gran distribuidor que esta misma semana ha tenido una falta de leche en alguno locales, y que ha atribuido a un problema del proveedor: “Si el proveedor que le suministra leche no tiene, es que el ganadero no le suministra. No hay nadie que tenga ganas de ser esclavo de la industria. Si no ganas dinero lógicamente irán al matadero y no se producirá leche”, asegura.

Sin embargo, fuentes de Eroski por su parte defienden la coyuntura actual no ha provocado ningún tipo de falta de suministros ni escasez en su caso. Es más, sostienen que “eso no provoca que haya falta de productos, puede provocar una subida de precios. Pero no lleva a una falta de suministros”.

Asimismo, apuntan que no les falta ni leche ni carne, “a pesar de que algunos ganaderos dicen que han tenido que sacrificar vacas, pero nosotros no hemos tenido problemas”. Por otro lado, apuntan que “lo que hace la inflación es que el proveedor diga, me cuesta más producirlo tienes que comprármelo más caro. Y Eroski se lo compra más caro. Pero no ha dejado de distribuir por eso”.

En cuanto a la falta puntual de huevos de las últimas semanas de marca Eroski “de tamaño M y L”, indica que se ha debido a “un problema técnico” del proveedor, en ningún caso provocada por la situación actual de incremento de costes de producción.

¿Importación de alimentos?

En palabras de Bariáin, la crisis que sufre la ganadería y la agricultura viene de lejos, pero se ha visto sobrepasada por la coyuntura actual. Y es que sostiene que una factura de agosto es mayor que todo el 2021. Asimismo, explica que el motivo de que el coste se haya disparado es depender de la energía de terceros países. Por eso, pone sobre la mesa una cuestión: ¿.Quién nos dice que dentro de unos años no dependeremos en materia alimentaria de otros países? A lo mejor no pagamos el litro de leche a este precio, sino diez veces más caro como está pasando con la energía”. “Si eso ocurriese sería un auténtico caos”, advierte.

Sin embargo, el incremento de precios como el de la luz no es el único problema que enfrentan los y las profesionales del primer sector. Y es que señala que se incumple sistemáticamente la ley de la cadena. “La ley dice que no se puede pagar por debajo de los costes de producción, que no se puede vender a pérdidas, y voy a cualquier lineal o intermediario y muy pocos cumplen el precio”, defiende Bariáin.

Así, el presidente de la UAGN da cifras sobre la diferencia entre lo que cobra el productor y a cuánto lo paga el consumidor para defender el doble etiquetado de los productos. “Uno para que se vea lo que se nos paga, y otra para marcar el precio que paga el consumidor”. Y es que en el caso de frutas como el melocotón. al productor se le paga a 0,75 euros el kilogramo, mientras en el lineal está a 2,90, o la cebolla que se paga a 0,30 a los agricultores y se vende a 1,40 en grandes superficies. “Obviamente en el intermedio hay gente que tiene que ganar dinero, pero una cosa es ganar y otra lucrarse”, denuncia.

Así, sostiene que el sector se levanta cada día para perder dinero. “Llegará un momento no muy lejano que tendremos problemas. Si queremos depender de que grandes fondos de inversión manejen un sector como la alimentación, y no provenga de aquí, es muy fácil. Y si queremos cambiar hay que ponerse ya manos a la obra”, zanja.

2022-10-16T18:07:05+02:00
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