Echarse a la mar para descubrir todos sus secretos. Es lo que muchos sueñan, y es lo que les proponemos, a una escala un poco más reducida, en el paseo de 30 minutos que nos permitirá conocer la isla de Santa Clara, uno de los símbolos de la ciudad de Donostia. En plena bahía de La Concha, esta isla cuya ermita se utilizó en 1597 para trasladar a los contagiados de peste, guarda una extensa historia.
Ahora esa ermita se ha visto sustituida por el edificio que guarda el faro, y en septiembre podemos disfrutar de sus fiestas, porque es en verano cuando más ambiente se respira en este islote. Pero, si de hablar de su historia se trata, además de haber sido utilizada como polvorín e incluso como cementerio, cabe destacar que en 1974 fue declarada Centro Histórico de Interés Nacional y que en la actualidad, durante la temporada estival, cuenta con bar-restaurante, baños, duchas, socorristas…
Porque el único edificio que en estos momentos encontramos en esta isla es la antes mencionada Casa del Faro, que estuvo habitado durante más de un siglo y que en los sesenta fue automatizado. En estos momentos, es además casi un museo, pues acoge la obra de la artista donostiarra Cristina Iglesias.
La travesía
Pero hablemos de la aventura que nos llevará hasta esta mágica isla. El barco que nos permitirá llegar hasta allí partirá desde el paseo del muelle, en Donostia, donde nos estará esperando el barco que nos llevará hasta esta isla. De esta forma, la travesía nos llevará por las aguas de la bahía de La Concha, desde donde tendremos la posibilidad de contemplar el Ayuntamiento, el balneario de La Perla, el palacio de Miramar, el monte Urgull o el archiconocido Peine de los Vientos.
Por un precio de siete euros nos convertiremos, en definitiva, en auténticos marineros que surcan la mar en busca de aventuras, en un plan perfecto para hacer en familia -los menores de cuatro años tienen el acceso gratuito-. Las reservas se pueden realizar en Motoras Isla Santa Clara o también en Civitatis.
Hay además otra opción, la de ir directo a la isla, que por 4 euros nos llevará sin realizar ningún paseo por la bahía, a nuestro destino. Y es que en Motoras de la Isla son expertos en este tipo de experiencias. Ya en 1942 cuentan cómo Julián Isturiz comenzó con el servicio regular a motor de pasajeros a la isla Santa Clara con la embarcación Belmonte, de 8,30 metros de eslora y un desplazamiento de casi 4 toneladas.
Las cosas fueron evolucionando, y en la actualidad en su flota cuentan con el legendario Aitona Julián de Angelito, así como tres nuevos Aitona Julián de última generación. “La última adquisición de nuestra flota es el Aitona Julian IV. Actualmente es el barco con mayor capacidad de pasajeros de todo el País Vasco y de la historia de las motoras de la isla Santa Clara, con capacidad para 150 pasajeros. Se trata de una embarcación de motorización híbrida. Con tres motores de propulsión estándar, y con dos motores eléctricos que son los que mueven las hélices transversales, y se utilizan para hacer las maniobras de atranque”, explican.