Son varios los factores que han llevado a la Real Sociedad a una temporada más gris de lo que el club y su entorno esperaban. Desde la acumulación de partidos para una plantilla que ha sido insuficiente de cara a acometer todos los retos, bajas de algunos futbolistas con cartel de titulares y que ha afectado a su irregularidad, rendimiento global por debajo de las previsiones de los fichajes que llegaron el verano pasado, pero ciñéndonos a lo visto sobre el césped a la Real le ha faltado fútbol.
Esto quiere decir que ha sido un equipo previsible, al que le ha costado crear juego, salvo en contadas ocasiones, y que ha pagado con creces sus pocas ocasiones de gol y su cifra de tantos tan baja. Ha marcado 32 goles en los 34 partidos disputados hasta la fecha, ni tan siquiera un gol por partido.
Solo el ya descendido Valladolid, con 25 tantos, y el Getafe y el Mallorca, con 31, han sido peores en esta faceta. Los 32 de la Real los iguala el Leganés mientras que el resto de equipos supera esa cifra. Así las cosas, los números en cuanto al ataque tampoco acompañan al equipo de Imanol Alguacil.
Si cogemos los datos de la Liga es Mikel Oyarzabal, con ocho goles, el máximo realizador. No deja de ser una cifra interesante para el capitán, pero alejada de los delanteros centros de la mayoría de equipos que aseguran una cifra superior. En defensa de Oyarzabal hay que destacar que está jugando de delantero centro porque los dos futbolistas que se ficharon para esa posición, Sadiq y Oskarsson, por diferentes motivos, no han dado el rendimiento que se esperaba de ellos.