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Tras el punto final ahora empieza todo

Termina la campaña y empieza el momento de las decisiones de la ciudadanía vasca cuya convicción democrática solo puede llevarle a llenar las urnas
El candidato a lehendakari, Imanol Pradales, saluda a simpatizantes del PNV en presencia de los otros dos cabezas de lista, Bakartxo Tejeria, y Joseba Díez Antxustegi / Jose Mari Martinez Bubu

Exhaustos han tenido que terminar la campaña los candidatos y las estructuras de los partidos vascos, que es también como la hemos terminado los periodistas que la hemos seguido. El redoble final de ayer fue la última apelación al voto de los propios y, sobre todo, de los que dudan entre ir o no mañana al colegio electoral, que son más de los que dudan realmente entre siglas. Toca llenar las urnas como si se estuviera jugando la final de la que saldrá el campeón del bienestar y desarrollo en los próximos años porque, de hecho, así es.

Reforzando el mensaje central de estos días, Imanol Pradales reiteraba ayer que toca elegir cara o cruz; que hay dos opciones de Gobierno –la que encabecen PNV o EH Bildu– y que cuanto más respaldo social salga de las urnas, más estabilidad para el país. Su rival, Pello Otxandiano, sigue reprochando a todos los demás que le recuerden su dificultad para definir a ETA como terrorista. Al PNV, al PSE, al PP... curiosamente no a Sumar, que le ha pedido lo mismo pero de ahí espera pescar algo. En lugar de enfadarse, debería agradecerles la oportunidad que le brindan de aclarar las cosas. Claro que no se agradece lo que se desprecia.

Está más cómodo en el discurso del cambio. Su compañero Mikel Otero volvía a decir ayer que EH Bildu va a liderar el cambio que viene. Como si el cambio pululase por el éter esperando a que alguien le acune. Está tan repetido el eslogan que están logrando que nadie les pregunte en qué consiste el cambio, más allá de maná para todos y la paz mundial.

No era ayer el día de acuñar nuevos mensajes. La candidata de Sumar Alba García lleva toda la semana repitiendo la idea de que PNV y PSE han agotado sus ideas para gobernar, así que ella va reduciendo las suyas a decirlo. Mientras, quienes más directamente le disputan el espacio y el puesto en el próximo Parlamento, Elkarrekin Podemos, hizo ayer un acto que también da una idea de la importancia de las apariencias. Se presentó como un respaldo de profesores universitarios a Miren Gorrotxategi, como si fueran una entidad independiente que ha dado un paso al frente para comprometerse políticamente después de vista la campaña. Ocurre que lo lideró el profesor universitario Roberto Uriarte, que fue el primer secretario general de Podemos en Euskadi, diputado en el Congreso y participante asiduo de sus actos de esta campaña. Un intelectual recién convertido no es. Con todo su derecho, cuidado, pero también con toda la tramoya propia de estos días.

Hemos asistido estas semanas a ejercicios de memoria selectiva y a avisos cuya similitud con la realidad era pura coincidencia. Denis Itxaso rememoraba, por ejemplo, la deuda que dejó la gestión de EH Bildu en la Diputación de Gipuzkoa, que han tardado 10 años en superar los socialistas, según dijo; olvidó citar que gracias a los gobiernos del PNV en la institución de la que el PSE es socio minoritario. mientras, se intercambiaban papeles Núñez Feijóo y Javier De Andrés. El segundo zumbó a Sánchez y el primero al PNV. Que no imite, les dijo, el procés catalán. No concretó en qué multiverso paralelo.

Pero no hay como terminar una larga campaña electoral con un truco de magia. Todo el mundo devanándose los sesos para sostener y mejorar los servicios públicos, garantizar la seguridad y el empleo o implementar la calidad de vida de la ciudadanía vasca y Vox lo quiere resolver con 50 metros de bandera rojigualda en la playa de La Concha. Txispun!

20/04/2024