Bizkaia

El acusado de matar a su tío en Amorebieta reconoce que le golpeó con un hacha: “Sin querer, le dí, y pasó lo que no tenía que haber pasado”

Arranca el juicio contra el acusado de matar a su tío con un hacha en Boroa
Primer día del juicio del hombre acusado de matar a su tío en mayo de 2020 en Boroa.

“No fue un accidente, sino una discusión muy fuerte que terminó mal”. La frase ha sido pronunciada esta mañana por J.M.G., acusado de acabar con la vida de su tío en Boroa (Amorebieta-Etxano). Ha reconocido que, efectivamente, detrás del golpe hubo motivos económicos. “Sin querer le dí, y pasó lo que no tenía que haber pasado”, ha apostillado el hombre, de 41 años, rememorando aquel trágico suceso de mayo de 2020.

Al parecer, los problemas para hacer frente a las mensualidades de la hipoteca fueron el desencadenante de los hechos ahora juzgados en la Audiencia de Bizkaia. “Le pedí dinero a mi tío, pero me dijo que no. Discutimos y entonces no sé qué me pasó”, ha insistido el acusado al tiempo que ha rechazado que fuera un accidente, como indicó en las primeras declaraciones policiales. “Me arrepiento, no puedo decir más", ha zanjado.

Durante este primera sesión del juicio, J.M.G ha llegado incluso a echar por tierra el argumentario de su propio abogado, quien había pedido la absolución de su defendido por no haber intervenido en este suceso. Sin embargo, él mismo ha admitido que golpeó su tío, de 66 años, con la parte trasera de un hacha. J.M.G. ha relatado que la relación con su tío -hermano de su madre- siempre fue buena y que desde la muerte de su padre "les ayudaba económicamente".

En el último año su tío le daba más dinero del habitual a la vez que pidió préstamos personales, al banco y también a su primo, porque "tenía gastos que no tengo por qué contar aquí", según ha argumentado. Preguntado por si le daba el dinero a una mujer, que según él, trabajaba en su casa, o si esta persona le "presionaba" para que obtuviera más dinero, lo ha negado. También ha asegurado que carecía de "expectativas" sobre la herencia de su tío y que desconocía si estaba incluido en el reparto. Según ha afirmado su defensa, el acusado no figuraba en el testamento.

Un momento de la sesión que se sigue por el crimen de Boroa. Oskar M. Bernal

En la sesión de hoy, ha declarado como testigo su primo, quien ha confirmado la "excelente" relación de su tío con todos los sobrinos, por los que "se desvivía", y más con el acusado, ya que vivían en el mismo pueblo. "Era un apoyo económico para J.M.G., siempre le respondía", ha dicho, y ha relatado una conversación, a la que en principio no dio mayor importancia, en la que su tío le pidió que hablara con el acusado porque mantenía una relación con una mujer "y pedía dinero a todo el mundo".

"Todo ese dinero no ha aparecido; también pidió préstamos personales avalados por su madre, vendió una casa.... todo eso está desaparecido", ha remarcado. Este testigo ha admitido que siempre creyó la versión del acusado -que el tío sufrió un accidente en la huerta- hasta que la Ertzaintza le comentó que le habían detenido como presunto autor del crimen. "En mi cabeza, en ningún momento podría pensar que fuera un asesinato", ha asegurado.

La fiscalía pide para J.M.G. una pena de 20 años de prisión por un delito de asesinato, ya que considera que atacó a su tío por sorpresa, por la espalda y sin darle posibilidad de defensa. La acusación particular, en representación de otro sobrino -primo a su vez del acusado- eleva la solicitud a 22 años y cree que fue un crimen planificado para cobrar la herencia del tío, soltero y sin hijos.

22/11/2022