La situación económica y migratroria centran las preocupaciones de los casi diez millones de griegos que este domingo votan por segunda vez en el plazo de un mes en unas elecciones parlamentarias.
Las elecciones del 21 de mayo se saldaron con una clara victoria de la gubernamental Nueva Democracia (ND) de Kyriakos Mitsotakis con cerca del 41 % de los votos, doblando el 20% que sumó la formación de izquierdas Syriza, a la que pertenece Alexis Tsipras, pero no fue suficiente para una mayoría parlamentaria con la que gobernar.
Mitsotakis describió su victoria como un "terremoto" político, y no le falta razón si se tiene en cuenta que ningún partido gobernante aumentó su respaldo en las urnas en más de 40 años.
A continuación siete claves para entender los nuevos comicios.
PRIMA ELECTORAL:
Aunque los resultados de la votación se prevén muy parecidos a los de mayo, su traducción en escaños será distinta. En estas elecciones se introduce de nuevo un premio de hasta 50 escaños al partido que quede primero en la votación, lo que permitirá sumar una mayoría absoluta a los conservadores de Nueva Democracia si repiten resultado.
A Mitsotakis le bastaría un porcentaje en torno al 39 % para hacerse con la mayoría absoluta en el hemiciclo heleno de 300 escaños.
LAS ENCUESTAS:
Los principales partidos obtendrán porcentajes similares a los de mayo y ND sumaría el 41 % de los votos, más que suficiente para hacerse con la mayoría absoluta. Syriza repetiría con un 20 % mientras que los socialistas de Pasok-Kinal llegaría al 12 %.
PROMESAS:
Mitsotakis se presenta como la única opción para un gobierno estable y promete mantener a Grecia en la senda del crecimiento económico. Alexis Tsipras, por su parte, aboga por una economía con más justicia social y ha criticado el debilitamiento del Estado de derecho.
LA ECONOMÍA:
La gestión económica fue un factor crucial en las elecciones de mayo y la victoria de ND. En un país todavía traumatizado por los recortes de la década pasada y en el que el producto interior bruto (PIB) cayó un 25 % debido a las medidas de austeridad, el gran respaldo a Mitsotakis se explica porque los griegos le han dado el crédito de estabilizar la economía, con la vuelta de las inversiones, un crecimiento por encima de la media de la Unión Europea, si bien el PIB actual sigue por debajo del nivel de 2010, cuando empezó la crisis de la deuda.
También existe preocupación por la inflación, pero los griegos apostaron por la continuidad con Mitsotakis y no por el cambio.
ESTADO DE DERECHO:
Aunque durante el Gobierno de Mitsotakis hubo escándalos que podrían haber amenazado su popularidad, como un caso de escuchas telefónicas a un político opositor y a periodistas, el electorado respaldó al partido que considera que garantiza la recuperación económica.
A pesar de que no pocos ciudadanos perciben retrocesos democráticos con el Ejecutivo de centroderecha, los griegos votaron con el bolsillo. Grecia, por ejemplo, es el último país de la UE en el índice Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras.
MIGRACIÓN:
Mitsotakis define su política migratoria como "dura pero justa" y prometió proteger las fronteras y reducir la llegada de solicitantes de asilo. Sin embargo, Mitsotakis recibió duras críticas por las "devoluciones en caliente" y el rechazo de embarcaciones de inmigrantes en el mar, algo que Atenas ha negado.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados( ACNUR), grupos de derechos humanos y organizaciones de ayuda han condenado estas expulsiones, calificándolas de violaciones flagrantes del derecho internacional. Con todo, estas críticas no supondrán que los votantes conservadores dejen de apoyar a Mitsotakis, ya que cumplió con su promesa de reducir de forma drástica las solicitudes de asilo.
Los campos de refugiados abiertos cerca de las fronteras, como los de Lesbos, han sido reemplazados por centros de acceso "controlados y cerrados", financiados por la UE. El último naufragio frente a las costas de Grecia, con probablemente cientos de muertos, tampoco tiene visos de pasar factura a Mitsotakis en las urnas.
CAMBIOS EN LA OPOSICIÓN:
Tras la derrota en mayo, el objetivo de Syriza ya no es desbancar a Mitsotakis, sino detener su propio declive y evitar que los socialistas del Pasok se conviertan en la principal formación progresista. La izquierda griega, liderada por Syriza, sufrió un gran revés con los resultados de mayo. Los votantes mostraron una pérdida de confianza en Tsípras.