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Gestación subrogada | “Se está criminalizando a las mujeres gestantes y a las familias”

Bilbao acogerá en 2023 un congreso internacional sobre gestación subrogada en el que participarán gestantes de diferentes países y medio centenar de expertos
Ariadna Ayala, doctora en Antropología Social, ha presentado este lunes el congreso sobre gestación subrogada en Bilbao.
Ariadna Ayala, doctora en Antropología Social, ha presentado este lunes el congreso sobre gestación subrogada en Bilbao.

“Es importante que el punto de vista de las gestantes por sustitución sea tenido en cuenta por los movimientos feministas y por los políticos que probablemente tengan que regularlo en el futuro”, afirma Ariadna Ayala, antropóloga que participará, junto a mujeres que han gestado para terceros y medio centenar de expertos, en el primer congreso internacional sobre gestación subrogada que se celebrará en julio de 2023 en Bilbao y que ha sido presentado por la asociación Gure Umeen Ametsak, una de las organizadoras del evento.

¿Por qué resulta tan polémica la gestación por sustitución?

La gestación por sustitución muestra que la gestación ya no está vinculada con la maternidad. Es una mujer la que gesta el bebé de otra persona o pareja con un embrión que se ha generado en una clínica de reproducción asistida y sin compartir material genético con el mismo. La gestación por sustitución pone en cuestión la manera de entender la familia y cómo esta se conforma en Occidente.

¿Sería tan polémica si no hubiera compensación económica?

Hay lugares en los que la práctica es mejor aceptada si se considera una acción altruista. Hay mucha polémica en lo que respecta a la monetarización del trabajo gestacional. Las mujeres californianas a las que he entrevistado consideran que el dinero es una compensación por los nueve meses de gestación y por todas las citas médicas y gestiones que tienen que realizar. La mayoría tienen ya sus familias conformadas y consideran que el proceso de gestación supone un esfuerzo y que lo justo es que se les ofrezca un dinero que les viene bien para reinvertirlo en sus familias. 

¿Cuáles son las principales motivaciones que llevan a una mujer a gestar para otra familia?

Las dieciséis mujeres californianas a las que he entrevistado este verano sostienen que han querido ayudar a otras familias o personas a tener hijos e hijas. Esta es su motivación principal. La motivación económica también es importante, aunque secundaria, y les permite obtener un dinero que utilizan para pagar, entre otras cosas, préstamos por haber ido a la universidad, la entrada de vivienda o los estudios de los hijos. Es importante indicar que no están en situaciones económicas precarias. Si hay riesgo de pobreza, no son consideradas como candidatas adecuadas por las agencias de gestación por sustitución. Son mujeres de clase media que trabajan y la gran mayoría cuentan con diplomas universitarios. Todas tienen hijos. Es muy común que repitan y la mayoría dicen que la experiencia ha sido positiva y volverían a hacerlo.

¿Qué dilemas éticos plantea la gestación por sustitución?

Un dilema ético tiene que ver con la posible explotación económica de las mujeres. En contextos donde haya mucha desigualdad económica podría pensarse que las mujeres van a decidir gestar para terceros para obtener dinero y para algunas personas esto supone un riesgo de explotación de dichas mujeres. Otro dilema ético tiene que ver con la comercialización de algo que se considera íntimo, del ámbito de lo femenino, familiar y privado, es decir, un campo que no debería estar abierto a los intercambios económicos ni caer dentro de lo que se considera trabajo remunerado. De ahí que a menudo se utilice peyorativamente el término vientres de alquiler.

¿Por qué en el Estado español no se ha regulado habiéndolo hecho otros países del entorno?

Entiendo que la cuestión no se ha abordado con seriedad y que no se ha pedido información a diferentes investigadores e investigadoras que están estudiando el tema. El asunto se ha politizado excesivamente en los últimos años y no se ha abordado de manera sosegada. En lugar de tener un debate social complejo, con matices, y con análisis de diferentes experiencias internacionales, se está criminalizando de manera simplista a las mujeres gestantes y a las familias que tienen hijos por esta vía. 

La ministra de Igualdad consideró la gestación subrogada como una “forma de violencia” contra las mujeres. ¿Qué opina al respecto?

En los casos que conozco, que son Ucrania y California, no puedo afirmar que la gestación por sustitución sea equiparable con una forma de violencia contra las mujeres. Ellas deciden conscientemente solicitar ser gestantes por sustitución y firman, con conocimiento de causa, los contratos que las amparan. El problema sería presuponer que la gestación por sustitución se realiza de forma “forzada”, esto es, en contextos socio-económicos o socio-culturales que no permitan a las mujeres tomar la decisión libremente.

Mujeres feministas se posicionan en contra y gestantes piden que se las respete. ¿No es contradictorio?

Lo que para mí es contradictorio es que se quieran imponer ciertas narrativas maestras o modos de hacer universales a todas las mujeres. Por otro lado, entiendo que hay grupos feministas que están preocupados porque haya mujeres que no tomen libremente la decisión de gestar para terceros. En los casos que conozco las mujeres opinan que son suficientemente inteligentes como para tomar decisiones que no vayan en su contra. Algunas gestantes se consideran feministas y les sorprende que haya grupos feministas que afirman que son explotadas. El feminismo tiene que escuchar las voces de todas las mujeres, no sólo de las que encajan con las formas convencionales de gestar y de criar. 

Hay mucho desconocimiento sobre esta opción reproductiva. ¿Cuáles son los principales prejuicios?

Tienen que ver con la idea de que la gestante pueda apegarse emocionalmente al bebé y tener problemas para entregárselo a los padres. Cuesta comprender que para estas mujeres ese bebé nunca fue suyo. Hemos entrevistado, en dos proyectos de investigación, a 12 mujeres ucranianas y 29 californianas y ninguna dice haber tenido problemas para entregar al bebé ni haberse arrepentido. Conciben los nueve meses de embarazo como un periodo en el que cuidan al bebé de otra familia. Es frecuente que digan que han hecho de 'canguros'.

2022-09-13T10:55:03+02:00
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