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Tortilla de patatas, con cebolla y sin cebolla, mejillones en salsa verde y un sabroso caldo casero son parte de la carta de presentación de Sandra Córdoba y sus hijos “Miller”, Alexander y José Mari en la nueva andadura del bar Batzoki de Mutriku.
Nuevos retos
El bar reabrió sus puertas hace unas semanas, posibilitando que la parte vieja de la localidad costera recuperara un elemento muy señalado de su oferta hostelera.
La noticia supone un soplo de aire fresco en un tiempo complicado para el mundo de la hostelería, tanto en Mutriku como en otras muchas localidades.
La gestión de este tipo de negocios se ha complicado ante un cambio de hábitos generalizado.
La forma de alternar ha variado mucho en poco tiempo y el tradicional poteo diario está en vías de extinción.
Son muchos los establecimientos que cierran y cada vez cuesta más reabrirlos ante la falta de un relevo generacional que coja su testigo.
Experiencia en hostelería
Pero todavía hay quien ve en la hostelería una salida profesional atractiva.
Ese es el caso de Sandra Córdoba y sus hijos Francisco Javier, más conocido como “Miller”, Alexander y José Mari, quienes se han embarcado en la aventura de gestionar este popular bar.
Su llegada al Batzoki está avalada por muchos años de actividad en el sector de la hostelería, algo que queda patente en el caso de Alexander.
“Llevo 12 años en este mundo. Mi madre tiene también muchísima experiencia, al igual que mi hermano Francisco Javier, por lo que regentar un bar no es nuevo para nosotros”.
De Saturraran al casco urbano
Esta familia, que reside en Mutriku, a pocos metros del Batzoki, ha puesto en marcha el bar tras dejar atrás un proyecto similar en Saturrarran.
“Estuvimos gestionando el bar del camping hasta el final de este pasado verano, y pensamos que era el momento de embarcarse en otro proyecto. Teníamos noticias de que el Batzoki estaba cerrado. A mi madre le hacía ilusión asumir su gestión, pero no sabíamos si iban a aceptar nuestra propuesta. La planteamos, nos dieron el visto bueno y aquí estamos”.
Sandrá Córdoba muestra una cazuela con el sabroso caldo que oferta a los clientes que pasan por el Batzoki.
Una reapertura muy esperada
La apertura fue recibida con satisfacción por los mutrikuarras, al ver cómo reabría un bar que tradicionalmente ha tenido mucho tirón.
“En estas primeras semanas nos está ayudando que es un bar que se ganó buena fama en el pasado. No nos ha hecho falta mucha publicidad para que la gente sepa que ha reabierto: es un establecimiento muy conocido y la gente pasa por aquí para ver cómo funciona en esta nueva etapa”.
En el tiempo que el bar lleva abierto han tenido ocasión de mostrar a sus clientes qué tipo de establecimiento quieren ser. Su idea es ofrecer todo lo que puede ofrecer un bar de pueblo, convirtiéndose en escala obligada en la ruta de bares.
“En Mutriku ha sido costumbre iniciar la ronda en la parte baja del pueblo e ir subiendo por el casco antiguo camino de la plaza. En esa ruta era habitual pararse en el Batzoki. Ahora que hemos reabierto nos gustaría que se mantuviera la costumbre”, manifestó Alex.
Oferta atractiva
Para ello es importante ganarse el favor de los clientes y ofrecerles algo que les lleve a atravesar el umbral del Batzoki para tomar un trago o comerse un pintxo, un apartado en el que Alex y su familia ponen un especial interés.
En esa oferta, Alex destaca de manera especial la tortilla de patatas que han empezado a ofrecer a sus clientes, aunque sin desmerecer otros productos como el sabroso caldo o los mejillones en salsa verde, herencia del origen chileno de su madre, Sandra, quien es la encargada de llevar la cocina.
“También tenemos tortillas de jamón, queso y pintxos de chorizo y morcilla. Los clientes pueden encontrar también tarta al horno y tarta fría, que son muy ricas. Nuestra idea es ampliar la oferta y ofrecer raciones, platos combinados, hamburguesas, pollo… e incluso incorporar un menú del día”.
Cuestión de equilibrio
El reto es convertirse en un punto de referencia en la hostelería local, pese a que son muy conscientes de los muchos retos que tienen por delante.
En demasiadas ocasiones se palpa un ambiente de pesimismo en todo lo que rodea a bares y restaurantes, pero Alex apuesta por mirar adelante con optimismo. De hecho, cree que todo es una cuestión de equilibrio.
“Es cierto que se oye en demasiadas ocasiones que la hostelería ha bajado en Mutriku, pero creo que deberíamos preguntarnos qué hacemos los mutrikuarras para que esto no sea así".
Alex pone como ejemplo las barras de pintxos. "Si los hosteleros esperan a los clientes con barras repletas de pintxos que luego terminan quedándose en el mostrador, lo normal es que la próxima vez ya no se vuelvan a poner. Si ese equilibrio entre lo que ofrecen los bares y la afluencia se rompe, el recorrido por los bares desaparece y el ambiente se resiente. Es la pescadilla que se muerde la cola. Los hosteleros necesitamos a los clientes y los clientes, a su vez, bares que les ofrezcan argumentos para ir a ellos”.