El ejercicio físico puede convertirse en un aliado clave para mejorar la salud mental de las personas con enfermedad mental. Así se ha puesto de manifiesto en Vitoria durante el encuentro ciudadano Misión posible: prescripción sostenible, organizado por el Instituto de Investigación Sanitaria Bioaraba.
En la jornada, expertos en psiquiatría, farmacia e investigación sanitaria explicaron cómo la prescripción verde –la combinación de ejercicio físico supervisado y contacto con la naturaleza– puede complementar los tratamientos farmacológicos, mejorar la calidad de vida, el rendimiento cognitivo y el bienestar general, y a la vez fomentar un uso más responsable y sostenible de los medicamentos. La cita incluyó conferencias divulgativas, intervenciones sobre la resistencia a antibióticos y debates con la ciudadanía, mostrando la relevancia de unir salud, medio ambiente y estrategias terapéuticas innovadoras.
En el bloque dedicado a la prescripción verde, participaron Mikel Tous Espelosin, profesor e investigador de la Universidad del País Vasco (EHU), y Nagore Iriarte, psiquiatra de la Red de Salud Mental de Álava.
“ El ejercicio físico puede convertirse en un aliado clave para mejorar la salud mental de las personas con enfermedad mental" ”
Ambos explicaron que la evidencia científica respalda los beneficios del ejercicio físico en personas con enfermedad mental, incluyendo patologías graves como la esquizofrenia, la depresión resistente al tratamiento o el trastorno bipolar. Destacaron que el ejercicio físico debe entenderse como un medicamento, con dosis, frecuencia, intensidad y tipo adaptados a cada paciente, y diseñado y supervisado por educadores físico-deportivos.
Además, señalaron que realizar actividad física en la naturaleza potencia los beneficios, mejorando la sintomatología clínica, la calidad de vida, la autoestima y la función cognitiva, siempre como complemento a la medicación y a otras intervenciones clínicas.
Ambos especialistas explican a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA la relevancia del ejercicio físico en la salud mental y cómo puede integrarse dentro de los tratamientos convencionales. Nagore Iriarte señala en este sentido que: “Sabemos que en psiquiatría los fármacos y la psicoterapia son importantes, pero además ahora, en las últimas revisiones y guías clínicas, hay una evidencia científica que señala que el ejercicio físico mejora tanto la parte física –capacidad cardiorrespiratoria, composición corporal– como los síntomas asociados a la propia enfermedad mental”.
En este sentido, la psiquiatra destaca que esta evidencia se aplica incluso a patologías graves, como la esquizofrenia, la depresión mayor o el trastorno bipolar. Explica que el ejercicio físico no solo actúa sobre los síntomas clínicos, sino que también tiene efectos a nivel psicológico y cognitivo: aumenta la autoestima, la autoeficacia y el rendimiento cognitivo, y genera cambios neurobiológicos como el incremento del tamaño del hipocampo, relacionado con la memoria.
“ La prescripción verde –la combinación de ejercicio físico supervisado y contacto con la naturaleza– puede complementar los tratamientos farmacológicos, mejorar la calidad de vida y el bienestar general" ”
Por su parte, Mikel Tous Espelosin añade que el ejercicio físico debe concebirse como un tratamiento individualizado y supervisado:
“El ejercicio físico se entiende como un medicamento. Un medicamento lo entendemos con un objetivo, dosis, frecuencia y tipo; el ejercicio debería entenderse de la misma manera. Los educadores físico-deportivos son los encargados de diseñar estos programas siguiendo el principio FITT (frecuencia, intensidad, tiempo y tipo) y ajustándolos a las necesidades de cada persona”.
Además, el investigador añade que la actividad física realizada en la naturaleza potencia los beneficios, combinando el efecto adyuvante del ejercicio físico con el contacto con entornos verdes.
“Esto contribuye a mejorar la sintomatología clínica, la calidad de vida y el bienestar psicológico de los pacientes”.
“Este enfoque requiere una colaboración estrecha entre médicos, psiquiatras y educadores físico-deportivos, para garantizar que la prescripción sea personalizada, segura y efectiva, y que no se limite a recomendaciones genéricas como sal a pasear, sino que tenga un seguimiento real y adaptado a cada persona”, añade.
En ese sentido, ambos especialistas coinciden en que esta forma de intervención no busca sustituir la medicación ni la psicoterapia, sino complementarlas, ofreciendo a los pacientes una vía adicional para mejorar su salud física y mental, al mismo tiempo que se fomenta un uso más racional y sostenible de los medicamentos.
LA JORNADA
La jornada Misión posible: prescripción sostenible ha puesto en evidencia que el impacto ambiental de los medicamentos es un problema global que afecta tanto a la salud humana como a los ecosistemas.
“ El ejercicio debe entenderse como un medicamento, con dosis, frecuencia, intensidad y tipo adaptados a cada paciente, y diseñado y supervisado por educadores físico-deportivos especializados" ”
“La farmacontaminación, generada por la producción, uso y desecho de fármacos, causa daños ecológicos, favorece la resistencia a antibióticos y, en última instancia, amenaza la salud de la población”.
Frente a este desafío, la cita organizada por el Instituto de Investigación Sanitaria Bioaraba busca fomentar el uso racional de los medicamentos y explora alternativas sostenibles. En este sentido, además, ambos coinciden en que la prescripción verde ofrece una oportunidad de medicina personalizada, en la que se complementan los tratamientos farmacológicos y psicoterapéuticos con intervenciones que potencian la calidad de vida, fomentan la actividad física segura y proporcionan beneficios psicológicos y cognitivos adicionales.
Mikel Tous Espelosin y Nagore Iriarte también destacan la dimensión motivacional y social de la prescripción verde. Así, Iriarte explica que muchos pacientes, al incorporarse a los programas de ejercicio físico, “prepara su mochila, viene, está con más gente, gente joven, con música, se relaciona… le ves otra parte diferente”, mostrando cómo la actividad física rompe la rutina de aislamiento y promueve la integración social.
Ambos coinciden en que estos beneficios van más allá de lo físico:
“Lo que a mi me produce todo este proyecto es ilusión y ganas… es un proyecto muy ilusionante y ver cómo alguien que igual ha estado mucho tiempo en casa sin salir, sin hacer nada, empieza a participar y a disfrutar”, señala Nagore Iriarte.
De este modo, la prescripción verde se convierte en una herramienta que combina actividad física, contacto social y motivación personal, aportando un valor añadido a los tratamientos tradicionales y mostrando un camino hacia intervenciones más integrales y humanas en salud mental.
“ Lo que a mi me produce todo este proyecto es ilusión y ganas… es un proyecto muy ilusionante y ver cómo alguien que igual ha estado mucho tiempo en casa sin salir, empieza a participar y a disfrutar" ”
Nagore Iriarte explica que la prescripción verde en psiquiatría y en la medicina en general se está ampliando cada vez más, a medida que los profesionales toman conciencia de áreas del paciente que antes no se consideraban. Señala que estas intervenciones, siempre combinadas con tratamiento psicofarmacológico y psicoterapéutico, pueden mejorar aspectos menos atendidos, como la calidad de vida:
“Una persona puede tener alucinaciones, pero aun así ser capaz de funcionar en su día a día, trabajar, mantener relaciones de amistad, disfrutar y viajar. No eliminamos el síntoma, pero mantenemos la funcionalidad, algo básico actualmente. El ejercicio físico nos ayuda a abordar estas áreas”.