Ruta circular en Debagoiena por los montes del valle de Aramaio

Entre la localidad guipuzcoana de Debagoiena, Eskoriatza y el valle de Aramaio se sitúa un pequeño macizo de cumbres que realmente son la prolongación de las Peñas de Arangio. Vamos a recorrerlo mediante esta ruta encontrando parajes no tan conocidos pero que nos sorprenderán.

DATOS PRINCIPALES

• Kilómetros: 11,67km
• Desnivel positivo: 677+
• Duración: corriendo 1:45h / Caminar - correr: 2:20h / Senderismo 3:15h

DESCRIPCIÓN 

La ruta que hoy nos hace poneros en movimiento parte de la localidad guipuzcoana del Alto Deba con el nombre de Eskoriatza. Posicionada a lo largo del río, está en una situación envidiable para los que nos gusta esto del monte. Por un lado, al este tenemos el impresionante muro que supone la sierra de Zaraia con Elorreta y sobre todo Kurutzeberri como máximos exponentes. Al sur esta Aitzorrotz, y al norte, siguiendo la carretera, en pocos minutos estamos en Arrasate o lo que es lo mismo Udalaitz y Murugain. Pero hoy ninguno de ellos es nuestro objetivo.

En este caso vamos a recorrer la que a buen seguro es la parte más desconocida. No es otra que la sierra que delimita Gipuzkoa y Álava, más concretamente con el valle de Aramaio. No será una cima, ni dos, sino tres cumbres las (que) hoyaremos en esta preciosa salida de montaña. Partiendo de un aparcamiento en el mismo centro de Eskoriatza, tan solo tenemos que andar unos pocos pasos, y tras pasar una fuente que dejamos a nuestra izquierda, ya estamos en terreno de monte. Seguiremos las señales de PR (sendero de pequeño recorrido) durante un buen trecho.

Al principio el camino es cómodo, ganando altitud casi sin darnos cuenta, pero tras sobrepasar una casa, un giro a la derecha nos introduce en un extenso pinar con una subida bastante exigente. Vamos enlazando curvas a derecha e izquierda mientras ascendemos bastantes metros; no hemos cubierto ni dos kilómetros y ya vemos Eskoriatza muy debajo de nosotros.

Abandonamos el PR para no dar un rodeo, y ahora por terreno cómodo, sin tanta pendiente, faldeamos el monte hasta desembocar nuevamente en la pista con las marcas amarillas y blancas. Es justo en ese momento cuando una curiosidad llama poderosamente nuestra atención. Delante de nosotros un (curioso) árbol con varias verrugas gigantes es el improvisado altar de la figura de “mendiko ama”.

Proseguimos nuestro caminar enlazando constantes subidas con partes más llanas hasta que llegamos a línea de árboles con más altura. Ahí ya podemos ver las primeras vistas del valle de Aramaio con los tres montes inconfundibles a sus espaldas. De izquierda a derecha, Orixol, Anboto y Udalaitz ponen un espectacular fondo a esta imagen de postal.

PRIMERAS CIMAS

Aun mejor podemos observarlos desde nuestra primera cima del día. Se trata de Asentsiomendi (689m) dominado en su parte alta por una gran cruz de hierro. También vemos Murugain y Tellamendi así como todo el valle de Aramaio con Ibarra como población más importante.

Desde la cima a nuestra izquierda podemos observar nuestros siguientes objetivos, el primero Ganboralde (706m), al cual llegamos tras un exigente, aunque corto repecho. Su nombre se debe a que era en este lugar donde se tocaba el tambor para organizar a las tropas en las guerras carlistas.

Después de las fotos de rigor vamos bajando hacia el collado de Azketa, que es el que separa la cumbre de dónde venimos de la cima con mayor altitud del día. Antes dejamos atrás un refugio y pasamos por otro curioso lugar. Justo en la fuente que debe su agua al río Aramaio se encuentra la edificación de la ermita de San Adrián. Esta es una de las 25 ermitas que se distribuyen por todo el valle y que posibilitan rutas en torno a ellas. Las más importantes de las 25 son la de Andra Mari de Ibabe en Ibarra, la de Marixeka, justo antes del puerto de Krutzeta, y la de San Cristobal.

ULTIMA CIMA

Habiendo repuesto agua tenemos por delante, mediante un precioso sendero que parte bajo los árboles pero que enseguida sale a cielo abierto y va enlazando eses, la subida hasta Durakogain (814m); también llamado monte de San Adrián por la cercanía de ermita anteriormente citada. Desde su cima podemos ver Jarindo y montes conocidos como Gorbea, Lekanda y Oketa.

Toca descender, y hasta el collado de Azketa lo haremos desandando nuestros pasos mediante el mismo recorrido por el que hemos subido. Una vez en el collado, en lugar de ir dirección Ganboralde, casi en línea recta parte un sendero pequeño que se mete de lleno en el pinar.

Ese es que usaremos para la primera parte de la bajada. Quizás esta sea la única parte un poco más comprometida de la ruta, si bien no presenta mayor dificultad que tomarse el descenso con cuidado. El sendero es estrecho y con bastante pendiente. Algún tramo incluso está un poco roto, con lo que con tiempo seco no hay mayor problema, en caso de estar el terreno mojado e incluso con barro es muy probable que tengamos que extremar la precaución. Una vez superado este tramo un poco más complicado desembocamos en una de las muchas pistas que faldean el monte y va descendiendo poco a poco, con mucha menos pendiente hasta nuestro lugar de partida, también de final de salida de hoy, que no es otro que Eskoriatza.

En definitiva, una ruta diferente por un lugar no tan frecuentado como otros que parten desde Eskoriatza como puede ser la subida a Aitzorrotz o a Kurtzeberri. Hemos descubierto unos montes más modestos y con menos nombre, pero con unas vistas espectaculares, así como encontrarnos por el camino con una virgen en un árbol o una ermita en medio de la nada. Curiosidades que tiene la montaña más desconocida a la que si no nos acercamos, nunca descubriremos.