Polideportivo

Roglic abandona la Vuelta

El esloveno, segundo en la general, deja la carrera a consecuencia de las lesiones provocadas por la fea caída de este martes
Primoz Roglic abandona la Vuelta.
Primoz Roglic abandona la Vuelta.

La Vuelta está de luto. Llora. Lágrimas negras. Suenan campanas de réquiem. Gloria al caído. Primoz Roglic abandona la carrera. El esloveno, tres veces campeón de la carrera, se ha visto obligado a dejar la competición debido a las lesiones que le han provocado la dura caída que sufrió este martes mientras buscaba unos segundos en el esprint de Tomares para conquistar la Vuelta. La valentía tiene un precio. Roglic lo ha pagado con el más alto: el abandono.

Roglic se golpeó con dureza el hombro, el codo, la cadera, la rodilla y la mano del costado derecho. Finalizó la etapa muy dolorido y ensangrentado. Su equipo, el Jumbo, advirtió tras la etapa que el corredor en consenso con el equipo médico de la formación decidiría si continuaba en carrera. Finalmente, el esloveno, segundo en la general, a 1:26 de Evenepoel, no estará en la salida. Enric Mas ocupa ahora esa posición, a 2:01 del líder.

La de Roglic es la baja más sensible de la Vuelta por lo que simboliza. El esloveno ha dado realce a la carrera. Le ha otorgado valor. Su forma de correr, su ambición y su carácter competitivo, además de su indudable calidad, le sitúan como el estandarte de una competición que ha vigorizado con su presencia.

LA BAJA MÁS SENSIBLE

Roglic, que tuvo que abandonar el Tour a consecuencia de una caída que le arrastró fuera de la competición por sus consecuencias, estaba al acecho del líder y se antojaba una lucha sin desmayo para desalojar a Evenepoel del trono en las etapas que restan.

Su valentía y arrojo quedaron expuestas nuevamente en la etapa de este martes. Roglic atacó con furia. Dislocó a sus rivales en la general, incapaces de rastrear el movimiento en un duro repecho. Solo los velocistas pudieron adherirse a su ambición.

Por detrás, Evenepoel había pinchado en la zona protegida de los últimos tres kilómetros A Roglic no le importó que los esprinters se colgaran de su chepa, a modo de parásitos, para después batirle. Pedaleó con rabia. Deseaba ganar la Vuelta. Darle otro mordisco al líder. Quiso regalarse una victoria que él había promovido con su rebelión.

DURÍSIMO IMPACTO

Pero en el baile maldito del esprint, el esloveno golpeó el hombro de Wrigth y se fue al suelo. El impacto fue muy duro. Cruel. Se levantó como pudo y custodiado por un compañero de equipo, atravesó la meta. El esloveno es una roca. Su rostro de dolor, su cuerpo golpeado y su piel lacerada, no auguraban nada bueno. No tiende Roglic a la queja ni a la excusa. Es refractario a las coartadas. Campeón de cuerpo entero.

Desorientado, con los ojos clavados en algún punto de la nada, Roglic se sentó en el suelo. Apoyó la espalda sobre una valla y bebió agua. Dio la impresión de estar algo desorientado. Durante unos segundos no movió el brazo derecho, muy tocado. También la cadera y la rodilla. Se asemejaba a un muñeco roto.

MALA FORTUNA

Finalmente se puso en pie para ser examinado por los doctores de la Vuelta y posteriormente por los médicos de su equipo. En consenso con ellos, tras una noche complicada, con el dolor atenazándole el cuerpo, ha decido abandonar la Vuelta.

Lo cierto es que la mala fortuna, en forma de caídas, han arrancado a Roglic de los dos últimos Tours y de la Vuelta. La carrera que tanto ama queda huérfana sin él, el campeón. Gloria y honor para Roglic.

2022-09-08T08:21:01+02:00
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