Vida y estilo

Resfriado o gripe: diferencias clave para saber qué tienes

Aunque parecen iguales al principio, la forma de empezar y la intensidad de los síntomas suelen dar la pista sobre la dolencia que sufrimos
Hombre con gripe se suena la nariz en el sofá mientras se tapa con una manta
Hombre con gripe se suena la nariz en el sofá mientras se tapa con una manta / Freepik

Actualizado hace 3 minutos

La pista más fiable para distinguir resfriado y gripe es el inicio. El resfriado suele entrar poco a poco, como una escalera: un día notas la garganta rara, después empiezas con estornudos y nariz cargada, y al siguiente estás acatarrado. Puedes seguir con tu rutina, aunque más incómodo y con menos energía. La gripe, en cambio, aparece como un portazo. Muchas personas describen que estaban razonablemente bien y, en pocas horas, se encontraron con fiebre, dolor general y un cansancio que los obliga a meterse en la cama. Esa aparición repentina es típica de la gripe y es la razón por la que suele afectar más: no te da tiempo a adaptarte ni a ir bajando el ritmo.

También cambia la sensación global. En el resfriado te sientes enfermo de la nariz y la garganta con algo de tos. En la gripe te sientes enfermo “del todo”: cabeza pesada, músculos doloridos, debilidad, escalofríos. Aunque los dos son virus respiratorios, el impacto general en el organismo no es para nada el mismo.

Madre toma la fiebre a su hija

Madre toma la fiebre a su hija Illnes little girl. Mother with daughter. Child lying in a bed

Las pistas clave

El resfriado suele destacar por la congestión nasal, el moqueo constante y los estornudos. La garganta puede doler al principio y la tos suele ser suave o productiva, con mucosidad. La fiebre no es habitual y si aparece, suele ser baja. El malestar existe, claro, pero es moderado: te puedes encontrar cansado y algo “apagado”, sin sentir que el cuerpo se rompe.

En la gripe ocurre lo contrario. La congestión puede estar, pero no es lo central. Lo que manda es el malestar intenso con fiebre alta, escalofríos y una sensación muy marcada de dolor muscular y articular, como si tuvieras agujetas fuertes por todo el cuerpo. A eso se suma el dolor de cabeza, la sensibilidad a la luz en algunos casos y una tos que suele ser más seca y molesta. Si te notas con una fiebre importante y el cuerpo realmente mal, lo más probable es que tengas gripe. Si lo que más te molesta son los mocos, la nariz y una tos no muy agresiva, suele ser resfriado.

Hoja de ruta

En cuanto a duración, el resfriado normalmente mejora en una semana o diez días, aunque la tos puede quedarse un poco más. La gripe tiene una fase fuerte parecida en tiempo, pero deja con frecuencia una fatiga prolongada que puede durar dos o tres semanas: ya no tienes fiebre, pero sigues sin fuerzas. Esa cola de cansancio es muy característica y a veces sorprende porque te ves “curado” pero el cuerpo tarda en recuperar.

El manejo en casa es parecido en ambos casos: reposo, líquidos, calor en el ambiente, y usar analgésicos o antipiréticos habituales si los toleras para controlar fiebre o dolor. Lo importante es recordar que son infecciones virales: los antibióticos no sirven para resfriado ni para gripe, y tomarlos sin motivo no acorta nada. En gripe, en personas de riesgo, existen antivirales que pueden ayudar si se empiezan muy pronto, pero eso ya depende de valoración médica.

Conviene consultar con un médico si la fiebre es muy alta y no baja, si hay dificultad para respirar, dolor en el pecho, mareo fuerte, deshidratación, empeoramiento claro después de unos días o si perteneces a un grupo vulnerable como mayores, embarazadas, niños muy pequeños o personas con enfermedades crónicas. En esos casos, lo que para otros es una gripe sin más puede complicarse y es mejor adelantarse.

2025-12-09T18:53:48+01:00
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