Vida y estilo

Qué debo hacer si mi perro se envenena

El consumo accidental de alguna sustancia tóxica puede poner en peligro la vida de nuestra mascotas por lo que es importante identificar los síntomas
Los síntomas del envenenamiento pueden presentarse con rapidez.
Los síntomas del envenenamiento pueden presentarse con rapidez. / Freepik

Aunque suele saltar la noticia cuando algún desalmando siembra una zona de paso de perros con comida envenenada o con clavos o alfileres, no es algo raro que un perro si intoxique por comer algo extraño. Los canes son animales curiosos que a través del olfato se relacionan con su entorno y si encuentran algo que les resulte mínimamente apetitoso, es muy fácil que lo coman.

Es en este momento cuando pueden empezar los problemas, que eso que ha comido sea un veneno.

Un perro recibe tratamiento en una clínica veterinaria.

Un perro recibe tratamiento en una clínica veterinaria. Freepik

En estos casos la rapidez de actuación es básica para poder salvar al perro. Por ello es importante estar atento a los posibles síntomas que observemos en el perro. Entre los síntomas que una intoxicación, que un envenenamiento provoca, los más frecuentes son quejas por dolores intensos, vómitos y diarreas, pupilas dilatadas y ojos enrojecidos, fiebre a la que se asocien convulsiones y espasmos involuntarios, rigidez muscular y algún tipo de parálisis parcial o general, salivación excesiva sin motivo aparente, problemas respiratorios y taquicardias, cambios en la coloración de las mucosas, hemorragias en los ojos, boca, nariz, ano…, sed excesiva y orinar más de lo habitual (incluso con sangre), piel inflamada, descoordinación de las extremidades, mareo y desorientación, debilidad y/o somnolencia excesiva.

Ante alguno de estos síntomas, lo primero debe ser consultar por teléfono con el veterinario. Una cosa que hay que tener en cuenta es que los síntomas pueden aparecer en la mayoría de los casos con cierta rapidez, pero en otras ocasiones unos días después, como puede ser el caso de los venenos por raticidas. Por eso, a la hora de hablar con el veterinario puede que haya que remontarse bastante en el tiempo para describir, junto con los síntomas, qué ha podido lamer, oler o ingerir.

La directa es acudir al especialista, al profesional veterinario para que realice los análisis pertinentes pero quizá la urgencia del caso obligue a realizar algunas prácticas de primeros auxilios. Eso sí, siempre siguiendo las instrucciones del sanitario.

Cómo hacer que tu perro vomite

En ciertos casos hay que hacer que nuestra mascota vomite para expulsar aquella sustancia que la esté intoxicando. Será una manera de ganar tiempo para poder llevar al animal hasta el centro sanitario. Seré el profesional el que indique si es adecuado proceder a este método.

Para tomar la decisión de hacer esta maniobra hay que tener en cuenta tres factores: el objeto o las sustancia que haya ingerido, el tiempo transcurrido de su ingesta y el desarrollo de los síntomas relacionados con la toxicidad.

El vómito será eficaz si se provoca antes de las dos horas de su consumo, después puede haber pasado ya al intestino. En función de lo que haya comido, el vómito puede inducirse si ha ingerido fármacos del tipo antiinflamatorios no esteroideos como la aspirina, el paracetamol, el ibuprofeno o el ketoprofeno, productos químicos como insecticidas, raticidas, gasolina o ácidos, plantas que les resulten tóxicas, entre las que se incluye la marihuana o las que tengan metilxantinas. Además en animal debe estar consciente para poder lleva a cabo esta práctica.

El proceso más habitual es darle al perro agua oxigenada, el peróxido de hidrógeno. Este producto , habitual en los botiquines de casa, debe ser de una dilución del 3%. La cantidad es de entre 1 y 2 ml por kilo de peso. Se calcula que una cucharada es suficiente para cada 5 kg de peso. Lo mejor es emplear una jeringa para calcular con mejor precisión y poder aplicarlo directamente al fondo de la garganta. Puede tardar entre 15 y 20 minutos en hacer efecto. Entonces el perro puede empezar a salivar en abundancia, nauseas o contracciones abdominales y terminar vomitando. Si pasado este tiempo, no se produce el vómito puede repetirse el proceso, pero esta vez reduciendo la cantidad de agua oxigenada.

Un segundo método emético, en caso de no tener agua oxigenada, es darle sal, diluir en un vaso de agua entre una y tres cucharadas de sal. La mejor manera es usar una jeringa para lograr que la trague con facilidad.

Hay que tener en cuenta que estos procesos pueden resultar irritantes, pueden provocar gastritis, por lo que cuando se vaya al veterinario para que realice la valoración, y determine los pasos a seguir contra el envenenamientos y sus consecuencias, también debe saber cómo se le ha hecho vomitar para valorar el resultado. No hay que olvidar llevar también una muestra del vómito para determinar la causa del a intoxicación.

Cuándo no hay que provocar el vómito

En algunos casos es mejor no forzar el vómito ya que podría ser contraproducentes. El veterinario,en función de la información que se le aporte aconsejará o no esta práctica. La más evidente es cuando lo hace por sí mismo. A ello se unen los casos en los que ha ingerido algo punzante o con aristas que le haga más daño al salir que quedándose dentro. Si no se sabe cuál es el producto tóxico. Tampoco si presenta convulsiones, problemas para tragar, alteraciones de respiración o se encuentra inconsciente.

En cualquier caso, la primera acción antes de hacer nada debe ser ponerse en contacto con el veterinario, quien será el que de las pautas que deberemos seguir.

2024-02-19T12:04:03+01:00
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