El Bilbao Basket arranca la temporada con un desafío mayúsculo: visitar al Unicaja en el Martín Carpena (sábado, !8:00), una de las canchas más exigentes de la Liga Endesa. Jaume Ponsarnau, técnico de los hombres de negro, analizó el duelo en rueda de prensa con un discurso que combinó realismo, respeto por el rival y, sobre todo, ilusión por el potencial de su equipo.
La primera noticia llegó en forma de parte médico. "Tenemos la baja de Bassala, pero el resto del grupo está bien. Jugadores como Stefan Lazarevic, que arrastraban molestias, ya están prácticamente al 100%", explicó el entrenador. La recuperación física de la plantilla es un alivio tras un verano complicado, marcado por la falta de continuidad en la preparación debido al Eurobasket, el Afrobasket y diferentes lesiones.
Pese a ello, Ponsarnau considera que "el equipo ha alcanzado un punto de construcción bastante correcto para iniciar la competición. Tenemos el compromiso diario de los jugadores" y, en especial, el de Lazarevic, a quien definió como "una maravilla de compromiso, un especialista defensivo capaz de ser diferencial en ciertos partidos".
Unicaja llega como reciente campeón de la Copa Intercontinental y semifinalista de la Supercopa Endesa, donde cayó ante el Real Madrid en un encuentro vibrante. "Es un club que lleva años cosechando éxitos muy meritorios. Han cambiado piezas, pero mantienen una base muy consolidada y los fichajes son de calidad. Es un equipazo que juega con mucho ritmo y agresividad", destacó el técnico catalán.
Precisamente, el control del ritmo será una de las claves. Ponsarnau advirtió que el conjunto malagueño "se siente cómodo en partidos de ida y vuelta, con especial incidencia en rebotes y robos. Nos interesa subir un poco el ritmo respecto al año pasado, pero necesitamos inteligencia y solidez mental, sobre todo en el Carpena, donde la atmósfera del público puede hacer que el partido se rompa. Debemos resistir 40 minutos y esperar nuestro momento", señaló.
El entrenador también reconoció que su plantilla, una de las menos experimentadas de la ACB en cuanto a partidos acumulados, "aún necesita madurar en aspectos como la gestión de faltas, los parciales y la adaptación a la fisicalidad de la liga. Hemos querido sumar talento, aunque en algunos casos no venga acompañado de experiencia. Eso nos obligará a crecer rápido, pero creemos que tenemos más jugadores capaces de asumir responsabilidades en los momentos calientes que la temporada pasada", afirmó.
Entre los nombres propios, Ponsarnau mencionó a Darrun, llamado a ser un referente ofensivo, y a los bases, que deben marcar el tempo del equipo. También insistió en que reforzar el rebote, mejorar el acierto exterior y correr más son objetivos claros para ser competitivos, especialmente lejos de Miribilla, donde el Bilbao Basket sufrió la pasada campaña.
El duelo en Málaga será, por tanto, una primera prueba de fuego para medir la ambición y la capacidad de maduración de los hombres de negro. Ponsarnau lo tiene claro: "Máximo respeto a Unicaja, pero máxima ilusión por ver hasta dónde podemos llegar".