La dehesa de Extremadura es el entorno natural en el que crecen y se crían las vacas y terneras dentro del sello IGP. Un entorno sinigual que es único en toda Europa ya que "hay una hectárea por cada animal, no hay otro lugar en Europa con tata superficie y esto hace que la calidad sea mucho mejor" explicaba en Onda Vasca Álvaro Piñero, Técnico Auditor de las IGPS Ternera y Vaca de Extremadura. 

Llevan años trabajando con animales autóctonos criados en las mejores condiciones, el propio Piñero explicaba que se trata de razas que cumplen unas características concretas y que están amparadas por la IGP Vaca de Extremadura. Entre esas especies se encuentran la Avileña-Negra Ibérica, Retinta, Morucha, Blanca Cacereña, Berrendas en Negro y Colorado. "Aunque todas ellas pueden cruzarse con otras razas incluidas Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España", definía el técnico auditor y entre esas razas estarían la Charolesa, la Limusina, la Blonda o Rubia de Aquitania.

Más allá de las virtudes de este animal como alimento, Piñero no ha dudado en poner en valor la labor que realizan en el mantenimiento del ecosistema y apuntaba que el ganado reduce el riesgo de incendio "es un bombero forestal, sin ellas desaparecería el ecosistema".