Vida y estilo

"Nos avergonzamos de nuestro pasado en Cuba ligado a la esclavitud”

En ‘El maestro de azúcar’, la escritora Mayte Uceda narra una historia colonial que nos transporta a la Cuba española de finales del siglo XIX, entrelazando el trasfondo histórico con la fuerza del amor que surge entre colonos o personas de diferente proc
Mayte Uceda ha publicado varias novelas.
Mayte Uceda ha publicado varias novelas. / J. A.

En la Cuba colonial de la última década del siglo XIX se respiraba un ambiente asfixiante de conspiración y rebeldía contra la metrópoli. “La vida en la isla era brutal, al tiempo, que muy emocional; las reglas morales de la Iglesia Católica no eran tan estrictas como en la península”, señala la escritora asturiana Mayte Uceda.

¿La suya es una novela histórica o la Historia es el lienzo sobre el que escribe y transitan sus intrahistorias?

Es una novela de personajes que transitan por un determinado momento histórico. No es una novela en la que yo pretenda enseñar Historia, pero sí hay un contexto histórico importante donde los personajes viven y hay que mostrar toda esa ambientación.

Usted vive en el litoral cantábrico. Era frecuente en el siglo XIX la emigración a América. ¿Le ha servido de inspiración?

Hacer las Américas era harto frecuente. El germen de esta novela es la carta que encontré de un emigrante asturiano de principios del siglo XX; en ella escribía a su familia solicitando una esposa. Me sorprendió, porque el hombre trabajaba en La Habana en buena situación, pero estaba muy solo; por ello decidió escribir solicitando una buena mujer con la que casarse. 

¿Por qué cree que es tan atractivo para los escritores este periodo de Cuba?

Después de haber estudiado el contexto me parece fascinante desde el punto de vista literario; es un momento duro. Cuba en aquella época era una mezcla de culturas; al documentarme para escribir la novela me parecía insólito que no hubiera más libros situados en este período. Pienso que tiene que ver un poco con que nos avergoncemos de ese pasado nuestro ligado, hay que decirlo, a la esclavitud. 

¿Era tan fácil la fortuna y la aventura en Cuba?

Era muy difícil. De hecho, de los miles de españoles que emigraron a países de América, la mayoría no volvían como indianos, así se llamaba a los que retornaban enriquecidos, sino que muchos volvían aún más pobres de lo que habían marchado.

En la península hablamos de los indianos por la riqueza que algunos traían, pero ¿la vida allí era tan linda para todos?

Para nada, porque la mayoría de los que iban eran pobres. Encontraban allí trabajo, en numerosas ocasiones en el campo como jornaleros, y en las ciudades, principalmente, ligados a los comercios. En la documentación hallé descripciones de cómo volvían los emigrantes y según se lee parecía que llegaban de una guerra. Lo que ocurre es que tenemos en mente la imagen de ese emigrante que volvía enriquecido, como indianos adinerados que construían esas preciosas casas de estilo colonial que tenemos en muchos pueblos como en Colombres (Asturias), que es de donde parte mi novela.

La esclavitud en Cuba se abolió en 1986. Pero, ¿los esclavos pasaron a ser libres o meros asalariados mal pagados y peor tratados?

La esclavitud en Cuba era como un tren a toda velocidad que sostenía la economía de la isla, y parar eso de repente resultaba imposible; así que la relación entre los amos y los esclavos siguió siendo similar. Por la prepotencia de aquellos y porque tampoco estos trabajadores africanos sabían manejar su libertad. Estudiando el contexto histórico lo vemos algo abstracto desde la perspectiva actual, pero si se hace el esfuerzo de pisar suelo en esa plantación que describo en la novela, observamos que no sabían ser libres y de que tampoco tenían esa posibilidad.

En su libro, los malos son bastante malos y los buenos, muy buenos. ¿Son personajes reales o solo estereotipos de una sociedad convulsa?

Es difícil imaginar una sociedad en la que todo el mundo era esclavista, que no reconocía los derechos de nadie y donde importaban muy poco las condiciones en las que vivían los seres humanos. Estoy convencida de que en aquella época también había humanistas que tenían un sentido de justicia social muy avanzado para la época. Si en mi novela los malos son malos, muy malos, es porque dan mucho juego en literatura; si todos fueran buenos no habría emoción.

Aunque hayan pasado 126 años, ¿sigue siendo Cuba y sus recuerdos un reclamo irredento para los españoles o este duerme en el baúl del olvido?

Es un reclamo turístico. Creo que no se estudia lo suficiente lo que fue España para Cuba y viceversa. El tema de Cuba fue singular, y se formaron unos lazos, a pesar de su lucha contra España a favor de su independencia, que hoy en día, cuando visitas la isla, se percibe con ese increíble cariño que manifiestan hacia los españoles. Digo increíble porque les hicimos sufrir mucho. Eso demuestra la calidad del pueblo cubano.

¿La división social que presenta en el libro era tan abismal entre los hacendados y trabajadores, entre criollos y emigrantes?

Abismal; los patrones y hacendados pertenecían a esa sacarocracia; tenían fuertes lazos con la metrópolis y eran los encargados de sostener la economía isleña basada en la esclavitud. Dentro de una plantación azucarera, en el contexto que exploro en la novela, había clases con una jerarquía muy definida. Estaban los patrones, después los operarios en un pueblo pequeño donde estaba la maquinaria y la casa de los trabajadores, y por debajo los braceros, una masa explotada de trabajadores esclavos africanos. Entre ellos también había desigualdades. 

Ambientada en los avatares socioeconómicos de la preguerra del 98, el amor tiene cabida en la novela junto a la venganza y crueldad. ¿Este juego de pasiones contrapuestas es el eje de su relato?

No es el principal eje del relato, pero es cierto que hay amor. En todas mis novelas me gusta que haya amor, pero no solo ese amor de pareja, sino el amor al pasado que dejamos atrás, el amor a la tierra, a la familia, a la amistad. 

Su libro es de ficción, pero bastante verosímil. ¿Puede ser un buen reclamo?

Sí. Es muy verosímil porque toda la novela está extraída de documentación, de archivos históricos, empezando por su arranque con la carta del asturiano que solicita una esposa a la península, porque los peninsulares que emigraban a Cuba, México o Argentina querían mantener ese vínculo con sus raíces, por eso a veces recurrían a sus familias.

¿A quién puede resultar más cercano su relato, a un cubano o a un español?

Me han escrito muchos cubanos diciendo que tienen mucha curiosidad por saber cómo cuenta esa historia una española, porque seguramente ellos tienen una visión distinta a la nuestra. Cuando se investiga en este contexto te das cuenta de que la guerra hispano-cubana se ve de un modo distinto, dependiendo de qué lado esté cada cual. Espero que le interese a todo el mundo, pero inevitablemente se verá de modo diferente en uno y otro lado del charco atlántico.

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Mayte Uceda.

Mayte Uceda. J.A.

QUIÉN ES

Mayte Uceda (Asturias, 1967) abarca diversos ámbitos en su carrera profesional. En el mundo literario ha publicado varias novelas, entre ellas Los ángeles de la Torre, Un amor para Rebeca, Alicia y el teorema de los monos infinitos y El guardián de la marea. Su última creación es El maestro del azúcar.

2024-07-13T10:32:28+02:00
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