Actualizado hace 5 minutos
La música ha sido siempre su compañera de viaje. Nacida en Zumarraga, su vínculo con Oñati comenzó en 2008 desde el piano en Ganbara Faktoria y poco después al frente de los talleres corales y otras agrupaciones de esa misma familia. En 2015 llegó a Oñati Abesbatza, donde cumple ahora una década guiando a esta formación: diez años de constancia, ensayos, viajes compartidos y acordes que crecen. Compagina esta labor con la dirección de Asmube en Beasain y los coros de Doinua Musika Eskola de Legazpi, mientras sigue construyendo, con compromiso y dedicación, el legado musical de la coral oñatiarra que en 2026 soplará las velas de su 60 cumpleaños.
Una década con la batuta en la mano. ¿Qué balance hace?
–La verdad es que el balance es muy positivo. Entrar en un grupo que entonces estaba a punto de cumplir 50 años de historia y que había tenido directores de gran nivel imponía un poco, pero con el tiempo nos hemos ido conociendo y hemos hecho un muy buen trabajo. Y, por suerte, basta ver la cantidad de voces nuevas que se han incorporado.
Un coro es como una gran familia. ¿Qué ha aprendido de las personas que conforman Oñati abesbatza?
–¡Qué no he aprendido!. Es un grupo muy humano, siempre dispuesto a cuidarte y mimarte. Perdí a mi madre siendo joven, y muchas de las integrantes tienen su edad; algunas incluso la conocieron en persona. Tengo raíces en Araotz y mi ama vivió una temporada en Maña. Si a las personas las tratas con respeto y cariño recibes eso mismo multiplicado por cada miembro. Ahora imagínate todo lo que eso significa.
¿Algún concierto, viaje o anécdota que guarde con especial cariño?
–Varios. Cada viaje-concierto es especial y, si no lo es, ¡nos encargamos de que lo sea! (sonríe). El viaje a Belchite fue fantástico, con varias anécdotas de los lugareños. En Gavà nos cuidaron mucho; vimos a viejos conocidos y hicimos nuevos amigos, como en cada viaje. Y en cuanto a recitales, recuerdo la despedida de Loli como directora, el ciclo de conciertos con Mariaren Bihotza y el homenaje a Xabier Ugarte junto al Orfeón de la Euskal Etxea.
“ ”
A nivel artístico, ¿cómo ha evolucionado el coro a lo largo de estos años?
–No es sencillo concretarlo en un único aspecto. Se han abordado programas nuevos y diferentes, al tiempo que se han rescatado obras del archivo y retomado proyectos que habían quedado finalizados. También es importante tener en cuenta la edad media de los integrantes y las incorporaciones que se han producido en los últimos años, lo que ha supuesto un trabajo continuo para volver a construir el empaste y el color del propia del coro.
Las formaciones corales se enfrentan al reto del relevo generacional. ¿Cómo lo están viviendo desde Oñati Abesbatza?
–Es difícil. Cada vez se canta menos en casa, en reuniones familiares… Afortunadamente –y debo decirlo así–, hace dos años organizamos unas puertas abiertas dentro de nuestra campaña para buscar nuevas voces. Aquel día terminamos con sorpresa, y el lunes siguiente, con un poco más: once voces nuevas se animaron. Posteriormente, se han incorporado algunas más, y afortunadamente, muchos hombres. Es cierto que la edad media no es de 30 años, pero poco a poco vamos bajando algún añito. Y las puertas siguen abiertas, así que aquellas personas que quieran animarse que lo hagan sin ningún tipo de miedo.
¿Esta realidad también implica una renovación interna, por ejemplo, en el repertorio para atraer a nuevos cantores y cantoras?
–Vamos intentando renovar poco a poco, pero hay compromisos de Oñati Abesbatza que debemos cumplir, y tampoco podemos olvidar nuestras raíces, que hay que seguir preservando. Hay mucha música propia que, si no la cantamos, corre el riesgo de desaparecer.
Plazaola en un momento de la entrevista.
Un grupo muy familiar
¿Qué distingue a Oñati Abesbatza?
–Además de su trayectoria, creo que somos un grupo familiar que se cuida y se apoya mutuamente.
El concierto de Navidad del próximo día 20 (en la iglesia de los Agustinos, a las 19.45 horas) será un recorrido por su década como directora de la coro. ¿Qué va a escuchar el público?
–Hemos preparado una recopilación de distintas canciones que hemos interpretado en estas diez Navidades pasadas. Será un pequeño recorrido por obras que el coro cantaba antes de mi llegada y otras que hemos aprendido juntos durante esta década. Viajaremos por América, Inglaterra y Euskadi, abarcando también diferentes épocas y estilos. Sonarán piezas como 'Black Sheep', 'Twinkle, Twinkle Little Star', 'Elurra mara mara,' 'Gabon gaua', 'Umetxoaren ametsak' y 'Festejo de Navidad'. Además, contaremos con Arantzazu Saiz al piano.
La directora de Oñati Abesbatza llevando la batuta en un concierto.
Del repertorio que van a interpretar, ¿hay alguna obra que le emocione especialmente?
–Cada pieza tiene su propia historia y me resultaría complicado destacar solo una. Desde las primeras que enseñé hasta las más recientes, pasando por los villancicos que interpretamos junto a nuestro público…, cada una es especial a su manera.
En 2026, el coro cumplirá 60 años. ¿Qué significa formar parte de una historia que comenzó mucho antes de su llegada y que seguirá después?
–Y mucho antes de que yo naciera, jeje. Bromas aparte, es un orgullo haber sido y seguir siendo, mientras me aguanten, miembro de este coro. Continuaremos trabajando para cuidar la gran familia que somos y, si es posible, ampliarla con nuevos miembros que se animen a unirse.
“ Cada obra tiene su historia y cada una es especial; desde las primeras que enseñé hasta los villancicos que cantamos con el público ”
¿Qué le diría a alguien que tiene interés en cantar pero siente vergüenza o piensa que ya es tarde?
–Nunca es tarde para dar el paso. Habrá más o menos dificultades, pero siempre vale la pena intentarlo. Le diría que deje las ‘vergüenzas’ a un lado y se anime a probar. Puede que no sea lo suyo, y no pasa nada, pero si no lo intenta, nunca lo sabrá.
Por último, ¿cuáles son los objetivos que se han marcado?
–No tenemos objetivos definidos al milímetro. El principal es seguir disfrutando de la música que hacemos y continuar poniendo a Oñati en el mapa de la península. Asimismo, queremos seguir enseñando nuestro pueblo a las personas que vienen a cantar.