Vida y estilo

“Los grandes hechos de la historia se han movido por amor y odio”

Con una mirada de mil colores sobre la revolución industrial, Rafael Tarradas reflexiona sobre las colonias textiles, las luchas obreras, los paralelismos entre Bilbao y Barcelona y el papel del diseño como lenguaje de identidad y libertad
El escritor y diseñador industrial Rafael Tarradas.
El escritor y diseñador industrial Rafael Tarradas. / Pankra Nieto

Actualizado hace 6 minutos

Viajamos a la época industrial del siglo XIX con La protegida, un escenario de fábricas humeantes, burguesía y mujeres que tejían -con sus manos y su coraje- el pulso de una nueva era. A través de Sara, la novela de Rafael Tarradas explora la resistencia en un universo donde la belleza del diseño y la dureza del trabajo convivían bajo el mismo techo.

La protegida nos traslada a la Barcelona industrial de finales del XIX. No solo le atrajo la historia de su familia, también el microcosmos casi cerrado de las colonias...

Hay tres grandes escenarios en esta novela. Uno es la Barcelona de la explosión industrial y la burguesía, a partir del siglo XIX, es muy atractiva para novelar. Otro es Madrid, como ciudad de la restauración y, por otro lado, una colonia industrial textil. Es un recinto que los empresarios crearon a su gusto, fuera de las ciudades y pegado a los ríos, porque se movían con energía hidráulica. En este espacio que dominaban y habían creado ellos estaba la fábrica, las casas de los trabajadores, el colegio, el monasterio, la iglesia, las tiendas..., todo lo que pudiesen necesitar los trabajadores para no salir de ahí. Todo dominado por la iglesia y por la casa del amo, el propietario de todo el complejo. 

Es en estas colonias donde Sara, la protagonista, se adentra con su tetracromatismo, esa mirada capaz de ver más colores que los demás. ¿Es una metáfora de cómo las mujeres lograban ver lo invisible en un mundo de hombres? 

En las industrias y colonias textiles el 80% de los trabajadores eran mujeres. Se decía que las mujeres, como tienen las manos más pequeñas, enhebraban y movían mejor los hilos. Entonces, había muchísimas mujeres. La realidad es que también eran más baratas. Pero en las esferas de poder, sí que es verdad que trabajaban y llevaban las empresas los hombres. Sara con este tetracromatismo lo que está haciendo es descubrir para qué le sirve su talento. Es la persona adecuada en el momento adecuado. Llega a un departamento de diseño y tiene este don que hace que vea más colores, por lo que sus diseños son mejores que los de los demás. Se ve obligada a aprovecharlo, pero también encuentra su vocación. Es un poco una dualidad entre lo que eliges y lo que te viene dado.

En Euskadi, las fábricas de hierro, acero y construcción naval convivían con la ebullición social, igual que en Catalunya con el textil. ¿Ve paralelismos entre Bilbao y Barcelona como polos industriales?

Sin duda, los dos polos industriales eran Barcelona y Bilbao. Tenían dos tipos de industria diferentes. Son momentos en los que tú vas por la Ría de Bilbao y en un lado están las fábricas y en el otro lado están las casas. Los trabajadores veían cara a cara la riqueza de los que se estaban enriqueciendo con esta industria. Entonces, se crea este descontento social. Se crean entornos en los que el empresario se ha preparado muy bien para vivir, pero la ciudad no está preparada para recibir a toda la gente que trabaja. Viven en sitios muy complicados y en esa diferencia social tan evidente y cercana surgen conflictos. Bilbao y Barcelona son dos ciudades que en ese sentido se parecen muchísimo.

De hecho, tanto en las colonias textiles catalanas como en los astilleros y altos hornos vascos hubo luchas obreras, huelgas, represión... ¿Se inspiró en algún hecho real?

Sí, en 1870 hubo una serie de huelgas importantes en la industria textil y fueron las que acabaron de decidir a los empresarios para hacer colonias. Antes, las fábricas estaban dentro de las ciudades. Esto generaba mucho problema, porque los obreros enseguida veían lo que pasaba en las otras fábricas y se contagiaban. Por eso, lo que hacen ellos es llevárselos de la ciudad y hacer una colonia cerrada con un muro. Están aislados, tienen la ventaja de que están pegados al río y controlan muy bien a sus trabajadores. Ven perfecto de qué pie calza cada uno: quién no va a misa, el que pone mala cara, el que está enfadado... Tienen muy identificados los focos, es un ojo que todo lo ve. En 1870 hubo este problema de huelgas y los empresarios se quedaron horrorizados, y empezaron a crearse muchas colonias. Se crearon hasta el 77.

‘La protegida’ es la nueva novela de Rafael Tarradas.

‘La protegida’ es la nueva novela de Rafael Tarradas. Pankra Nieto

El diseño textil funciona como un lenguaje propio de resistencia en el libro. ¿Cómo ve el papel del diseño hoy, cuando gran parte de la producción está tan externalizada y el trabajo artesanal lucha por sobrevivir?

Yo soy diseñador industrial, el diseño es lo que te cambia un producto realmente. Hemos aprendido a comprarnos móviles de mil euros porque el diseño es muchísimo mejor que el de otros. Antes íbamos con un móvil que nos costaba 100, ahora cuesta 10 veces más y nos lo cambiamos cada 2 o 3 años. El diseño influye muchísimo en eso y es muy importante. En este libro, el diseño enlaza con el modernismo. Es un movimiento totalmente nuevo y los diseños son muchos más estrafalarios y audaces. Ahí se empezaron a distinguir la arquitectura, las telas...

Pese a surgir es un contexto de desigualdad, el amor está presente en la novela. ¿Es superior a todo?

Yo creo que sí. Los grandes hechos de la historia se han movido por amor y odio, por los sentimientos que vienen de dentro. El amor es una fuerza muy poderosa y es muy difícil escapar de él. Aunque te cierres en banda, llega en algún momento y es inevitable. Y es muy bonito que sea así.

Por último, ¿podría llegar a ver a Euskadi como escenario para una de sus novelas históricas?

Sin duda, cualquier lugar que tenga los componentes de la aventura, la historia, la belleza del paisaje, la nostalgia de ciudades cambiantes y sitios cambiantes. El cambio de Euskadi ha sido increíble, la industria -la más importante- se fue abajo y, sin embargo, supo reinventarse de otra manera diferente. El Bilbao de ahora no tiene nada que ver con el de los 60. Te vas a Getxo, ves las casas y se reconoce. Sin duda, Euskadi es un sitio muy literario.

2025-12-20T18:44:23+01:00
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