Las negociaciones entre PSOE y Unidas Podemos para la reforma de la ley del solo sí es sí están, a día de hoy, rotas. Las ministras de Igualdad, Irene Montero, y de Justicia, Pilar Llop, no se cruzan palabra desde el pasado martes tras días de acusaciones cruzadas entre los socios de Gobierno y pese a que desde ambas partes sostienen que hay margen para el acuerdo. Mientras la dirigente morada asegura que ella no se ha levantado de la mesa porque quiere una “respuesta unitaria para la víctimas y para la sociedad”; la responsable socialista pide centrarse en solucionar el “grave problema” de la bajada de las penas, y sostiene que las negociaciones se están dando en el ámbito parlamentario. Este enroque predomina desde que Llop indicara que era “muy sencillo probar la violencia, basta con una pequeña herida”, algo que soliviantó a Montero, hasta el punto de que el asunto no se trató “ni en el Consejo de Ministros” pese a que “la relación entre la coalición hace que tengamos comunicación permanente. “Pero desde ese momento no he hablado con la ministra”, reconoció.
“Yo desearía que hubiese acuerdo antes de que esa iniciativa inicie su tramitación parlamentaria, antes de un acuerdo con PP y con Vox”, aseveró la titular de Igualdad en la cadena Ser, donde evocó que esa unidad ahora inexistente sí existió antes y durante la tramitación de la ley, toda vez que, cuando se redactó, la única advertencia del entonces ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, fue la bajada de las penas máximas en la horquilla punitiva. “Campo me dijo con mucha rotundidad hay que mantener las máximas, y yo le dije perfecto, además esto es tu competencia. Y no esperamos a segunda vuelta [del texto en Consejo de Ministros]; antes de enviarlo al Consejo Fiscal mantuvimos las penas en el máximo anterior”, recordó Montero, añadiendo que fue después “el propio Consejo Fiscal” quien les llamó la atención con un “oigan, a ver si van a estar planteando una ley demasiado punitivista”. En esta tesitura, lo que hay actualmente es una “discrepancia política, no técnica”, que “no estaba con el ministro Campo”, con el que trabajaron durante “muchísimas horas de reunión”. Respecto a si el PSOE ha virado en cuanto a la filosofía de la ley, Montero tiró de una evasiva subliminal. “Yo no me esperaba esta propuesta”.
Según Igualdad, han hecho “hasta seis propuestas” con los requisitos penales que pedía el PSOE: “Subir las penas mínimas y reforzar la violencia en las agravantes”. Pero aquello tampoco convenció a Justicia y las ideas para la modificación penal de Unidas Podemos quedaron fuera de las opciones. “Con tal de mantener el consentimiento en el centro de la ley, con tal de que esa condición esté clara, hay muchas opciones para hallar un acuerdo”, recalcó Montero, para quien “si como Estado tenemos que pedirle perdón a las víctimas que lo necesiten porque esto sea parte de la reparación de su daño, lo haré”. Y constató: “Las decisiones de esas rebajas de penas son de una minoría de jueces que no están aplicando bien la ley y el derecho transitorio”.
Por su parte, Llop afirmó que todas las formaciones “piensan en las víctimas a la hora de poner encima de la mesa sus planeamientos” y cree se encontrará la vía para que este problema se solucione cuanto antes. La ministra de Justicia precisó que planteó una propuesta técnica “solvente” para solucionar este problema y para blindar los derechos. Junto a ella se alineó el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, para quien la ley patrocinada por Igualdad es “imperfecta”, contradiciendo así a Montero, enojada porque el PSOE quiere desplazar el eje de la norma, de nuevo, a si hubo o no violencia o intimidación para diferenciar las agresiones.