En 'Las Mañanas de ONDA VASCA' hemos vuelto a abrir nuestro 'club de lectura' para recibir a uno de los escritores más reconocidos y leídos, Javier Castillo, que ha venido a nuestro estudio a presentar su último trabajo 'El susurro del fuego'.
Escritor de éxito desde su primera novela -'El día que se perdió la cordura'-, Castillo nos ha confesado que le gustan el éxito y el reconocimiento de los lectores, pero que no deja que eso le cambie. "Yo no escribo por recibir halagos; yo escribo por la pasión de escribir y por la ilusión de que la gente ahí fuera cuando lea un libro le fascine tanto que no deje de leer. Mi objetivo es que, cuando alguien esté leyendo y reciba una notificación del móvil, no deje de leer e ignore el móvil". Además, el escritor considera que "cuando te vas centrando en halagos y en subirte el ego, acabas creyéndote algo que no eres. Yo me centro en lo que más sé hacer, que es sentarme delante del ordenador, planear historias y escribirlas".
"En cada libro intento escribir la mejor historia que sé en cada momento y tocar el tema que más me perturba en cada momento" asegura Castillo. Así en su última historia, en la novela 'El susurro del fuego' aborda una cuestión que le preocupa ahora: "veo a la gente cada vez más apagada en la vida. No sé si es por el ruido mediático, la tensión de todo, el no saber hacia dónde vamos, el auge este que tiene la inteligencia artificial que de fondo hay un tsunami que se aproxima hacia todos que no sabemos cómo nos va a desmontar nuestra sociedad, nuestra vida. Es que no somos conscientes de lo que viene y hay tanto ruido de fondo que nos vamos apagando y no lo estamos viviendo".
En este sentido, explica Castillo, "estamos con nuestros amigos y en diagonal mirando el móvil. Estamos en el parque con nuestros hijos y estamos pensando en el trabajo. Estamos en el trabajo y estamos pensando en irnos y quejándonos y al final estamos sin estar". Por eso, el autor cree que "la vida se trata de mancharte los pies en la playa, de saltar un hoguera en San Juan... no de tomar riesgos innecesarios, sino disfrutarla viviendo el presente".