La temporada más determinante de Álex Berenguer en el Athletic

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Es un secreto a gritos la exponencial evolución que ha vivido Alejandro Berenguer Remiro (Barañáin, 4 de julio de 1995) desde su aterrizaje, allá por el 2 de octubre de 2020 en Bilbao procedente del calcio y del AC Torino. El papel que desempeñaba en su trabajo cotidiano se ha visto reducido a la mínima expresión ante la multiplicidad de tareas que, ya cinco años después, le vienen siendo encomendadas. La inversión en él realizada ha merecido la pena. De los fichajes más rentables que se recuerdan porque las expectativas puestas se han visto cumplidas y con creces superadas.

En sus seis, con este, cursos como león nunca ha bajado de los 41 partidos oficiales, siendo indiscutible, aunque muchas veces le haya tocado arrancar desde el banquillo, tanto con Gaizka Garitano como con Marcelino García Toral y, por supuesto, Ernesto Valverde, quien, hoy día, le busca para paliar los muchos males que viene arrastrando un colectivo al que hace un año le salía todo y ahora no le sale casi nada. Y, en este sentido, la estadística resulta demoledora: Iñaki Williams y Oihan Sancet ya llevaban en las pasadas Navidades ocho goles cada uno; actualmente salen a uno por cabeza.

Álex es un tipo valiente con el balón en sus botas encarando a sus marcas y también probando suerte ante el marco adversario. No le asustan los máximos desafíos, como lanzar el último penalti de la final de La Cartuja que le ha otorgado al club la gloria más reciente aquel inolvidable 6 de abril de 2024. Suyos han sido dos de los pocos goles que se llevan a favor: el solitario que sirvió para derrotar al Atlético de Madrid y el que, asimismo en San Mamés, abrió este lunes el marcador pero lo cerró el Espanyol para quedarse con los tres últimos puntos en juego de este 2025. Tampoco renuncia a la asignación de labores que el Txingurri le viene acumulando. Da igual la banda y proporcionar asistencias de gol -lo que originalmente era lo suyo-, si le toca bajar al centro del campo para arrimar el hombro, actuar de mediapunta o incluso, algo que ya no ha sido meramente coyuntural, de falso 9, como ante los pericos, en un puesto que incomoda, y mucho, a las defensas rivales.

El 7 rojiblanco que debutó -en la imagen de arriba- con el dorsal 12 dos días después de estampar su firma en Ibaigane debutó en Mendizorroza con aquella derrota por 1-0 ante el Deportivo Alavés. Saltó al césped en el minuto 78 junto a Villalibre sustituyendo a Unai López e Iñaki poco después de que Rodrigo Ely anotara el tanto de aquel derbi. Entonces no fue lo determinante que viene siendo en estos momentos para un colectivo que le necesita, tras años de no meter ruido, casi de puntillas, con un trabajo sordo que ha agradecido el grupo muy cerca del anonimato, o alejado de los deslumbrantes focos, porque los grandes titulares suelen corresponder a compañeros. La temporada más resolutiva y determinante desde que está en la capital vizcaína y, por supuesto, de su carrera.

Recién cumplida la treintena ha alcanzado ya los 243 partidos como rojiblanco, el ex-osasunista es la mejor de las noticias junto a Mikel Jauregizar, y ha llegado al parón de estas vacaciones invernales con el sinsabor de que su alto rendimiento individual contrasta en exceso con el escaso grupal, en un Athletic al que le llega un calendario de aúpa, con la Supercopa árabe a la vuelta de la esquina, en el comienzo del inminente 2026. Tras su renovación el pasado año hasta junio de 2027, quedan grandes tardes y noches por la afición athleticzale con Álex Berenguer como protagonista.