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Tras seis años gestionando el bar Olaketa de la avenida Euskal Herria de Irun, Julio Torres acaba de dar un nuevo paso con la apertura de su segundo negocio hostelero. Se trata de La Regadera, un bar ubicado en el local que antiguamente ocupaba la cadena 100 Montaditos, en la plaza Primitivo Azpiazu.
Natural de Paraguay y afincado en Irun desde hace años, si bien también ha vivido en Bilbao y Madrid, Torres acumula dos décadas de experiencia en el sector. Antes de ponerse al frente de sus propios negocios pasó por distintos puestos, desde ayudante de cocina y friegaplatos hasta camarero, y trabajó en distintos bares tanto de Irun como en Hondarribia. Durante ese tiempo, las largas jornadas laborales hicieron que comenzara a plantearse la posibilidad de ponerse por su cuenta.
Finalmente, el salto a emprender llegó en 2019, cuando se hizo cargo del bar Olaketa. El arranque fue complicado por la llegada de la pandemia, pero Torres logró mantenerse a flote. “Fue duro, pero los dueños del local me ayudaron al perdonarme algún mes de alquiler y la clientela del barrio respondió muy bien. Había grupos de chavales que venían a menudo y que hacían gasto”, recuerda. A ese respaldo se sumó el acompañamiento de la asociación irundarra de hostelería Denok Bat, de la que es socio: “Allí conocí a gente muy buena, me orientaron y me apoyaron cuando lo necesitaba”.
Un nuevo paso
Con el primer bar ya asentado, Torres empezó a plantearse la apertura de un segundo establecimiento. “No quería estancarme con uno solo. Pensé que si podía con uno, podría con dos. Necesitaba hacer más cosas. Es un trabajo muy pesado, la verdad, y muchas veces no te da la vida para mucho, pero me gusta la adrenalina de estas cosas”, explica. La decisión definitiva la tomó este año durante un viaje a Paraguay para visitar a su familia. A su regreso, se puso a trabajar en el proyecto que ha acabado convirtiéndose en La Regadera, situado en un local que siempre le había llamado la atención por su espacio y ubicación.
El nuevo bar nace con un planteamiento diferente al del Olaketa, más orientado al picoteo y con actividad desde primera hora del día. En La Regadera Torres ofrecerá desayunos, con varias tostadas en su oferta, y a lo largo de la jornada contará con platos, bocadillos y hamburguesas. De cara al verano, prevé adaptar la carta con propuestas más frescas. “Me gusta mucho la cocina y voy a intentar hacer cosas distintas”, señala.
Respecto al nombre del nuevo establecimiento, este tiene su origen en la infancia de Torres. “Mi padre es agrónomo y mi madre tenía una pequeña tienda de frutas y verduras. Y en esos entornos siempre había regaderas y a mí me gustaban mucho. Cuando abrí el Olaketa quise ponerle ese nombre, pero la gente ya lo conocía con ese nombre y no quise cambiarlo. Así que ahora era el momento”, explica.
Julio torres posa ante la entrada del nuevo bar.
Pasados diez días desde la apertura del bar, Torres se muestra satisfecho con la acogida. “Estoy muy emocionado y agradecido. La clientela del Olaketa se ha volcado mucho y la inauguración fue un éxito, vino muchísima gente”, afirma.
El horario será de martes a domingo, desde las ocho de la mañana hasta las diez y media de la noche, con ampliación los viernes y sábados hasta la medianoche. Además, a partir de enero pondrá en marcha el ‘europintxo’, con pintxos a un euro, una iniciativa que ya aplicó en su primer bar con buenos resultados.