La Real Sociedad conquistó la Copa del Rey de la temporada 2019/2020 al superar (0-1) al Athletic Club en la final celebrada este sábado en el Estadio de La Cartuja de Sevilla, gracias a un gol de penalti de Mikel Oyarzabal en el minuto 63.
El cuadro 'txuri-urdin' sumó su tercera Copa (1909, 1987 y 2020), 34 años después de la última y con una temporada de espera, por culpa de la pandemia de coronavirus, que impidió también el color de las aficiones en las gradas. El gran derbi vasco vivió un capítulo inédito que celebrarán por siempre en San Sebastián.
Los de Imanol Alguacil sacaron más su fútbol que los de Marcelino, dentro de un juego medido por parte de ambos, tratando de evitar el error. En ese sentido, las dos defensas lucieron en su trabajo hasta que Mikel Merino recuperó un balón y se lo metió a la carrera a Portu. El ariete se cruzó en el camino de Íñigo Martínez y Estrada Fernández señaló penalti y expulsión.
Tras la revisión en el VAR, al final fue solo amarilla, pero la pena máxima la convirtió Oyarzabal, a pesar de sus últimos fallos, incluido el de semifinales de la Supercopa ante el Barça. Aquel título lo levantó el Athletic Club y a la Real le tocó un trago amargo que ahora endulza con esta histórica Copa vasca. Los 'leones' tendrán otra opción en dos semanas ante el Barça.
Pese a ese rigor táctico, la Real logró tocar mucho balón cerca de la meta de Unai Simón. Los de Alguacil sortearon bien la presión que propuso el rival y con Silva y los movimientos de Isak dieron bastante sensación de peligro. No tenía controlado el partido como acostumbra un Athletic que tampoco sacó su ataque vertical en un inicio marcado también por una lluvia torrencial.
Por banda derecha creció el equipo de Marcelino, con De Marcos, Berenguer y Raúl García, quien asomó en un disparo peligroso sobre Remiro, aunque la mejor rojiblanca fue de Íñigo Martínez, un zapatazo lejano. La Real se propuso y logró cortar la salida rival con muchas faltas y, en el juego control, trató de encontrar el gol, pero tanto Íñigo como Yeray estuvieron enormes en la marca.
La reanudación trajo la polémica. Primero con una mano del internacional español estas semanas que finalmente se señaló fuera del área y poco después con el penalti que decidió la final. Oyarzabal no se escondió y con el brazalete de capitán hizo historia para la Real. Marcelino buscó la reacción con Villalibre como amenaza junto a Williams, pero no tuvo efecto.
Tanto Le Normand como Zubeldia no regalaron nada, un ejercicio coral para evitar esa mínima rendija que metiera en la final a un equipo experto en sobrevivir como el equipo de Marcelino. La Real buscó el correr de los minutos y el Athletic quiso pero no pudo. Los de Bilbao podrán desquitarse en dos semanas con la final de esta temporada, para ganar una Copa esquiva desde 1984.
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