No le queda otra a la Real Sociedad. En los ocho partidos que se llevan ha hecho muchas más cosas mal que bien y la consecuencia de esto le ha llevado a una situación clasificatoria preocupante. Lo sería más si el campeonato estuviera más avanzado, pero no se puede mirar a otro lado y sí reconocer que la dinámica es peligrosa.
El hecho de ser penúltima y de sumar solo cinco puntos de los 24 disputados obliga al club a tomar decisiones. A recluirse, aprovechando el parón actual por los partidos de selecciones, en el rincón de pensar y dar con las soluciones que requiere el momento negativo actual. Por ahora y, salvo sorpresa, Sergio Francisco seguirá siendo el entrenador. Ayer, el club quiso salir del ambiente pesimista anunciando la ampliación de contrato de Jon Gorrotxategi hasta 2030, aunque la noticia quedó un tanto eclipsada por el malestar general que se ha instalado en la afición tras este decepcionante inicio. El propio entrenador, algunos futbolistas, el director deportivo Erik Bretos y el presidente Jokin Aperribay son las figuras del club más mencionadas a la hora de pedir responsabilidades por el devenir del equipo, al fin y al cabo son los que tienen el poder de decisión y también de cambiar el rumbo.
Con muy poco fútbol, sin varios jugadores llamados a ser titulares indiscutibles en su mejor momento, con los refuerzos todavía sin ofrecer lo que se espera de ellos, Yangel Herrera aun sin debutar, con claras carencias de carácter lo que le lleva a no ser capaz de reaccionar y remontar partidos, y con errores tácticos evidentes, cada transición rival es peligro seguro, la plantilla, con su staff técnico al frente, tiene ahora dos semanas para dar con la tecla adecuada que le vaya sacando del atolladero en el que se ha metido.
Por presupuesto y por futbolistas, la Real está llamada a pelear los puestos europeos, aunque solo del nombre no se vive en la elite. Lo que no parece normal es que el equipo muestre tantas carencias. Hay jugadores para estar en zonas más placenteras. Queda mucho torneo, no hay duda, pero si la Real se empeña en seguir algunas jornadas más en esta dinámica los objetivos europeos serán una utopía. Y lo que es peor, la amenaza de que sea una campaña anodina, incluso peligrosa, está ahí, a la vuelta de la esquina. Por eso, el rincón de pensar, el diván de la Real, tiene estos días muchos inquilinos. Plantilla, staff técnico, dirección deportiva y zona noble están llamados a reconducir esta situación.