La fe de Valverde mueve montañas: "Para marcar lo primero que tenemos que hacer es creer"

Ernesto Valverde no se resigna. No tira la toalla a pesar de las evidentes adversidades. Con todos ya sería muy complejo tan siquiera meterse en la eliminatoria ante un rodillo en Europa, llamado Manchester United. Faltándole más de la mitad del armazón fundamental, agotará todas las posibilidades. Y si se muere, morir matando. Dándolo todo hasta la última gota de sudor en la lucha por hacerse con una plaza para la final de esta UEFA Europa League en San Mamés.

Dani Vivian en el eje de la defensa, y de medio campo hacia el área rival, Oihan Sancet y los hermanos Iñaki y Nico Williams. Demasiado contratiempo entre sanción y lesiones como para darle la vuelta a algo que se paga 35 a 1 en las apuestas.

Circunstancia que el entrenador del Athletic afronta con naturalidad y consciente de sus posibilidades manifestando que está "pensando en los que vienen y focalizando en los que van a estar aquí. Tenemos que intentar con ellos darle la vuelta, no podemos pensar en los que no están. Si alguno hubiera podido estar aquí, estaría porque es el partido más importante la temporada". 

"Ahora mismo es un resultado bastante adverso y conocemos el calibre del rival pero esto es fútbol y cualquier puede pasar, y siempre esperamos lo mejor". Y es que Valverde se acuerda de que en la ida "cometimos algún error y nos lo hicieron pagar caro. Tienen un gran potencial y esperamos mitigar esos errores. Cometer menos y hacer nuestro juego como siempre. En este tipo de eliminatorias los resultados se pueden decantar por una jugada, por dos o por un minuto que no estés acertado. Obviamente lo tenemos cuesta arriba pero lo que ocurrió en Bilbao en nuestra contra también puede ocurrir mañana en contra el United", comenta el míster.

Ser fiel a sí mismo

Mostrarse el Athletic tal como es, e incluso más presionante arriba puede marcar el devenir, cuando menos del partido, aunque tampoco cabe esperar una salida a tumba abierta ya que "hay que tener en cuenta cómo juegan ellos que les gusta taparse bien y jugar a la contra con jugadores adelante que nos pueden sorprender. Tampoco queremos recibir goles que nos puedan ponerlo todo cuesta arriba. Vemos el partido de una manera global, que no nos marquen y marcar nosotros. Somos un equipo que tenemos que tener opciones para poder marcar y lo primero que tienes que hacer es creer para poder conseguirlo", dice el entrenador rojiblanco.

"Tengo la sensación de que remontar una eliminatoria o un partido siempre es algo similar: tienes que marcar un gol y después otro, y a partir de ahí ir avanzando y ver qué es lo que ocurre", apunta un Valverde que recuerda haber remontando algún que otro 3-0 pero siempre con la vuelta en casa. Como jugador vivió su día más aciago con el Espanyol de Javier Clemente con aquella final a doble partido de la Copa de la UEFA. Corría el año 1988 cuando el Bayer Leverkusen, que había perdido 3-0 en Sarriá, igualó el resultado en feudo alemán y se llevó el trofeo en la tanda de penaltis. Imponderables futbolísticos a los que el Txingurri se aferra, por qué no, para mañana.

Amorim desconfía

Por su parte, el cuadro británico, el que faltarán los indispuestos Eriksen, Evans y De Ligt, no se fía. "Tenemos que salir a ganar. El resultado de la ida es importante, sí, pero solo pensamos en la victoria y en pasar la eliminatoria". Ha sido la proclama de Rubén Amorim tras el entrenamiento de sus hombres celebrado esta mañana en las instalaciones de Carrington.

El técnico portugúes recela del irregular rendimiento de su bloque, destacando que "puede pasar cualquier cosa. Si miramos a nuestra temporada en casa cualquier cosa será posible. Hay que comprender que un gol o una expulsión pueden cambiarlo todo y nos cuesta mucho controlar los partidos. Necesitamos marcar para asegurar la victoria en la eliminatoria. Contra el Brentford encajamos dos goles en pocos minutos y contra el Athletic puede ocurrir lo mismo cuatro veces. Estaremos obligados a sufrir si queremos llegar a la final. Vamos a tener que concentrarnos en los pequeños detalles", ha concluido Amorim.