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¿La Euskadi vaciada? 164 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16

Sin relevo generacional, la población vasca no envejecía tanto desde hace 22 años
Casi uno de cada cuatro vascos supera, en la actualidad, los 65 años, sin que haya relevo generacional.
Casi uno de cada cuatro vascos supera, en la actualidad, los 65 años, sin que haya relevo generacional.

El invierno demográfico en Euskadi es una realidad porque cada vez somos más mayores. La natalidad en Euskadi cae en picado, la población vasca envejece y el nivel de reemplazo demográfico -con una tasa de natalidad de 1,24-, se aleja de los míticos 2,1 hijos necesarios para que los habitantes se mantengan, sin disminuir su volumen. Con 37 bebés vascos viendo la luz cada día, y una edad media por ciudadano que ronda los 46 años, el riesgo demográfico ya ha llegado y el censo mantiene una creciente proporción de personas mayores.

Porque según el Instituto Nacional de Estadística, en 2022 Euskadi ha registrado un nuevo máximo de envejecimiento, del 164% o, lo que es lo mismo, ya se contabilizan 164 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Esta cifra supone el mayor crecimiento desde el 2000, teniendo en cuenta que el año pasado se situó en un 158%. En otras palabras, Euskadi no envejecía tanto desde hace 22 años. La comunidad presenta además un índice de envejecimiento superior al estatal (133%) y ocupa el puesto número cinco en el ranking de comunidades con vecinos más veteranos.

Alguno podría preguntarse dónde está la novedad en uno de los países más longevos del mundo. Pues bien, la novedad radica en que la cifra actual (164%) contrasta con la de la última década, la de los 90, cuando la CAV ya se llenaba de canas a pasos agigantados pero registraba un índice del 135%.

“Hay que invertir más recursos y medios que impacten en las familias y estimulen la natalidad” Francisco Mesonero - Director general de la Fundación Adecco

Este envejecimiento imparable es fruto de la confluencia de dos factores: una tasa de natalidad cada vez menor y una esperanza de vida al alza. Así, el pasado año la natalidad en Euskadi alcanzó la segunda cifra más baja de toda la serie histórica, con 6,6 nacimientos por cada 1000 mujeres, un 48% menos que hace una década.

En los seis primeros meses de este año se contabilizaron 6.704 alumbramientos, una estadística que sigue a la baja, ya que cae un 2,35% en comparación con el primer semestre de 2021, cuando nacieron los niños concebidos en las primeras olas de la pandemia. La tasa de fecundidad anotó un valor mínimo de 1,24 hijos por mujer. Y eso significa que cada nueva generación es un 45% menos numerosa que la anterior. Por territorios, lidera el ranking de envejecimiento Bizkaia (174% es decir, se contabilizan 174 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16), seguida de Gipuzkoa (158%) y Araba (143%), que es el más joven.

Más obstáculos

La crisis demográfica se agudiza día a día. Y el batacazo de la natalidad, que viene experimentándose a lo largo de todo el milenio, se intensifica lastrada por distintos obstáculos. A los ya clásicos, como la precariedad laboral y los bajos salarios, se une ahora la inflación y la crisis de suministros, agravado por la guerra de Ucrania; un escenario que dispara la incertidumbre y las dificultades económicas de muchas unidades familiares, que deciden posponer los nacimientos o renunciar a ser madres o padres.

Mientras tanto, la esperanza de vida continúa su escalada y hoy se sitúa en los 83 años en Euskadi, una cifra que si bien no ha experimentado cambios con respecto a hace un lustro, alcanza valores bastante superiores a los registrados a principios del milenio (79 años en el año 2000).

Esta crisis demográfica tiene un gran impacto en otro indicador fundamental para el funcionamiento de la sociedad, el ratio de afiliados por pensionista.

La actual relación cotizante-pensionista en Euskadi es de 1,73, una cifra lejana de la tasa 2,6 que, según los expertos, sería necesaria para que desapareciera el actual déficit de la Seguridad Social. “Este ratio no garantiza la sostenibilidad del sistema y exige dar respuesta urgente a retos como la cronificación del desempleo entre los más veteranos, y, por supuesto, invertir más recursos e impulsar incentivos fiscales y laborales que impacten en las familias y estimulen la natalidad”, afirma Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.

¿Ayudarán los 200 euros por hijo?

Para paliar este invierno demográfico, convertido ya en una urgencia de país, el año que viene, Lakua concederá ayudas de 200 euros por hijo. Un pago por cada niño o niña hasta que cumpla los tres años que comenzará a abonarse a partir de enero de 2023. Con esta iniciativa, el Ejecutivo vasco trata de crear las condiciones necesarias para despejar el sombrío panorama actual, con una tardía edad de emancipación de la juventud, la caída de la tasa de natalidad y el forzado retraso del deseo de tantas familias vascas de alumbrar a su primer bebé debido a su precaria o inestable situación económica.

El tema es de tanta gravedad que no solo está en la agenda política sino en la agenda personal de los ciudadanos. Hasta el 69 % de los vascos declara que es bastante o muy grave el envejecimiento de la población, que citan como el segundo problema más importante, solo por detrás de las desigualdades sociales y la pobreza. Es lo que reflejó recientemente el último estudio del Gabinete de Prospección Sociológica del Gobierno vasco, que evidencia la relevancia que la sociedad vasca otorga a las problemáticas asociadas al reto demográfico.

Por eso, Lakua también incorporará a partir de ahora la perspectiva demográfica en la elaboración de las leyes o en los programas de inversión. Y es que desde la administración, el envejecimiento de la sociedad se explica por la tardía emancipación juvenil y, consecuentemente, por la tardía maternidad. Los jóvenes acaban teniendo menos hijos de los deseados y a una edad más avanzada de la deseada.

Tras entrevistar en primavera a 1.200 personas, el estudio pone de manifiesto que “el panorama demográfico en Euskadi, en el Estado y en Europa representa un desafío estratégico de primera magnitud para el futuro”. De hecho, los problemas demográficos se sitúan para los participantes por delante incluso de la situación económica y del empleo. En cuanto al número de hijos, los encuestados dicen que el número ideal es 2,2, pero la tasa de natalidad en Euskadi es de 1,24 hijos por mujer. Por eso el 52% admite que ha tenido menos vástagos de los que quisiera, en su mayoría por motivos económicos (26%), por problemas de salud o de infertilidad (17%) o por imposibilidad de conciliar (14%). 

La edad que se considera más adecuada para el primer hijo, según la encuesta, se sitúa en los 28 años. Sin embargo, la edad media real en Euskadi es de 32,6.

2022-08-29T16:01:03+02:00
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