Imanol Alguacil respira más tranquilo. El Sevilla comparece en Anoeta este domingo ya sin la figura de Julen Lopetegui, que dejó su banquillo hace ya más de un año después de caer 0-2 ante el Atlético y tributarle una sentida y merecida ovación el Sánchez Pizjuán en la séptima jornada de la pasada campaña. Desde que tomó las riendas del equipo txuri-urdin ya de forma definitiva y desde el inicio de una temporada la 2019-20, el oriotarra ha pulverizado todos los registros, ha roto con todas las maldiciones y le ha hecho tocar la gloria con el título de la Copa para siempre 34 años después. Pero lo que nunca logró fue derrotar a los de Lopetegui, un entrenador por el que siempre profesó un gran respeto y admiración como declaró cada vez que se vieron las caras.
En uno de los ciclos más triunfales de la historia txuri-urdin, la Real no consiguió vencer al Sevilla del preparador de Asteasu que se convirtió en un espejo en el que mirarse al ocupar el siguiente escalón en el que fijarse como objetivo para seguir creciendo. Entre 2019 y 2022, los duelos Real-Sevilla con label guipuzcoano se convirtieron en uno de los más espectaculares y competidos del campeonato, pero con un denominador común molesto para los de Anoeta, sin ninguna victoria txuri-urdin. Lopetegui siempre ha estado muy pendiente de la evolución del proyecto realista y no ha ocultado nunca tampoco su reconocimiento a los dos pilares de su dirección deportiva, Imanol y Olabe. En conversación distendida con este periódico y en vísperas de que su exequipo visite Anoeta con la necesidad imperiosa de empezar a ganar, el que fuera portero elogió la trayectoria de los blanquiazules y destacó lo bien que le sienta a la Liga su irrupción y asentamiento en la zona noble de la clasificación: "El proyecto de la Real es una de las mejores noticias que le pueden pasar al fútbol. Un club donde todos entienden cuál es su cometido, y lo importante que es que todos tiren en la misma dirección. Hablamos de visión, de valores, pero también de personas".
Como acostumbra, no escatimó elogios con su homólogo y paisano: "Imanol está haciendo un trabajo estos años brutal. Habla por sí solo. Está demostrando que es el mejor entrenador posible para este Real. Conoce la casa, los jugadores".
El éxito de Olabe no le ha sorprendido en fuera de juego, porque siempre le ha considerado un pionero y un superdotado en su labor en la planificación deportiva de los clubes: "A Roberto le sigo desde hace años. Más allá de que sea una persona tremendamente preparada para llevar la dirección deportiva de un club como la Real, él cree en el valor del proceso y la continuidad en las organizaciones. Es una suerte que Imanol y Roberto hayan coincidido en el tiempo en el club. Los resultados hablan por sí solos. Si además a esos dos activos le sumas un perfil comprometido, responsable e implicado como es el de su presidente, Jokin Aperribay, ves que el paso adelante que ha dado el club en términos de ambición y progreso es una realidad de presente y futuro".
Imanol no dudaba siempre en devolverle las flores cuando se enfrentaron al considerar que tenía "un enorme mérito" lo que hizo al frente del Sevilla. En total fueron seis los partidos que disputaron. En la temporada 2019-20, los hispalenses se impusieron 3-2 en su estadio y rascaron un empate 0-0 en Anoeta. El curso siguiente, los andaluces se impusieron por el mismo resultado en su estadio en un encuentro que, de haberlo ganado, hubiese situado líder en solitario al conjunto txuri-urdin, mientras en la vuelta, tras ponerse por delante gracias al gol de Carlos Fernández, que había recalado en Donostia procedente del Sánchez Pizjuán en el mercado invernal, los blanquiazules vieron como un acertado cambio de dibujo de Lopetegui permitió a su equipo darle la vuelta al marcador y vencer 1-2 en un estadio vacío por el covid.
Mientras que en el último curso en el que se enfrentaron, el 2021-22 y en una clara señal de mejoría, la Real logró sumar en ambos encuentros que finalizaron sin goles. Ya sin el de Asteasu en el banquillo rival, los donostiarras consumaron el sorpasso y por fin se impusieron en los dos choques con los sevillistas al imponerse 2-3 en Híspalis y cerrar la campaña, ya con el billete de Champions sellado la semana anterior en el Metropolitano, con otro triunfo por 2-1 nada más y nada menos que ante el flamante campeón de la Europa League por sexta vez. Es más, en el encuentro se escenificó la rendición, ya que la Real acabó en la cuarta plaza que había sido copada por su visitante las tres campañas anteriores con el guipuzcoano al frente.
Como saben, Lopetegui no tardó en volver a encontrar trabajo al tomar las riendas de los Wolves, al que logró sacar de una situación muy comprometida para que al final salvara la categoría sin excesivos apuros. Este verano, el club inglés no ha cumplido con lo prometido y el técnico, profundamente decepcionado, no tuvo más remedio que romper su vinculación ante de que comenzara la temporada. Aunque ha contado con ofertas para volver a entrenar en la Liga y alguna millonaria del extranjero, el de Asteasu se ha quedado a vivir en Inglaterra, donde le gustaría encontrar un proyecto a largo plazo fiable y de garantías. Su teléfono no ha dejado de sonar. Sigue siendo un técnico muy cotizado.