Bizkaia

“Hay chavales que a veces fuman un porro antes de entrar a clase”

Para Gizakia los docentes necesitan formación para manejar estos casos
Estíbaliz Barrón, directora de la Fundación Gizakia.
Estíbaliz Barrón, directora de la Fundación Gizakia.

"Al subir del recreo se nota que alguno está fumado”. Lo comenta un profesor y lo corrobora la directora de la Fundación Gizakia, Estíbaliz Barrón. “Es una realidad, algo bastante generalizado. Hay chavales que a veces fuman un porro en el recreo o antes de entrar a clase. Son de bachiller”.

De cómo se soluciona esta papeleta también da buena cuenta. “Cuando en el centro detectan que hay un consumo de cannabis, los orientadores escolares hablan con la familia y esta se pone en contacto con nosotros”, explica Barrón. Los chavales, como no podía ser de otra manera, niegan que tengan un problema con la sustancia y les preguntan cuándo fuman y qué clase tienen después. “Matemáticas. ¿Y qué tal vas? He suspendido. ¿Puede haber alguna relación? Porque no solo es nocivo el consumo, también las consecuencias. Si afecta al rendimiento, tenemos un problema”, apunta.

Los alumnos consumen fuera de los centros e incluso en algún patio. “Los profesores también necesitan apoyo y formación para manejar estas situaciones. Si no, se dan casos en los que dicen: Mira, prefiero no pasar por ese lado porque me voy a encontrar a alumnos míos fumando porros y luego yo qué hago, cómo se lo digo a la familia. Algunas al principio hacen un rechazo frontal”, afirma Barrón, quien ve la necesidad de “trabajar en redes de prevención”. “Es importante que todos los agentes que están presentes en la vida de los chicos y chicas puedan abordar estos temas. Trabajamos con las familias, pero también con los claustros y los monitores, porque son quienes lo pueden detectar”.

Aunque muchos adolescentes banalizan su consumo, sus efectos son demoledores. “Tiene todo lo negativo del tabaco, otras sustancias volátiles perjudiciales y un componente psicoactivo que altera la forma de percibir la realidad porque influye en el sistema nervioso central. A esas edades, en las que aún no está totalmente desarrollado, tiene un efecto muy nocivo. No es lo mismo fumarse un porro a los 25 que a los 13”, advierte. Además, “el cannabis es el detonante de psicosis tóxicas o de que aparezcan enfermedades latentes. En personas con consumo diario y elevado puede provocar un enlentecimiento generalizado del funcionamiento y del pensamiento. Muchas veces esto produce que haya chavales con un síndrome amotivacional. Eso de paso de todo a veces lo está motivando el propio porro”.

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2023-02-06T06:52:03+01:00
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