Gipuzkoa

"Ha sido duro, he estado cerca de abandonar el desafío, en especial tras el ataque del mastín; temí por mi vida"

Iban Fernández ha completado el reto de coronar Karakate 365 veces en un año intenso en el que ha recorrido 4.050 kilómetros y ha acumulado 264.625 metros de desnivel positivo entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2025 en esta emblemática montaña de
Iban Fernández completó bien acompañado la ascensión número 365.
Iban Fernández completó bien acompañado la ascensión número 365. / Aitor

Iban Fernández ha completado el 31 de diciembre, último día del año, la última de las 365 ascensiones a Karakate (756 metros) desde el casco urbano de Elgoibar que se había propuesto como objetivo el 1 de enero de 2025.

Vueltas finales

A las 8.30 de la mañana ha salido desde la rotonda del Txarriduna para acometer la ascensión número 364, acompañado por un grupo de montañeros.

Tras coronar la cumbre y descender, ha iniciado la última ascensión del desafío. Una vez alcanzada la cima por última vez, solo quedaba regresar al casco urbano para celebrar el logro.

Pero antes le tocó calarse la txapela y recibir un par de regalos de parte de sus amigos.

Entre esos regalos había una matrícula en la que se había impresionado la leyenda “Meho 365”, en referencia al sobrenombre con el que es conocido y a a cifra que ha marcado su vida a lo largo del año que finaliza este 31 de diciembre.

La decepción de Ehunmilak

Fernández comenzó con fuerza el desafio, pero el reto se complicó después de la Ehunmilak, la ultra de 171 kilómetros celebrada en julio, donde Iban Fernández tuvo que abandonar.

“Fue un mazazo terrible. Formaba parte de un equipo y marchábamos en segunda posición, cuando me vi oglibado a parar Me afectó mucho no poder completar la Ehunmilak, pero no podía fallar también en el reto de Karakate. Al día siguiente ya estaba subiendo de nuevo”, relató.

Iban Fernández se coloca la txapela que le entregaron sus amigos como reconocimiento al esfuerzo que ha hecho para completar el desafío.

Iban Fernández se coloca la txapela que le entregaron sus amigos como reconocimiento al esfuerzo que ha hecho para completar el desafío. Aitor

Un año hipotecado por el desafío

La satisfacción de Iban Fernández era evidente cuando ha llegado a la rotonda del Txarriduna y ha dado los últimos pasos para culminar el reto.

Tras un año intenso, había puesto fin a un desafío que le ha llevado a sumar 4.050 kilómetros de recorrido y a acumular 264.625 metros de desnivel positivo, y a poner a prueba su resistencia física y, sobre todo, la anímica.

“Ya tenía muchas ganas de acabar. Se ha hecho muy largo y muy duro, más a nivel anímico que físico. Empecé fuerte, pero ha habido momentos en los que el desafío ha estado a punto de vencerme. Pensé en abandonar varias veces, pero al final lo he conseguido”, explicó.

Una rutina muy exigente

El desafío ha exigido constancia y, sobre todo, suerte con la salud. Fernández ha tenido que compaginar sus largas jornadas de trabajo como transportista con jornadas de una vuelta entre semana a las que se han sumado rutinas de tres y cuatro ascensiones los sábados y dos más los domingos, a lo largo de todo el año.

“Lo fiaba todo a que me acompañara la salud. No podía permitirme parar por una lesión o enfermedad, porque ahí empezarían todos mis problemas”, afirmó.

El ataque del mastín

Tras el verano, tomó conciencia de que aún le esperaban muchas horas de caminatas en la ladera de Karakate y de lo exigente que sería mantener su ánimo fuerte.

La situación empeoró cuando un mastín le atacó durante una de sus vueltas, a finales del mes de septiembre, justo al llegar a la cumbre. Ese duro momento, en el que temió por su vida, le llevó al límite del abandono, aunque resistió a la ganas de parar.

Días después, sufrió un esguince de tobillo y en las ultimas semanas ha sido victima de una fuerte gripe que ha minado su salud.

Todos estos contratiempos redujeron su margen para llegar a la recta final del reto con cierta tranquilidad, obligándolo a planificar un maratón final de sesiones de una, dos y hasta tres vueltas diarias desde el 15 de diciembre hasta el 31 de diciembre con el fin de poder completar el desafío.

Iban Fernández estuvo muy arropado en la última subida a Karakate, antes de acometer el descenso con el que iba a poner el punto final al desafío.

Iban Fernández estuvo muy arropado en la última subida a Karakate, antes de acometer el descenso con el que iba a poner el punto final al desafío. Aitor

Un apoyo fundamental

En ese camino, el apoyo de otros montañeros ha sido clave para completar el desafío de Karakate.

“Su ayuda ha sido fundamental. Sin ese apoyo no hubiera podido completar el reto. Ha habido días en los que me acompañaron tres, cuatro y hasta cinco personas. Con algunos hablaba de unas cosas, con otros de otras, y eso hacía más llevaderas las vueltas”, aseguró Fernández, feliz ya por haber culminado con éxito el desafío personal que se había marcado.

2025-12-31T15:31:27+01:00
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