Se dice que una empresa familiar tiene dificultades para sobrevivir a la tercera generación, que los abuelos la crean, los hijos la mantienen y expanden, y los nietos la venden o, en el peor de los casos, la llevan a la quiebra.
Sin duda, no siempre es así. En Álava hay ejemplos de firmas emblemáticas, centenarias, que continúan inmersas en su actividad, arraigadas al territorio con la cuarta, quinta y hasta sexta generación. De la mano de Gaizka Zulaika, DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA se acerca a la realidad del negocio familiar en un mundo globalizado, que corre a velocidad vertiginosa. El director de la Asociación de la Empresa Familiar de Euskadi (Aefame) habla de sus retos y miedos; del pasado, presente y futuro de sagas de apellidos con años y años de duro trabajo, superando dificultades y empeñados en mantener con vida pequeñas y medianas empresas en mitad de una economía de gigantes.