Fin a una temporada de altibajos en el Eibar

El Eibar echó el cierre a la temporada 24/25 ante el Levante en el Ciutat de Valencia. Los armeros han vivido una montaña rusa tras tener momentos muy buenos, donde llegaron a soñar con el ascenso, y de ahí pasó a vivir una situación delicada y ver de reojo la zona peligrosa de la tabla. 

La temporada comenzó con Joseba Etxeberria en el banquillo y tras un verano movido con varias salidas y nuevas incorporaciones. El objetivo seguía siendo el mismo que temporadas anteriores; estar en la pelea por subir a Primera División, ya sea ascenso directo o playoff. Tras unos buenos resultados iniciales, enfrentadose a varios rivales directos y visitando campos complicados, a partir del mes de octubre llegaron los malos resultados y los momentos irregulares. Con las dudas ligueras vino también la eliminación temprana en Copa del Rey ante el UD Logroñés de Segunda RFEF. 

El Eibar seguía sin poder acumular rachas positivas y el objetivo del playoff poco a poco se estaba alejando. El 15 de febrero fue el momento donde hubo los primeros cambios ante los malos resultados y la mala dinámica del equipo. Tras la derrota ante el Castellón, los armeros anunciaban la destitución de Joseba Etxeberria y la incorporación de Beñat San José. 

Los playoff se convertían en un sueño lejano, la realidad pasaba por no meterse en más problemas y alejarse de los puestos de descenso. El entrenador de Donostia entró con muy buen pie y logró sumar 11 puntos de 15 posibles en sus primeros 5 partidos. El Eibar logró respirar y situarse en media tabla, aunque luego vino un carrusel de partidos donde enlazó 5 empates. El 12 de mayo, con 4 jornadas de antelación, lograba certificar la permanencia matemáticamente y afrontaba un final de temporada tranquilo, sin nada en juego y después de ver como los objetivos iniciales se fueron transformando y terminó luchando por otros diferentes.