Bizkaia

Fekoor apuesta por desterrar las barreras mentales, además de las físicas

Fekoor apuesta por desterrar las barreras mentales, además de las físicas
Fekoor apuesta por desterrar las barreras mentales, además de las físicas

Una plaza de aparcamiento ocupada, una negativa a instalar un ascensor, una normativa limitadora o la sorpresa extendida porque este colectivo pueda tener descendencia e incluso relaciones íntimas. Todos esos -y más- son los estorbos no físicos que entorpecen la vida plena de miles de personas que padecen alguna discapacidad.

Las barreras urbanísticas van desapareciendo poco a poco, pero esos microconismos que obstaculizan el avance hacia una sociedad inclusiva y una comunidad integral no son tan fáciles de desterrar del pensamiento.

Tanto, que desde Fekoor (Federación Coordinadora de Personas con Discapacidad Física y/u Orgánica de Bizkaia) han lanzado una campaña para tratar de concienciar a la ciudadanía sobre el amplio catálogo de conductas y actuaciones que complican el día a día de miles de personas.

Lo dice Juan Carlos Sola, director de la entidad, durante el acto reconocimiento a los deportistas paralímpicos Iker Sastre e Higinio Rivero y la entrega a ambos del premio Vida Independiente.

Habla por todos ellos cuando recuerda que se enfrentan a diario a barreras físicas, sociales y económicas, pero que además, las personas con diversidad funcional deben hacer frente a "actitudes que nos excluyen de poder participar de una forma plena y efectiva en la sociedad como iguales".

Socios de Fekoor bromeando con los conos. Foto: Pablo Viñas

La iniciativa, con apoyo del Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación Foral de Bizkaia, pretende contribuir a una transformación "emocional", resumía Sola. Se trata de "modificar las actitudes que estigmatizan e institucionalizan la discriminación", sentencia.

Y va más allá cuando enfatiza que "nuestro colectivo sufre a diario lo que hemos denominado microconismos: actitudes discapacitantes por parte de personas que no se ponen en nuestro lugar y que ven la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el suyo propio hasta que no lo sufren en su propio entorno", denuncia.

Y da ejemplos. Más de uno y de dos. Ahí están la oposición a instalar un ascensor; el rechazo a mejorar el acceso a un local comercial; la ocupación de una plaza de aparcamiento reservada; las dificultades en la operatividad de la plataforma elevadora en un autobús; "la existencia de normativas discriminatorias que nos impiden ser personas cuidadoras de hijos o hijos con dependencia"; o las limitaciones a la asistencia personal cuando se viaja a un Territorio Histórico distinto al lugar en que viven.

Por todo ello, Sola hace un llamamiento a la sociedad civil, a las empresas y a las administraciones públicas a que "derriben sus conos mentales y abran oportunidades a todas las personas para poder construir, entre todas y todos, una sociedad más inclusiva, igualitaria y accesible, o simplemente más justa".

2021-12-04T19:00:02+01:00
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