En enero arrancará la esperada rehabilitación de la Universidad de Oñati

Actualizado hace 2 minutos

El Departamento foral de Movilidad, Turismo y Ordenación del Territorio ha adjudicado la primera fase de las obras de rehabilitación de la antigua Universidad Sancti Spiritus de Oñati, por un importe de 2,2 millones de euros (más IVA) y un plazo de ejecución de nueve meses. La diputada Azahara Domínguez ha confirmado que los trabajos, que comprenden principalmente la restauración de las fachadas exteriores y del claustro, arrancarán a lo largo del "mes de enero", prolongándose hasta otoño del próximo año.

Domínguez ha subrayado que la intervención permitirá “limpiar y reparar la mampostería de las fachadas, aplicar un revestimiento hidrófugo de protección, estudiar el estado de la cámara bufa, revisar las gárgolas y el canalón semicubierto del claustro, y restaurar el tejado”. Asimismo, se rehabilitarán las dos puertas de madera del histórico edificio y se sustituirá la escultura de la pilastra que fue destruida este verano por el impacto de un rayo; un suceso que obligó a tomar medidas provisionales y precipitó la necesidad de actuar mientras se preparaba la obra principal.

La licitación de estos trabajos ha tenido que hacer frente a algunas dificultades. La convocatoria inicial quedó desierta, circunstancia que prolongó más de lo previsto el proceso de adjudicación y retrasó el inicio de las obras, finalmente programadas a partir de enero.

Enorme valor arquitectónico

“La Universidad de Oñati, además de un edificio de enorme valor arquitectónico, es un símbolo de Gipuzkoa, por eso es una excelente noticia que en las próximas semanas vaya a iniciarse por fin la rehabilitación”, ha celebrado Domínguez. La diputada ha destacado que estas actuaciones permitirán atajar el progresivo deterioro que el inmueble ha sufrido en las últimas décadas, y ha insistido en que “cuidar de nuestro patrimonio es garantizar el futuro de nuestro territorio y de nuestros valores”.

Deterioro de la fachada en las dos últimas décadas

El inmueble está declarado Bien de Interés Cultural con protección especial, habiendo sido reconocido como monumento histórico-artístico desde 1931, y en 1987 el Gobierno Vasco lo declaró monumento histórico-artístico de carácter nacional. Conscientes de esta condición, desde 1935 se han llevado a cabo seis intervenciones destacables, siendo la última rehabilitación integral realizada en 1993 por el arquitecto Pablo Borde. Sin embargo, en los últimos 20 años, y pese "a más de 60 trabajos de mantenimiento", la fachada ha sufrido un deterioro progresivo que derivó en el desprendimiento de varios elementos ornamentales pétreos en 2022, motivo por el cual se ha decidido abordar una nueva rehabilitación en esta legislatura.

Aunque las obras arrancarán con el nuevo año, Domínguez señala que "desde octubre de 2024" se han venido realizando trabajos previos, como la toma de muestras para caracterizar los daños, la selección de zonas para pruebas de intervención y la elaboración de una memoria que define las técnicas y productos a emplear en la restauración.

Asimismo, Domínguez ha recordado que en noviembre de 2024 el Gobierno español, a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, concedió financiación para la restauración científica de la fachada y del retablo, así como mejoras en materia de accesibilidad y sostenibilidad energética, y la adecuación de espacios como la oficina de turismo y otros usos dentro del edificio.