Primer sábado de campaña y, en apenas 48 horas de la misma, se va dibujando un escenario de duelos argumentales mano a mano. Ahí está la esencia de esta campaña, con los modelos de PNV y EH Bildu obligados a contrastar propuestas, aunque en eso es Imanol Pradales el que ha decidido poner a rodar la bola con iniciativas mientras Pello Otxandiano sigue anclado en el mismo perfil bajo y esquivo de la precampaña, decidido a mostrar lo mínimo posible para no cometer errores. Pradales le busca en el cuadrilátero lanzando propuestas para contrastar modelos pero Otxandiano se mantiene firme en su albornoz sin subir a las 12 cuerdas como mejor modo de que no le alcance una mano.
El pulso por completar el podio les corresponde librarlo a los partidos de obediencia estatal. Javier de Andrés sigue empeñado en apuntar a Pedro Sánchez como medio de alcanzar el rostro del PNV y Andueza no se siente aún obligado a ofrecerse como antagonista del candidato del PP, al que las encuestas sitúan por detrás de él. Condenados por esos sondeos a disputar el título de peso pluma sin mayor premio que el diploma olímpico de cuatro años en el Parlamento de Gasteiz, Sumar y Podemos se incomodan metiéndose codos a la vez que buscan rival entre los pesos superiores para que les tengan en cuenta. Como si en el prado del Duelo a Garrotazos, Goya hubiera silueteado unas miniaturas de Alba García y Miren Gorrotxategi intentando llamar la atención de los dos gigantes. Tendrán días de más foco si logran definir un discurso propio que no confunda a ambas candidatas ante ese electorado al que todo el mundo quiere activar.
Apenas arrancada la campaña, este primer fin de semana ya ha llenado el puente aéreo de visitantes foráneos que buscan reforzar a sus sucursales vascas. El viernes vino Núñez Feijóo y ayer Pedro Sánchez, que prácticamente y salvo una segunda visita más adelante, ya ha quitado el cuidado, como suele decirse de aquello de lo que no te puedes escapar aunque apetezca más bien poco. El presidente español arropó a su candidato a lehendakari tras haberle enfocado esta semana a un horizonte de vicelehendakari y sin diluir con ello las sospechas del PNV sobre la fiabilidad de sus compromisos. El pulso del PSE es con la izquierda que le limó votos en el pasado y con la derecha que aprieta en el resto del Estado. Quizá tras la visita, Andueza también haya quitado “el cuidado” de pagar el diezmo del respaldo inquebrantable a su líder en la política española porque le interesa más hablar de Euskadi. Y Sánchez, que aquí no tiene dolores de cabeza pero sí obligaciones por cumplir, ya puede volcarse en Catalunya, donde sí aspira a ganar con su sucursal tres semanas después de la cita vasca con las urnas.
Los votantes de VOX
Yolanda Díaz también ha querido arropar a la candidata de Sumar y también prevé repetir una vez más en el futuro pero, ¡ay!, Alba García no merece de la vicepresidenta el tiempo que Díaz dedicó a su candidato gallego, al que visitó nada menos que cinco veces en su campaña. A la vista de que los resultados allí no acompañaron pese al falar galego de la lideresa, no parece que su nivel de euskera le aconseje prodigarse más.
Pero si alguien ha optado por un intensivo esta semana ha sido Santiago Abascal. El líder de Vox va a extrañar el colchón cuando vuelva mañana a Madrid tras el fin de semana para convencer a sus posibles votantes vascos –alaveses sobre todo– de que le voten a él si no les seduce Amaia Martínez tras comprobar su desempeño.