Polideportivo

El Surne Bilbao Basket gana en Zaragoza (67-74) en su partido 600 en la ACB

El conjunto vizcaino se sobrepone con autoridad a la baja de última hora de Hakanson y a un primer acto en el solo metió cinco puntos
Adam Smith penetra a canasta en el encuentro ante el Casademont Zaragoza

El Surne Bilbao Basket ha celebrado este sábado por todo lo alto su partido número 600 en la ACB. Lo ha hecho con una victoria de esas que pueden marcar diferencias entre lo malo y lo bueno o entre lo bueno y lo muy bueno cuando toque hacer el recuento total. Los de Jaume Ponsarnau han conquistado el Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza (67-74), allí donde dos jornadas atrás había hincado la rodilla el Real Madrid, y lo han hecho además cuando las circunstancias parecían aliarse en su contra. Primero, por la baja de última hora de Ludde Hakanson, su jugador más entonado, por una lesión muscular. Posteriormente, por un paupérrimo acto inaugural en el que su casillero se ha limitado a cinco pírricos puntos anotados.

Pero los 'hombres de negro' han sabido resistir los malos momentos para, desde el segundo cuarto, imponerse en cancha. Defendiendo a un notable nivel y encontrando soluciones ofensivas desde el reparto de responsabilidades (nadie ha anotado por encima de los diez puntos de Michale Kyser, muy bien en su 31º cumpleaños, y Denzel Andersson, vital en el despertar del equipo en ambas canastas, pero otros cinco jugadores han aportado entre 9 y 7 puntos), los visitantes le han dado la vuelta a la tortilla en la fase intermedia del encuentro (22-30 al descanso y 42-55 a diez minutos del final) y han sabido sufrir cuando parecía que tenían todo atado y bien atado (del 55-68 a menos de tres minutos del final al inquietante 67-70), pero dos tiros libres de Francis Alonso y un taponazo marca de la casa de Kyser han dado carpetazo al asunto para alegría desatada de los cerca de 300 componentes de la 'marea negra' que han viajado a tierras mañas y han acabado celebrando la quinta victoria de la temporada.

Horrible arranque

En un arranque de contienda rebosante de imprecisiones, el conjunto anfitrión necesitó casi tres minutos para anotar sus primeros puntos. El problema para los de Ponsarnau radicó en que ellos necesitaron casi seis (dos más uno de Jeff Withey). El 4-3 a esas alturas de duelo no hizo daño en el luminoso, pero si en las sensaciones, con los visitantes acumulando tapones y pérdidas. El 10-5 al término de los diez primeros minutos era el fiel reflejo de un encuentro horrible en todos sus aspectos, con el Bilbao Basket boqueando con un 2 de 10 en tiros de dos, un 0 de 6 en triples, cuatro gorros encajados y otras tantas bolas extraviadas.

La única noticia positiva para los visitantes radicaba en que los de Fisac tampoco estaban para echar cohetes. Además, el segundo cuarto entró ya en parámetros de mayor normalidad. La entrada en escena de Andersson reactivó a los 'hombres de negro' tanto en ataque, con dos triples, como en defensa, con un par de tapones, y el Bilbao Basket comenzó a ser más reconocible. Con Álex Reyes aportando también en la parcela ofensiva, un parcial de 2-12 le dio la vuelta a la tortilla (17-20) en el momento en el que el joven 'unicornio' Aday Mara ingresó en cancha, pasando desapercibido. El Zaragoza dejó de jugar fácil y, por contra, los de Ponsarnau empezaron a llegar con comodidad a las cercanías del aro rival con Emir Sulejmanovic y Andersson como estiletes, lo que les dio la oportunidad de enlazar otro 0-8 y el 22-30 en el ecuador de la contienda dibujaba un panorama más que optimista visto lo visto.

Despegue

En la reanudación, el buen hacer de Kyser y 'Sule' elevó las rentas bilbainas hasta los dobles dígitos (24-36). Chris Wright, con dos triples seguidos, asumió en exclusiva la resistencia de los anfitriones, pero Kyser le respondió con una jugada de 'tres más uno'. Hasta los 13 puntos llegó la ventaja de los 'hombres de negro' en el ecuador del tercer cuarto, pero faltó algo más de control tanto en ataque como en defensa para dar la puntilla a un rival tambaleante. Jessup y Sant-Ross despertaron en acciones de uno contra uno y los de Fisac se mantuvieron a flote, haciendo la goma. Los visitantes fallaron triples liberados, pero plantaron muy bien su defensa y encontraron otras vías de anotación para llegar a los diez minutos finales con un notable 42-55 pese a no aprovechar la trifulca entre Agustín Ubal y Javi García en la que el uruguayo fue sancionado con técnica por trash-talking en la celebración de un tapón y el anfitrión con una antideportiva por propinarle un empujón.

Con el público resucitado por la acción anterior, el Zaragoza se jugó el todo por el todo a base de penetraciones ante un conjunto vizcaino demasiado espeso en ataque, con Sant-Ross ejerciendo de sombra sobre Radicevic. Withey cometió su cuarta personal y Ponsarnau tuvo que parar el duelo con el 50-57 a 6:25 del final. Radicevic, con un triple y una bandeja, dio un respiro a los suyos y dos penetraciones de Adam Smith parecían dar carpetazo al asunto (55-68 dentro de los tres minutos finales), pero los locales respondieron con cinco puntos seguidos, añadieron posteriormente dos triples de Simanic y Jessup y el 67-70 elevó más de lo debido el nivel de la incertidumbre. Pero no hubo voltereta. Alonso metió dos tiros libres a 54 segundos del final, Kyser cerró su aro con un taponazo y el partido 600 en la ACB se celebró con victoria.

27/11/2022